Rosalía, la «ambición morena» prepara su nuevo disco en EE.UU.

La artista española es portada de la edición estadounidense de la revista «Vogue»

Rosalía Reuters

María Estévez

Rosalía es portada de «Vogue» en Estados Unidos, Rosalía es la artista española más global del milenio, Rosalía es la cantante urbana más versátil del momento, pero ¿quién es realmente Rosalía? ¿La joven apasionada de una estética particular que aparece en el disco de Cardi B sin cantar? ¿La cantante rupturista que hace carrera salpicando su música con digresiones? ¿O ambas? En realidad, una artista entregada a su trabajo, tal y como desvela en la entrevista concedida a «Vogue».

Desde que salió de la Universidad, parece que Rosalía se maneja con regla, escuadra y cartabón. Embarcada en el lanzamiento de su próximo disco, Rosalía confiesa en las páginas de la biblia de la moda que disfruta de sus paseos en bicicleta por Echo Park , en Los Ángeles, donde ha venido a grabar su próximo disco, que estrenará este 2021.

Los palos del flamenco

A sus 28 años, la joven aparece en las fotos posando con los brazos en forma de cuerno, ataviada con un traje de volantes rojo, sangrando los estereotipos de una imagen de España que identifica el fotógrafo sin ningún problema y ella utiliza en beneficio propio. Camarón, Paco de Lucía, Regla Ortega, Carmen Amaya o Lola Flores también fueron artistas que salieron en páginas de grandes medios norteamericanos, artistas que triunfaron haciendo «las Américas», pero ninguno fue tan «académico». Más bien al contrario: se educaron y educaron a su público desde la experiencia y fueron artistas dedicados a su trabajo, que también quisieron cambiar las texturas, los ritmos, los palos de un flamenco en constante evolución.

«Me encantan las cosas que están muy estructuradas o muy sueltas; no me interesa encontrar un término medio. Me gustan los extremos», apunta la cantante, a quien se le han brindado oportunidades que no se le brindan a otros artistas de la calle, artistas sin el cajón de fondo de la Academia que entienden su cultura desde los márgenes del barrio, desde unos extremos sociales que carecen de estructuras. A Rosalía, según explica, el debate le ha hecho pensar. «Por supuesto, y me doy cuenta de que hay una conversación necesaria que va más allá, Creo que la conversación más amplia es sobre privilegios y sobre quién tiene oportunidades. Lo ideal y lo justo sería que las posibilidades y el centro de atención fueran iguales para todos en el mundo», admite en «Vogue».

Su ambición es el motor de su carrera, de su afán de superación. El último tema que estrenó fue «Juro Que» , donde los tangos flamencos los adaptó a su voz, con ese punto milenial del autotune y la música urbana que la consagra como número uno del pop. En el videoclip la protagonista parece sacada de una película de Pedro Almodóvar: es el llanto de la copla española sin las lágrimas, una mujer con un hijo en la cárcel, mirándose en el espejo, poniendo color a unas emociones que ella solo usa como herramientas. Rosalía jura que no tiene tiempo para el amor porque es una artista académica, como apunta desde «Vogue»: «Compongo, produzco, escribo letras, escribo las primeras líneas, toco instrumentos. Te lo juro, para hacer esto, debes aplicar todos tus sentidos».

Todo está estudiado

La artista admite estudiar cada cosa que hace y esa es parte de su brecha con los artistas que la precedieron, porque si algo tuvieron los flamencos que triunfaron en Estados Unidos , y le abrieron el camino a ella, fue cuánto experimentaron con la música y la vida. Fueron artistas atrevidos que lo mismo cantaban en un club de jazz, que bailaban ante presidentes o asaban sardinas en la bañera del Hotel Waldorf en mitad de la noche. Fueron músicos que se subieron a escenarios sin chaperones, sin publicistas, sin mánagers, que viajaban de tournée en compañía y aprendieron a firmar para poder entrar en Nueva York. Ellos experimentaron la vida en busca del misterio, del escalofrío necesario, Rosalía se pierde en las tiendas de discos aprendiendo de las grabaciones de Ella Fitzgerald y Jimi Hendrix , o comprando vinilos vintage de flamenco: dos maneras distintas de crear. Durante su conversación con la revista estadounidense, Rosalía termina gastando durante el reportaje 1000 dólares en 100 discos: música para películas de Brian Eno; «Moondance», de Van Morrison; la banda sonora de «Fantasía»; los Beastie Boys; una recopilación del músico Taj Mahal...

En su horizonte, de momento, solo hay música y ganas de seguir explorando las posibilidades de su arte. En el futuro, confiesa, seguirá grabando todo el tiempo que pueda, igual que ahora. «Quiero tener 70 años y tener la energía, la emoción y el deseo de ir al estudio, tomar mi café y escribir mis canciones. Quiero seguir teniendo ese sentimiento, eso es lo que quiero, esas son las ambiciones que tengo», concluye.

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