El tuitero estrella del atletismo: «He cogido comida de la basura»

La historia impactante de Joaquín Carmona es la contradicción de la realidad que vivimos. Una estrella de Twitter con sus comentarios y conocimientos del atletismo, siempre bien ordenados y citando fuentes, que vive en la calle, en un parque de Madrid sobre un colchón que encontró en cuaqluier sitio. Lo descubrió un blog del diario Sport, la Bolsa del Corredor, y su situación ha generado una potente respuesta. Diversos estamentos del atletismo, incluida la Federación, se han puesto en contacto con él para recuperar su sabiduría perdida en la pandemia («no podía tuitear porque no tenía wifi de la biblioteca») y se han creado cuentas de recaudación para ayudarlo. El protagonista habló en el diario Sport y en la Cadena Cope.

Llevaba tres meses sin lanzar un tuit , tres meses de pandemia, porque el estado de alarma lo había desplazado aún más. No podía ir a la biblioteca municipal donde se documentaba y no tenía acceso al wifi.

«Llevo tres meses sin tuitear porque no tengo luz y tampoco un hogar desde 2008. Algunos meses antes estuve hospedado en unos pisos, en una pensión... pero no funcionó bien», aclara Carmona, conocido como @Jokin4318 en las redes sociales.

«Para mí Twitter es una terapia que me desahoga de todo esto y que me permite escribir de una de mis grandes pasiones como es el atletismo desde que vi ganar a Kratochvilova en el 800 en el Mundial de Helsinki 83 en unas vacaciones en Los Alcázares. Me gustaba todo pero esa carrera se me quedó grabada. Y el hecho de saber que en Twitter entretengo a la gente me lleva a pensar que por lo menos estoy haciendo algo bien», explicó.

Carmona admite en las entrevistas que «he cogido comida de la basura» y que duerme «en un colchón que encontré en la calle» . Llegó a Madrid a los 19 años y comenzó a trabajar «repartiendo publicidad». Después tuvo un quiosco de helados en la calle Orense.

«He trabajado también en la consigna del Atlético de Madrid . Y entre todo, de lo poco que he ganado es de lo que voy tirando porque yo no gasto nada. Desde que se vino abajo el puesto de helados he sobrevivido como he podido. Trabajaba muchas horas en el kiosko de helados, pero el Ayuntamiento quiso que no continuara y me quedé sin hacer nada y sin los clientes, que eran mis relaciones sociales. He trabajado con contratos cortos de cartero, pero que no te dan para una habitación», añadió.

« No me quiero hacer ilusiones, pero ha salido una cosa relacionada con el atletismo», decía sin lanzar las campanas al vuelo.