Gemma Mengual nunca se fue

«Fue Ana Montero», acusó entre risas Gemma Mengual sobre su regreso a la competición, después de haber dicho adiós en 2012. Fue Ana Montero, directora técnica del equipo nacional de natación sincronizada, quien la sedujo para permanecer en contacto con el deporte que ella llevó a lo más alto de los podios del mundo cuando apenas nada se sabía de este baile en el agua. Dos medallas olímpicas, diecisiete del mundo, diecisiete europeas. Veinticinco años de dedicación que culminaron cuando Mengual, ya con un hijo, Nil -después llegaría Jou-, decidió aparcar esa parte de su vida. O no. Porque sin poder desvincularse del todo del deporte que la vio crecer y que creció con ella, se unió al equipo técnico para contar su experiencia a las nuevas generaciones. Después, una llamada de Ona Carbonell puso la semilal del regreso. «De ahí, me dijeron que probara para el dúo mixto en el Mundial de Kazán y solo podía pensar “Madre mía, dónde me he metido, qué pereza”». Y entonces, Ana Montero. «Me envenenó: “tú, prueba, ya veremos, a ver qué tal”. Me lía, me lío yo y aquí estoy. Era un reto. ¿Soy capaz?, me pregunté. Y sí, lo soy », aseguraba tajante a ABC. En abril cumplirá 39 años.

Una vuelta al agua de donde apenas salió, pero que ha evolucionado en su pausa. «Comencé en la natación sincronizada con ocho años y me retiré a los 34, aunque la última gran competición de nivel fue en 2009. Lo he hecho toda la vida y tenía interiorizadas tantas cosas que cuando me tiré al agua me salía solo. Mi cuerpo recordaba figuras, ejercicios y cómo gestionar el esfuerzo ». Sin embargo, existen otros elementos a los que se ha tenido que adaptar. La exigencia de los jueces en cuanto a alturas y rapidez ha variado con respecto a la sincronizada que ella puso en el mapa. «Aspectos técnicos que yo corregía a Ona Carbonell desde fuera y que ahora es ella la que me dice cómo tengo que hacerlo en el agua. Sigo aprendiendo muchísimo de este deporte... ¡a mi edad!».

El dúo se ve favorecido por una altura similar y unos físicos también parecidos, a lo que suman los caracteres complementarios de las protagonistas: a una explosiva Carbonell se suma una experimentada Mengual. Un nombre de mucho peso en el mundo de la sincronizada y que España espera explotar en los Juegos. «Conoces a muchos jueces que me han visto evolucionar. Algunos me miraban extrañados porque no sabían si sería capaz de volver a un buen nivel. Aún podemos mejorar mucho, pero en el Open de Francia muchos comentarios del mundillo de la sincro eran del tipo: “no pensábamos que llegarías a la altura”. Así que es guay, da confianza», relataba.

Ayer expusieron su ejercicio de dúo técnico en el preolímpico de Río, donde casi aseguraron su plaza, de las siete que se reparten, al quedar primeras de los 27 países participantes con una nota de 89,181 . A falta del dúo libre. Ya estaban clasificadas la anfitriona Brasil, Rusia, China, Egipto y Australia.

También se juega una plaza el equipo . Sin Mengual en sus filas, pero con Carbonell como líder después de ausentarse de la rutina colectiva en el Mundial de Kazán. La dinámica ha variado este último año y España deberá pelear para recuperar un podio que se le escapó este verano en la cita mundialista. Para tres billetes, seis rivales: Canadá, Chile, Francia, Italia, Japón y Ucrania, especialmente complicados los dos últimos, que apartaron al equipo hasta la quinta plaza en Kazán. Su actuación deberá ser perfecta el sábado y el domingo. Hoy, se dirimen las otras seis plazas de dúo con la rutina libre. Gemma Mengual vuelve al agua, de donde nunca se fue.