La fiscal del caso Urdaibai apela al «sentido común»: «¿Para qué querían sustancias dopantes?»
El número de acusados por una presunta red de dopaje se reduce de diez a seis en la última jornada del juicio
El juicio celebrado desde el pasado lunes en Bilbao por una presunta red de dopaje organizada en el club de remo vasco Urdaibai en 2010, que habría mejorado el rendimiento deportivo hasta ganar la Liga ACT y la Bandera de la Concha, ha celebrado este viernes la última jornada de la vista oral, tras la cual ha quedado visto para sentencia . Una sesión en la que, tras la declaración de un perito, las partes han expuesto sus conclusiones.
El Ministerio Fiscal, de común acuerdo con la acusación particular, ha modificado tanto el número de personas acusadas como las penas de algunas de ellas. Así, han quedado absueltas dos farmecéuticas, la esposa del entrenador y el exciclista Antonio Arenas. Además, han reducido las peticiones tanto para la esposa de este último, Teresa Mesa, a seis meses de cárcel, y para el que exmédico del club (Borja Garay) a un año y medio; en ambos casos, son sustituibles por una multa. Para el galeno también se pide su inhabilitación para ejercer la medicina deportiva.
En cambio, las acusaciones mantienen la petición de dos años y seis meses de prisión por un delito contra la salud púlica para el resto de acusados, encabezados por quienes ocupaban en 2010 los cargos de presidente (Josu Zabalondo), entrenador (José Manuel Francisco) y enfermera (Arantza Ormaza); junto a ellos, el médico Marcos Maynar, a quien acusan de haber facilitado las sustancias. Mesa reconoció durante el juicio haber enviado varios paquetes a Urdaibai.
«Todo es rocambolesco»
En su exposición final, la fiscal ha enumerado lo que considera hechos objetivos, como el envío de varios paquetes, las transferencias monetarias entre los acusados y la declaración del testigo protegido, un exremero del club, así como de varios deportistas que continúan en Urdaibai. En su alocución, la fiscal ha apuntado a la actitud de la cúpula del club en 2010: «Si no se estaba haciendo nada reprochable, ¿por qué desde el club no se quiso decir nada? ¿Por qué el presidente recibe paquetes y no da razó de nada? Hay una ignorancia deliberada. Es un club donde no se sabe nada de nada ».
«A mi juicio», ha indicado, «[al médico Borja Garay] le utilizaron para tapar al señor Maynar, que dirigía encantadoramente la operación desde su sitio, sin mojarse». «¿Qué pinta este señor en La Concha?», se ha preguntado en alusión a un viaje que realizó Maynar en 2010. « Todo es rocambolesco. ¿Para qué quieren tantas jeringuillas y mariposas? », ha proseguido dentro de su pretensión de ir «hilvanando todos los indicios».
De los remeros que negaron inyecciones intravenosas ha disculpado que «se juegan el cocido y les va en ello la ilusión de ganar y la necesidad de trabajar». «Tenemos unos productos dopantes con indicios importantes de que han sido administrados en el club. ¿Para qué quiere el club esas sutancias? ». En este punto se ha respondido que basta con utilizar el «sentido común». Que se haya «puesto en riesgo una vida humana», en alusión al testigo protegido, ha indicado, es «lo suficientemente grave».
Por su parte, el representante de la acusación particular, ejercida por José Luis Korta, entrenador de Kaiku en 2010 cuya denuncia inició la investigación que ha desembocado en juicio, ha destacado la « variedad y cantidad de sustancias » supuestamente administradas a los remeros y ha hecho hincapié en la sofisticación de los métodos que empleaban los acusados para comunicarse.
La defensa pide la absolución
Los letrados de la defensa han rechazado la argumentación de la fiscal y han reclamado la absolución de los clientes. Para el abogado de Garay, no ha quedado acreditado que hubiera un «peligro concreto» para los remeros. Por su parte, el letrado de Maynar ha insistido que entre su cliente y Francisco había una relación de mera amistad. « No han demostrado que integrara una trama de suministro », ha dicho de su cliente.
El abogado de Arenas y Mesa ha protestado porque, a su juicio, se les había vuelto a juzgar por formar parte de una red de distribución de sustancias dopantes, delito por el que «ya habían sido juzgados. De «extraño» ha tildado el juicio el representante de Zabalondo y Francisco, quien ha restado valor a la declaración del testigo protegido, por haber ofrecido una rueda de prensa en la UIMP el pasado mes de junio; y ha asegurado que los remeros que testificaron están «sanos no, sanísimos» , frente al riesgo para su salud al que apunta la acusación. También se ha mostrado muy crítico con la instrucción del caso.
El único acusado que ha querido hacer uso de la palabra antes de concluir el juicio ha sido Maynar: «Soy una persona honrada en lo personal y en lo laboral. Y aquí se me ha tratado como a un delincuente sin tener en la actualidad ningún antecedente penal. Y he escuchado durante el juicio afirmaciones subjetivas para hacerme daño en personas en las que pensé que esto no podía ser así por la profesión que desempeñan. También he asistido a situaciones que creía que solo veía en películas», ha leído de un papel.
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