Paddy Moloney, el hombre que sabía que, detrás de una canción, siempre se encuentra una historia
El líder de The Chieftans fue el intérprete más importante e influyente de música irlandesa durante más de medio siglo de su historia
Muere Paddy Moloney, el fundador de The Chieftains
El docto Seán Ó Riada , uno de los músicos nacionalistas más importantes de Irlanda, reconoció la notoriedad de Paddy Moloney , un hombre bueno, humilde y sabio, que, a partir de la reconversión de Ceóltoiri Chualann , la formación que dirigía Ó Riada, creó la banda Chieftains en 1963. Chieftains eran entonces Michael Tubridy en las flautas, Seán Potts en el whistle, Martin Fay en el violín, Davy Fallon en el bodhran, y a la cabeza de todos ellos, el inspirador y portavoz Paddy Moloney desde las gaitas. Hoy su instrumento suena en el cielo de los Lomax , de Agapito Marazuela , de Nolan Porterfield .
Paddy fue el intérprete más importante e influyente de música irlandesa durante más de medio siglo de su historia , y los analistas dados a la grandilocuencia lo reconocieron siempre, con bastante fundamento, como el continuador de la enorme labor de recuperación que empezó a hacer Ó Riada. A lo largo de casi cuatro decenas de álbumes producidos desde 1963, Moloney y The Chieftains escribieron la crónica viva de una música que, como la tradicional de su país, Irlanda, parecía desaparecida, o, en el mejor de los casos, condenada al olvido.
La suerte de gustar a Stanley Kubrick
' Women of Ireland ' fue un título estelar que apareció en la banda sonora del film aquel de Stanley Kubrick , ' Barry Lyndon ';, y acompañó muchas emociones en los años adolescentes de muchos de nosotros. Desde ese momento, Paddy Moloney con Chieftains en Irlanda, Ewan McColl en Escocia, y Alan Stivell en Bretaña se convirtieron en los dueños de la música de algunos de los álbumes que me hicieron amar el folclor céltico cuando apenas era otra cosa que un alevín de rockero. El círculo se cerró en 1978, cuando pude ver en Dublín a Chieftains y a Stivell en Madrid, en un teatro Alcalá Palace rodeado, por cierto, a la salida por un destacamento de policías nacionales (entonces Policía Armada), dispuesto a sofocar cualquier manifestación de entusiasmo. Lo de Moloney con los Chieftains tuvo otro carácter. Un concierto sencillo, casi en familia, que acudió a la llamada de mis recuerdos, de los de muchos. El pasado lunes, cuando llegó la noticia de su muerte, se agolparon un sinfín de emociones en mi mente.
El amplio registro de sus gaitas era asombroso en los repertorios más festeros y rítmicos de sus espectáculos, en los reels y en las gigas. A mí, sin embargo, me cautivaba sobre todo la caricia de las baladas de pliego, el calor inefable de su modo de arreglar el fraseo de todos los músicos acompañantes, la delicadeza imposible de cualquiera de sus pequeñas flautas, especialmente del tin whistle. Tuvo los mejores compañeros, Derek Bell, Matt Molloy, Kevin Conneff, Seán Keane , y su padrino fue, tal como dije, Seán Ó Riada, un hombre que se marchó de este bajo mundo muy joven, pero hizo del tiempo que vivió un edificio muy bien cimentado.
Con Paddy Moloney el artificio improvisado que siempre se reserva en su desarrollo el folclor, parecía tan natural como la cosa escrita, porque lo que cuidaba era el toque y la emoción y nos entregaba ambos en papel de regalo. En los últimos años, Chieftains orientó sus álbumes hacia experiencias de síntesis con artistas como Ry Cooder, Van Morrison, Elvis Costello, Mick Jagger o Carlos Núñez , con el fin de hacer más universal la música popular de su tierra.
Por todo el tiempo que no se supo nada de él, que fue mucho, he querido suponer que pasó años preparándose para morir, quizás porque su época había terminado. Una vez le pregunté qué debía tener un intérprete tradicional para defender correctamente sus intereses, y él respondió: «Es preciso descubrir el instinto en el interior de uno mismo, y llevarlo por el camino de las convicciones más allá de las convenciones. Detrás de cada canción siempre existe una historia con la que, a menudo, me siento identificado».