Las claves de las medidas exigidas por el mundo del toro a Cultura

Los distintos sectores se unen por primera vez para poner en valor la tauromaquia

Un torero se ajusta la montera Ignacio Gil

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Los distintos sectores profesionales y los aficionados a los toros han enviado al ministro de Cultura un documento con 37 medidas para afrontar la crisis del coronavirus. Se dividen en cuatro capítulos: 1/ Para paliar los daños ya sufridos. 2/ Para el reinicio de la actividad. 3/ De fomento, en la posterior crisis económica. 4/ De dinamización.

A todas ellas precede una bien documentada introducción, en la que se exponen, con datos objetivos, la importancia cultural, ecológica y económica que tiene la Tauromaquia, en España; sus peculiaridades, dentro de las industrias culturales; la obligación legal que tienen, con ella, todas las administraciones, por formar parte del Patrimonio Cultural : «Garantizarán su conservación y promoverán su enriquecimiento» (Ley 18/2013 del 12 de noviembre).

Las peticiones

1/ Unidad. Por primera vez, se reúnen los sectores de profesionales y aficionados en un documento con puntos concretos: eso es positivo.

2/ Destinatario. Va dirigido al Ministro de Cultura pero muchas de las peticiones no dependen de él sino de las Comunidades Autónomas, TVE, Ministerio de Hacienda, Seguridad Social…

3/ Un marco general . Por proceder de colectivos muy variados, las propuestas son heterogéneas. Sólo se concreta la petición económica en dos puntos: la bajada del IVA de los espectáculos, del 10 al 4%, y la reducción del IVA del toro (21%). También, el apoyo a las novilladas con dos millones de euros.

4/ No sólo ayudas económicas. También se piden reducción de cargas fiscales, flexibilización de requisitos administrativos y promoción, en los medios de comunicación pública.

Resumen

Si los Diez Mandamientos se resumen en dos, estas 37 medidas también pueden sintetizarse así:

1/ Pleno reconocimiento de la Tauromaquia como industria cultural.

2/ Su corolario: que la Tauromaquia reciba un tratamiento presupuestario equivalente al de las otras industrias culturales.

Estas dos cosas, me parece, no admiten duda.

¿Serán atendidas?

Es muy dudoso, por varias razones.

1/ Hay muchos sectores culturales afectados y el Gobierno destina, a eso, poco dinero.

2/ La postura de Podemos, que ahora tiene tanto peso en el Gobierno, es radicalmente contraria a los toros. En este tema, el PSOE actúa siempre con ambigüedad, acomplejado, aunque defienda la Fiesta en algunas Comunidades, como Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha: allí, sus votantes no entenderían otra cosa.

3/ Los antitaurinos se mueven con mucha más eficacia que los taurinos. Estoy convencido de que la simple publicación de este documento provocará que lleguen al Ministerio de Cultura centenares de mensajes en contra y ni uno a favor. En vista de eso, el ministro de Cultura no querrá meterse en un lío más.

4/ Hay que evitar el prejuicio de reducir el sector taurino a media docena de figuras, que no necesitan ayudas. Tampoco el teatro o la ópera se limitan a unas pocas estrellas. La inmensa mayoría de los profesionales taurinos –igual que los de todos los sectores, culturales o no– lo están pasando ahora muy mal.

Están en juego miles de puestos de trabajo: según este documento, unos setenta mil, entre los directos y los vinculados. También, la conservación de ese tesoro ecológico único que es el toro bravo y una Fiesta que forma parte indiscutiblemente de la cultura tradicional del pueblo español.

En todo caso, este documento supone un punto de partida necesario y útil.

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