Pablo d’Ors: «Las palabras, si nacen del silencio, pueden cambiar el mundo»
El sacerdote y escritor protagoniza la primera sesión del año 2020 del Aula de Cultura ABC
Desde que el sacerdote Pablo d’Ors puso el pie sobre el escenario, el teatro Cajasol enmudeció. Permanecía llena la sala desde mucho antes de la hora convocada para el comienzo de la que fue la primera sesión del año 2020 del Aula de Cultura ABC, que patrocina la Real Maestranza de Caballería de Sevilla , la Fundación Cajasol y la Fundación Vocento .
El director del Aula, Francisco Robles , recibió por segunda vez a D’Ors, que ya participó en este ciclo en septiembre de 2016. Del escritor dijo que «ha hablado mucho sobre el silencio, curiosa paradoja», y que empezó siendo un «verso suelto» en el panorama literario hasta que llegó a vender 150.000 ejemplares de «Biografía del silencio ». Precisamente, ayer presentaba su 35 edición (primera en Galaxia Gutenberg) que incluye acuarelas de Miquel Barceló que «complementan el silencio escrito», dijo
El protagonista estuvo acompañado por el también escritor Fernando Iwasaki , quien hizo una reflexión sobre «un libro esencial porque desarrolla tres conceptos: el silencio, la meditación y la espiritualidad», dijo. Durante toda la conferencia se subrayó el hecho de que «vivimos en un enjambre, el ruido nos rodea constantemente. Partir de esto es fundamental, porque la propuesta de Pablo es hablar del silencio desde un espacio nuevo en el que es posible escuchar », dijo Iwasaki. Recurrió a los contemplativos para recordar que «cuando nos instalamos en el silencio podemos abordar la meditación. Salir de la vida activa para entrar en la vida contemplativa», añadió antes de reconocerse «lector agradecido y deslumbrado».
Pablo d’Ors compartió la «experiencia del silencio» con los asistentes recurriendo a Simone Weil . «Somos contradictorios y por ello el gran desafío es la armonía. ¿Cómo convivir con la contradicción que somos? Modestamente he descubierto un camino que es el silencio, el silenciamiento o la meditación», dijo para comenzar. Quiso responder también a dos preguntas en las que basó su intervención: «¿Quién soy yo?» y «¿quién es Él?» «La primeras somos todos y la segunda es el silencio o Dios». La primera pregunta la respondió explicando el significado de tres palabras: vocación («tenemos una voz interior»), oficio («hay que predisponerse a escuchar, exige un ponerse a practicar») y estilo de vida. («Si introduces esta práctica la vida va a cambiar y ello implica dedicarse 25 minutos. Si no cuidamos el alma, se muere»). «Somos una voz, una practica de la escucha y un estilo de vida gracias a ello», dijo.
Para responder «¿Quién es Él?» utilizó tres imágenes: «El bosque incendiado», «La habitación vacía» y «La puerta». «Dios tiene que ver con las tres», dijo, para concluir que «la palabra cuando nace del silencio actúa. Las palabras, si nacen del silencio, pueden cambiar el mundo . Escribir o hablar es un ejercicio espiritual. Silencio y palabra son dos caras de la misma moneda». Con respecto a «La habitación vacía» explicó cómo tenemos una mente tan sobrecargada que no vemos lo que hay. «Es posible vaciar un poco. Es el silencio. Un vaciamiento que da claridad. El vacío es camino de plenitud», matizó.
Compartió también cómo nos pasamos la vida buscando una puerta a la felicidad o la plenitud. «Muchas vidas se pasan sin encontrarla. En cualquier caso la puerta se abre. Es esperar activamente. He pasado al otro lado... De estas cosas solo se puede hablar en metáfora », reconoció. Cuando pasas la puerta descubres dos cosas: que lo que está al otro lado es lo mismo, pero tu manera de mirar no es la misma. Descubres también que hay un montón de puertas. «Si todo es una puerta, la conclusión es que no hay puerta, y si no hay puertas no hay habitación», añadió.
A continuación se abrió el debate, en el que se trató el tema del dolor o la diferencia entre experiencias y vivencias. «He venido para hacer una propuesta. Siéntense en silencio y quietud 25 minutos al día. Lo dice Franz Jalics . Meditar es un trabajo con el cuerpo y con la palabra. Poner la atención en un punto del cuerpo. En el corazón. Escoger una palabra y fiarse de ella», dijo antes de animar a los asistentes a descubrirlo.
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