Olga Peretyatko: «Desde que soy madre, siento que soy mejor persona y canto mejor»
La soprano rusa acaba de interpretar a Gilda en el 'Rigoletto' del Liceo barcelonés
La voz de Olga Peretyatko (San Petersburgo, 1980) suena feliz al otro lado del teléfono. Sobre todo cuando se le pregunta por Maya , su niña de apenas once meses. Y es que la vida de esta soprano rusa ha cambiado «totalmente» desde su maternidad.
Lo confiesa desde Barcelona, en cuyo Gran Teatro del Liceo cantó ayer sábado su última función de la ópera ' Rigoletto ', de Verdi, en una producción de Monique Wagemakers dirigida musicalmente por Daniele Callegari . El de Gilda es un papel que ha cantado en numerosas ocasiones, pero en esta ocasión la directora le ha mostrado un lado nuevo. «En este montaje ella está más alejada de su padre, Rigoletto. Normalmente se presenta al personaje como una chica mucho más sumisa, pero la directora la quiere más agresiva; es diferente».
Olga Peretyatko está viviendo estos tiempos de una manera contradictoria. Por una parte con la felicidad absoluta, asegura, de esa maternidad que buscaba desde hace tiempo. «No veía el momento entre viajes, ensayos, producciones... Y la pandemia me obligó a parar , como a todos; en esa burbuja de paz inducida se produjo el milagro: me quedé embarazada y nació Maya».
La niña -«ya empieza a dar sus primeros pasos», cuenta alborozada- se ha convertido en el eje de su vida; a ella ha dedicado su último trabajo discográfico, ' Songs for Maya ', una colección de veintitrés nanas de autores y lenguajes muy distintos: desde Mozart y Brahms hasta Chaikovski y Wagner, pasando por Falla o Gershwin. El disco se remata con una pieza, llamada 'Mantra', compuesta por la propia Olga Peretyatko y el pianista que la acompaña, Semjon Skigin , que cantan en 16 idiomas distintos. «Una nana es como un mantra, la repetimos una y otra vez para dormir a nuestros niños. Los idiomas elegidos tienen su sentido, porque unimos el árabe y el hebreo, el ruso y el ucraniano».
Y es que el disco, asegura Olga Peretyatko, quiere ser fundamentalmente un mensaje de paz . «Queremos contribuir con este granito de arena a la paz mundial. Todos los padres quieren para sus hijos un mundo mejor y en paz. Este disco quiere transmitir una sensación de bienestar, de amor y de belleza». Su propia hija -para ella es el regalo de este disco- se duerme cuando escucha la voz de su madre cantándole las nanas.
Fue, según cuenta la soprano, el propio Semjon Skigin, profesor suyo en el Conservatorio de San Petersburgo, el que la buscó para grabar este disco. «Llevaba tiempo diciéndome que teníamos que trabajar juntos, y durante el confinamiento me llamó para decirme que ya no tenía excusa para no hacerlo; así que empezamos a trabajar en ello. Estudiamos al principio 35 piezas , y finalmente se quedaron en 22, más la canción que creamos».
Lo grabaron en la Pierre Boulez Saal de Berlín . Nadie sabía que estaba embarazada; sin embargo, Skigin notó que la voz de Olga Peretyatko era distinta con respecto a unos meses atrás, cuando estuvieron trabajando en las canciones. «Me dijo que había cambiado el color, que había notado diferencias, y ya le tuve que confesar que estaba esperando un bebé, que había alguien dentro de mi».
Olga Peretyatko confiesa que tenía miedo de que el embarazo y el parto perjudicaran de alguna manera su voz. Pero no. «Tres días antes de dar a luz canté un concierto, y tres semanas después volví a cantar en Baden Baden». Y asegura con firmeza que ahora «soy mejor persona y canto mejor que antes», al tiempo que reconoce que sin la ayuda de la abuela de Maya no podría trabajar. «Necesito un descanso que de otra manera no podría tener»
Por otro lado, esta situación le ha hecho reflexionar sobre la necesidad de vivir al día. «Me he dado cuenta de que podemos perderlo todo de la noche a la mañana. Hay que aprovechar lo que tenemos , especialmente la salud, que es una lotería genética. Tenemos que darnos cuenta de qué es lo verdaderamente importante, que es algo que este mundo frenético en que vivimos todos no nos deja ver».
La cultura, añade, «es una de las cosas más importantes y necesarias que tiene el ser humano. España ha dado un ejemplo en este sentido al proteger la cultura y mantener los teatros abiertos mientras en muchos otros países estaban cerrados. En los teatros se está más seguro que en el autobús o en el metro». Y recuerda que una vez, siendo estudiante en Berlín, fue a cantar a una residencia de ancianos; allí una mujer le dijo: «Siempre estoy llena de dolores, pero gracias a su voz hoy durante una hora los he olvidado por completo». Siempre ha creído la cantante en el poder sanador de la música . «Y eso quiere el disco, aliviar el dolor actual de la gente».
Confía la soprano en que aprendamos algo de la situación que estamos viviendo. «Había veces que me sentía como si estuviera viendo un capítulo de 'Black Mirror' con las cosas, algunas muy absurdas, que veía -dice Olga Peretyatko-; tengo ganas ya de recuperar la normalidad».
¿Y el futuro inmediato? Además de varios conciertos, cuenta la soprano que le toca estudiar mucho. «En los próximos meses tengo tres debuts; en marzo cantaré en Sydney por primera vez ' Maria Stuarda ', de Donizetti; en mayo interpretaré en Florencia mi primera ' Lucrezia Borgia ', tambíén de Donizetti; y en julio debutaré en Berlín el papel de Liu, en ' Turandot ', de Puccini.
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