Lamento de gaitas
Texto de Paco Clavel sobre Tino Casal, incluido en la caja recopilatoria «Integral»
Conocí a Tino Casal en el Madrid de los 80 por medio del diseñador Pepe Rubio, amigo personal de ambos. En esa etapa, a finales de los 70, Madrid era un cocktail de música, pintura, moda, diseño, fotografía… y Tino fue uno de sus personajes emblemáticos. Asturiano, ya con un background musical como cantante del grupo Los Archiduques, de los que yo tenía los discos y en la portada Tino ya destacaba por su look, su vestuario y su actitud.
A nivel artístico y por sus cualidades vocales, Tino podía haber sido un gran cantante melódico, como Nino Bravo o Camilo Sesto; también pasó por el Festival de Benidorm con “Emborráchate” y como curiosidad diré que, con la complicidad de Cristina Almeida, me regaló la chaqueta de lentejuelas rojas que llevaba en la actuación; la guardo con mucho cariño y formó parte de la exposición Tino Casal, el arte por exceso en el Museo del Traje de Madrid.
Mi experiencia a nivel personal con Tino ha sido muy próxima, sobre todo en su última etapa, aunque anteriormente también coincidíamos a menudo en el estudio-taller de Pepe Rubio, donde competíamos por el modelazo y el tamaño de las hombreras. La gente podía pensar que Tino era una persona un poco distante, pero era su timidez y no el divismo lo que le hacía parecer así.
Hay que mencionar también que, aparte de una gran y personal voz, era también autor de la mayoría de sus canciones. Era polifacético: pintor, diseñador de portadas, productor musical entre otros del grupo heavy Obús y también del disco “debut y despedida” de Miguel Ángel Arenas “Capi” (posteriormente importante productor musical), con dos temas de los que Tino además es autor.
La personalidad de Tino hacía que se rodeara de gente muy especial, artistas plásticos, y músicos. Entre sus amistades estaba Luis Cobos, Costus y casi se le puede considerar como padre espiritual de Fabio McNamara. Quiero mencionar también a la cantante canaria Lea Zafrani, que fue una de sus mejores amigas. Seguramente fascinó a Tino por su look diferente al de otras cantantes españolas de la época. Leí en una entrevista que la cantante decía “Tino Casal era como un hermano, me ayudaba mucho. Tenía mucho gusto, me enseñó cómo maquillarme. Siempre estaba allí diciéndome este traje, lo otro...”
También tuvo mucho contacto con el Swingin London donde captó todo el momento de música y moda y lo adaptó a su personalidad y a España. En ese momento estaba formando parte de su vida Pepa Ojanguren, que fue alguien muy importante para su desarrollo personal y artístico.
Teníamos un proyecto musical junto con Antonio Villa-Toro, amigo de ambos, y Tino quería hacerme un disco en plan Ennio Morricone y sus músicas para el spaghetti western y estábamos en plan divertido buscando títulos, textos y músicas y uno de los títulos que se barajaron fue “Alicantina La Cantina”. Tenía un humor muy personal y en petit comité era muy divertido. Si le daba el punto se podía arrancar a cantar “Torre de arena” de Marifé de Triana, la actriz de la canción española a la que admiraba.
Podría contar muchas cosas porque convivimos y salimos bastante por la noche en su última etapa. Para él fue un shock la muerte de Costus, de los que, como ya he dicho, fue muy amigo. Como anécdota contaré que hace años encontré un disco de Rosa María Lobo en El Rastro en cuya portada Costus habían pintado unos colmillos en la imagen de la cantante, escribiendo “A la Casal en su cumpleaños” y firmado “Costus”.
Sus últimos años fueron duros por su terrible enfermedad, y su final trágico sobrecogió a todos sus amigos y admiradores.
Tino Casal es todo un referente dentro del pop español por sus canciones, sus estilismos, sus maquillajes, etc, y es justo que se haga este homenaje a una trayectoria y personalidad muy especial que, aunque se cortó prematuramente, dejó una obra amplia y ahora por fin ha sido puesta en su sitio y suena como nunca en esta joya como es 'Integral'.
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