Tokio 2020

El aplazamiento más oportuno de los Juegos

Deportistas como Beatriz Ferrer-Salat o Maialen García, lesionadas, tienen ahora opciones de ir a Tokio 2020

Ona Carbonell, embarazada, hace estiramientos en su casa
Emilio V. Escudero

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El habitual paseo matutino con su caballo estuvo a punto de convertirse en una pesadilla hace dos meses para Beatriz Ferrer-Salat , doble medallista olímpica en Atenas, que ha pasado de ver cómo se esfumaba la opción de ir a sus quintos Juegos a que esa posibilidad cobre más fuerza que nunca. «Aquella mañana salimos al campo, como muchos otros días cuando, de repente, el caballo se asustó y empezó a galopar. Aguanté lo que pude, pero acabé saliendo por los aires y caí de espaldas. Apenas podía mover los brazos y los dedos, pero lo primero que le pregunté a los médicos fue que cuándo podría volver a montar. Cuando me dijeron que entre 4 y 6 meses me di cuenta de que los Juegos se habían acabado para mí», relata a ABC Ferrer-Salat en plena recuperación tras la caída.

Para ella, el aplazamiento de Tokio 2020 ha sido una bendición. Un golpe de suerte al que no está acostumbrada, pues en Pekín 2008 y Londres 2012 tuvo que ausentarse a última hora por sendas lesiones de sus caballos . «Dentro de toda la desgracia que estamos viviendo, a mí me viene de lujo este cambio de los Juegos. Al aplazarlos un año tengo la oportunidad de clasificarme con Elegance, el caballo con el que quiero ir, e intentar luchar por una plaza en el equipo», señala la deportista, cuya recuperación ha sufrido un frenazo por culpa de la crisis del coronavirus.

Aun así, no duda de que, si todo va bien, podrá vivir en Tokio sus quinta cita olímpica a los 55 años. « En los Juegos he vivido de todo, desde participar, hasta lograr dos medallas . Ahora, me ha tocado un aplazamiento, que es algo histórico y que, en mi caso, me ha abierto una puerta que ya creía cerrada», señala.

Beatriz Ferrer-Salat se recupera de la caída del caballo del pasado enero

La catalana no es la única a la que el avance del virus le ha devuelto la ilusión olímpica. Maialen García –jugadora de la selección de hockey hierba–, se rompió la rodilla el año pasado y tenía descartados los Juegos, pero ahora tendrá más tiempo para llegar en plenitud a Tokio. « Han sido meses muy duros, porque tuve que pasar dos veces por el quirófano y, aunque la situación que estamos viviendo es muy negativa, para mí el aplazamiento de los Juegos ha sido como un rayo de esperanza », explica la jugadora vasca.

También Ona Carbonell , embarazada desde hace semanas, podría tener una pequeña opción de estar en Tokio. Un caso extremo, pues la dificultad de prepararse para un evento tan exigente en tan poco tiempo –será mamá en otoño y apenas le quedarían unos meses hasta la ceremonia inaugural de los Juegos– es máxima. Desde la federación no descartan que la doble medallista olímpica pudiera repetir en Tokio. Algo imposible para muchas nadadoras, pero al alcance de la catalana, cuyo tesón y capacidad de trabajo son extraordinarios. « Si alguien puede conseguirlo es ella », revela a ABC una persona cercana al equipo de sincronizada. Brotes verdes en medio de una crisis médica que ha paralizado el deporte, pero que renueva sueños que estaban frustrados.

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