Sebadoh: un modo distinto de percibir la belleza
La otra banda del bajista de Dinosaur Jr, Lou Barlow, realiza su primera gira por España desde hace seis años para presentar su último disco «Act Surprised»
Cuando Lou Barlow abandonó sus tareas de bajista en Dinosaur Jr. en 1989 –él y J. Mascis acabaron odiándose, aunque ahora estén juntos y bien avenidos de nuevo–, ni se imaginaba que la banda paralela que había formado un año antes, Sebadoh, se convertiría en una de las más influyentes y notables del indie americano en la década de los 90. Su nombre apareció por primera vez en las páginas de ABC en 1994 como «uno de los grupos más aclamados de la independencia yanqui», junto a nombres como Pixies, Pavement o Superchunk.
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Fue el año que publicaron «Bakesale», quinto álbum de la banda y habitual en las listas de lo mejor de aquella década. «Sebadoh es otra destacable formación del panorama alternativo. El grupo de Lou Barlow, que graba para el conocido sello de Sub Pop, publicó a finales del año pasado “Bakesale”. Un buenísimo disco en el que las guitarras retorcidas, canciones de estructura poco convencional, los ruidos más o menos dosificados, volvían a presentarse como afortunadas materias primas», confirmaba este periódico en 1995 .
Ahora, después de seis años de su último disco «Defend Yourself» (2013), los estadounidenses vuelven a los escenarios con un nuevo trabajo, «Act Surprised», que se publicó a finales de mayo. Barlow, junto a su compañero más viaje de batalla, Jason Lowenstein, y el batería Bob D'Amico, aterrizaron ayer en España para actuar en el Kafe Antzokia de Bilbao y continuarán a partir de hoy en otras seis ciudades: Barcelona (Razzmatazz), Madrid (viernes 11, en la Sala But y dentro del ciclo Tomavistas Ciudad ), Valencia (sábado 12, en la sala 16 toneladas), Mallorca (domingo 13, Es Gremi), Cádiz (lunes 14, Edificio Constitución 1812) y Vigo (miércoles 16, en La Iguana).
Un disco este último en el que contaron con el productor Justin Pizzoferrato, al que Lou Barlow ya conocía de los primeros antiguos de Dinosaur Jr. Y en el que, a diferencia de los anteriores, han abandonado esa inmediatez que en el pasado les llevaba a grabar discos tan influyentes como «Bakesale» (1994) o «Harmacy», incluso estando ya en Sub Pop, con equipos de grabación prácticamente amateur y en muy pocos días. Algo que les llevó a ser considerados algo así como los padres del sonido lo-fi y que les hizo tan especiales a ojos de otros músicos y bandas, aunque ellos se empeñen en negarlo en cada entrevista que dan.
Se podría decir que ellos mismos se quieren menos de lo que los quiere mucha gente. «Sinceramente, creo que la mayor parte de lo que he hecho musicalmente en mi vida ha fallado, ya sea la parte creativa desde mi propia percepción o, objetivamente, en la respuesta que he tenido del público. Eso hace que me acerque a cada nuevo proyecto como si tuviera enfrente una pizarra en blanco y estoy agradecido con eso», aseguraba Barlow hace no mucho en la web musical « AllSton Pudding », para a continuación insistir en que era incapaz de ver la influencia de su banda en otros grupos posteriores a Sebadoh.
En España, sin embargo, la revista « Mondosonoro » incluyó «Bakesale» entre los mejores discos de la década de los 90, junto a las obras de otras bandas mucho más conocidas como Nirvana, Portishead, PJ Harvey, REM, Pearl Jam, Björk, Sonic Youth, Public Enemy, U2, Rage Against The Machine, Radiohead, Blur, Oasis, Fugazi o Nick Cave, entre otros. En el año de su publicación, este mismo álbum aparición en las listas de los mejores de medios especializados como «Spin», «Village Voice», «NME» y «Mojo». En la revista «PopMatters» se le describió como «un tótem, posiblemente tan importante para el desarrollo del indie-rock como lo fueron “Bee Thousand”, de Guided by Voices, y “Crooked Rain, Crooked Rain”, de Pavement».
Y algo parecido ocurrió con el siguiente, «Harmacy», al que la prestigiosa «Rolling Stone» situó entre los mejores diez discos de 1996. «Ese álbum fue un verdadero rompecorazones. Estaba destinado a seguir la estela triunfal de “Bakesale”, pero Sub Pop puso una enorme cantidad de dinero para que lo grabáramos y todo se torció un poco. Nos metieron en un estudio e inmediatamente el tipo con el que estábamos trabajando dijo: "Tienes que despedir a tu batería". Yo estaba como: "¡Oh, joder!". Nos decía que las canciones nunca explotarían a menos que tuviéramos a un baterista diferente. Eso nos puso en una posición difícil en la que se nos obligaba a tomar una decisión que, por supuesto, no tomamos. El batería se quedó y, efectivamente, el disco realmente no despegó de la forma en que debería haberlo hecho [...]. Ahora, cuando escucho ese disco, escucho la voz de nuestro jodido productor diciéndome: “Estas canciones nunca despegarán”», comentó Lou Barlow sobre ese trabajo en « Stereogum » casi veinte años después.
El cantante y guitarrista es, tanto en su música como en sus explicaciones acerca de ella, la negación misma de la sofistificación. Sobre todo en lo que se refiere a los arreglos, que conduce a una manera diferente y muchos más desnuda que muchos de los grupos de finales del siglo pasado. Un modo distinto de percibir la belleza con unas canciones que, en ocasiones, no son fáciles ni propensas a convertirse en éxitos.