Homenaje

La emocionada despedida de Pérez de Tudela a Bernardino Lombao

César Pérez de Tudela

«Te echaremos de menos». Es lo que decía ayer José María Aznar, el expresidente del Gobierno de España, cuando se enteró de la muerte de su entrenador y amigo Bernardino Lombao Sotuela , y estoy seguro que lo decía de verdad, al margen de temas y posturas políticas. «La suprema y verdadera distinción es la de amigo-enemigo» según el famoso jurista del Tercer Reich Carl Schmitt.

Bernardino Lombao, el gran atleta, deportista y entrenador , a quién yo no veía desde hacía varios meses, cuando Lombao y yo presentamos a Kitín Muñoz el famoso navegante español casado con la hija pequeña de S. M. Simeón de Bulgaria en el Club Siglo XXI de Madrid.

Allí estaba el Lomba, con su espléndida presencia, al lado del general jefe de los 'Boinas Verdes' en donde se hizo un aguerrido deportista, leyendo su larga conferencia llena de éxitos y percances.

«Te echaremos de menos», Lomba, no solo Aznar, sino todos los que te seguíamos tratando, admirando el fervor por el deporte que mantenías pasados los 75 años , luciendo tu musculado torso, compitiendo y saltando en pértiga, de bambu y no de fibra, que tiene su mérito y para lo que se necesita tener una buena dosis de valor.

Aznar presentó su libro «Entrenar el cuerpo es mejorar la vida» pocos años después de lucir en las revistas de moda una tripa con la añorada «tableta» resultado de la practica con el maestro Lombao.

Una de las dos veces en la que yo he saludado a Aznar fue a la entrada en el Casino de Madrid, en donde a pesar de llegar tarde el entonces presidente me saludo cordialmente, animándome a que palpara su brazo duro por esas discutidas y discutibles 3.000 flexiones.

Los resultados del ejercicio del entrenador «Lombardino» -le llamaban así en la Moncloa- cuando le decían la hora en la que el presidente podía dedicarse a practicar su entrenamiento. Lo cierto, confesado por Lomba, es que él estaba mayormente a las 7 de la mañana que era muy de noche en los meses del invierno.

Ha muerto Lomba al que yo conocí a finales de los «50» del siglo pasado en el Puerto de Navacerrada, entrenándose con pasión, siendo enseguida campeón de los 400 metros vallas y siendo homenajeado por mis compañeros esquiadores de fondo, que le rendían pleitesía por ser ya entonces un campeón simpático y campechano.

El Lomba era un aventurero del deporte, contemporáneo (no coetáneo) de Miguel de la Quadra Salcedo, en las pistas universitarias, en las que yo era un sencillo admirador de ambos deportistas que entrenaban con el Club Canguro de Rafael Cavero, hermano del exministro del mismo apellido, y buen esquiador

Lomba propietario –hay que decirlo- de una buena arquitectura que le habilitaba para ganar y ser seleccionado en las más famosas pruebas, lo que él supo aprovechar con inteligencia. A él le entrenaba ese «Maestro» de maestros… llamado José Luis Torres, nombre con que Torrelodones bautizo las recién inauguradas pistas… en donde el día de la presentación el Lomba fue el primero en llegar.

Coincidimos muchas veces cuando la Consejería de Cultura y Deportes de Madrid nos escogieron, a él y a mí, para impartir las conferencias en los cursos para mayores de 50 años. Ambos fuimos cordiales y afectuosos, aunque no estábamos de acuerdo si era bueno o malo dormir mucho o poco para el entrenamiento

A Lomba había que tenerle aprecio por él mismo, por su simpatía, proximidad y optimismo. A mí siempre me caía muy bien y no se me olvidaba aquél estupendo regalo que me hizo, el equipamiento deportivo –incluido los esquíes- cuando fue gerente o director de la marca «Karhu» la primera firma importante que se estableció con mucho éxito en España.

Lomba entrenó no solo al presidente del Gobierno español sino también a numerosos deportista de élite como el recordado Areta o Sagrario Aguado o Rafael Blanquer que salto más de 8 metros.

Lomba tenía prestigio como deportista múltiple, también en balonmano con el Atlético de Madrid y disfruto el éxito con sus programas de TVE en la Dos, 'El sueño olímpico' y 'Escuela del Deporte'.

Pero el verdadero éxito de Lomba, Lombardino, fue su disposición para ayudar a los demás, persiguiendo la bondad, y haciendo por tanto de su vida una verdadera obra de arte. Lomba «Te echaremos de menos».

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