Muere a los 84 años Don Everly, pionero del rock y último superviviente de los Everly Brothers
Junto a su hermano Phil, fallecido en 2014, triunfó en los 50 gracias a canciones como 'Bye Bye Love', 'All I Have To Do Is Dream' y 'Wake Up Little Susie'
Todo lo que tenías que hacer, cantaban Phil y Don con sus voces de aterciopelados querubines, era dormir, pero incluso los mejores sueños, aquellos de los que ni la pequeña Susie se quiere despertar, tienen un final. El suyo, el de Don y Phil Everly, empezó a resquebrajarse en julio de 1973 cuando su banda, esos The Everly Brothers de voces exquisitas y baladas inflamadas que se tutearon con Elvis Presley y dejaron huella en los Beatles, saltó por los aires durante un concierto en California.
Fue, a pesar de posteriores reuniones y reconciliaciones, el principio del final; un adiós anticipado que la muerte de Phil en 2014 y la de Don ayer mismo no hicieron más que confirmar. «Bye bye love / Bye bye happiness», que cantarían ellos mismos desde lo alto de las mismas listas de ventas que manejaron a placer en la década de los cincuenta.
Don, nacido el 1 de febrero de 1937 en Kentucky y fallecido en Nashville a los 84 años, era el mayor de los dos y también el que aportó capas de oscuridad y turbulencias a un sonido marcado a fuego por las guitarras cristalinas y las soberbias armonías vocales. «Toda mi vida he tenido esa sensación de angustia, de ser un hombre extraño», llegó a decir Don años después de que la revista ‘Rolling Stone’ bautizase a The Everly Brothers como «el dúo vocal más importante del rock».
Antes de eso, Don y Phil ya habían hecho suyos los cincuenta encadenando éxitos como ‘Bye Bye Love’, ‘All I Have To Do Is Dream’ y ‘Wake Up Little Susie’. «Sus canciones se habían incrustado de forma indeleble en las memorias de la mayoría de adolescentes que les oyeron en la época», escribe Charles Gillet en ‘El sonido de la ciudad. Historia de la ciudad’ en un intento por calibrar su papel capital entre los pioneros del rock and roll.
Tal fue su importancia que en 1960, cuando aún nadie imaginaba que los Beatles lo pondrían todo patas arriba, Warner fichó a The Everly Brothers por un millón de dólares, una cantidad hasta entonces nunca vista. Agradecidos, ellos respondieron con ‘Cathy’s Clown, la mejor canción escrita por Don.
Con su voz de barítono y sus versos de angustia adolescente, el mayor de los Everly Brothers fue el hermano oscuro; el que hizo buenas migas con Dylan y Jimi Hendrix, tonteó con el LSD y se enganchó al Ritalin para soportar el ajetreo de las giras. Los sesenta fueron salvajes, intento de suicidio incluido, y en los 70, hartos ya el uno del otro, la banda se desintegró.
Antes de eso aún tuvieron tiempo de grabar ‘Roots’, una maravilla de country-rock que enamoró a Gram Parsons pero que vendió entre poco y nada. Durante una década Don y Phil no se dirigieron la palabra, pero se reunieron en 1983 animados por Jeff Lynne, Nick Lowe y Paul McCartney, de quien grabaron ‘On the Wings of a Nightingale’. «Cuando John y yo empezamos a escribir canciones, yo era Phil y él era Don», llegó a decir el músico británico.
En 2003, cuando Paul Simon y Art Garfunkel decidieron enterrar temporalmente el hacha de guerra para embarcarse en una suerte de gira de reunión, Phil y Don Everly fuerons los escogidos para acompañarles sobre el escenario. Es más: tal era la devoción que Simon & Garfunkel profesaban por sus ídolos de juventud que, en vez de convertirlos en simples teloneros, les invitaban a aparecer en medio de su actuación conciertos para interpretar ‘Wake Up Little Susie’, ‘Let It Be Me’ y ‘All I Have to Do Is Dream’. Es ahí donde se notan los galones.