CICLISMO

La marca de la bicicleta «dopada» mecánicamente amenaza con emprender acciones legales

Wilier Triestina se muestra indignada: «Saber que una de nuestra bicis ha sido vilmente manipulada nos produce mucha tristeza»

La marca Wilier Triestina ha amenazado con emprender acciones legales contra los responsables del presunto "dopaje mecánico" detectado este sábado en una de sus bicicletas en los Mundiales de ciclocross de Heusden-Zolder (Bélgica ) que está siendo investigado por la Unión Ciclista Internacional (UCI). "Estamos literalmente conmocionados. Es inaceptable que la foto de una bici nuestra esté dando la vuelta por todos los medios internacionales por un hecho desafortunado. Trabajamos a diario para llevar al mundo la calidad de nuestros productos y saber que una Wilier Triestina ha sido vilmente manipulada nos produce mucha tristeza", ha declarado el consejero delegado, Andrea Gastaldello.

"Nuestra sociedad", añadió, "se reserva emprender acciones legales contra la corredora o cualquier otro responsable de este grave asunto a fin de salvaguardar el buen nombre y la imagen de la compañía, presidida por el profesionalismo y la seriedad en sus 110 años de historia". La UCI anunció este sábado la apertura de una investigación en torno a la bicicleta de una de las participantes en la carrera sub-23 de los Mundiales de ciclocross en Heusden-Zolder (Bélgica) por sospecha de "fraude tecnológico". "La UCI confirma que, siguiendo las regulaciones sobre fraude tecnológico, una bicicleta ha sido apartada para una posterior investigación en los controles realizados en la carrera femenina sub-23 de los Mundiales de ciclocross. Esto no afecta a ninguna de las corredoras del podio", explicó el comunicado.

Aunque el comunicado de la UCI no lo especificaba, la Federación Belga confirmó que la bicicleta investigada por presunto fraude tecnológico es la de su corredora Femke Van den Driessche , una de las favoritas en la categoría, que se retiró de la carrera alegando precisamente una avería mecánica en la última vuelta. El reglamento de la UCI establece que el fraude tecnológico, en este caso supuestamente la adaptación de un motor a la bici, está castigado con la descalificación de la corredora y una suspensión de un mínimo de seis meses, además de una mula de entre 100.000 y un millón de francos suizos. Desde hace años en el mundo del ciclismo se viene sospechando que se han cometido fraudes por la adaptación de motores a las bicicletas durante la competición, pero hasta ahora no se ha detectado ninguno en los controles tecnológicos

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