Las figuras que hicieron del Teatro Real un gran escenario

Hoy, 23 de abril, se cumplen doscientos años de la colocación de la primera piedra del coliseo

El tenor navarro Julián Gayarre
Julio Bravo

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El 23 de abril de 1818, hace hoy doscientos años, se colocaba la primera piedra de un nuevo teatro que pocos meses atrás había encargado el Rey Fernando VII que se construyeta en el mismo solar donde había estado el popular Teatro de los Caños del Peral . Su nombre, Teatro Real . Distintas vicisitudes hicieron que no pudiera inaugurarse hasta 32 años y 42 millones de reales de vellón, pero el día 19 de noviembre de 1850, finalmente, la Reina Isabel II presidió la gala de apertura, en la que se ofreció la ópera « La favorita ».

El Teatro Real se convirtió hasta su cierre en 1925, y a causa del mal estado del edificio, en referente de la ópera en España, junto al Liceo de Barcelona , y durante esos 75 años fueron muchos los grandes cantantes que pisaron su escenario y muchas también los ilustres visitantes que honraron con su presencia el coliseo situado en la Plaza de Oriente de Madrid .

Entre ellos destaca la visita de Giuseppe Verdi , que acudió a Madrid para el estreno en el Teatro Real de su ópera « La forza del destino », Cuenta la página web del coliseo que «parece que todas las fuerzas se le fueron en traer a Giuseppe Verdi en febrero de 1863, pero lo cierto es que la figura de Verdi era, en ese momento, la mejor representación de los compositores de ópera para la inmensa mayoría del público. Nunca ningún estreno se había preparado con tanto esmero : ensayos suplementarios, decorados nuevos, una campaña de prensa excepcional... incluso el público estaba aleccionado para que el maestro italiano quedara satisfecho con las representaciones de "La forza del destino". El éxito fue total : Verdi salió a saludar once veces y luego fue recibido y agasajado por los reyes en el palco real. Durante esos días de 1863 el Teatro Real funcionó casi como un teatro moderno, con todo previsto y preparado».

Giuseppe Verdi

Pero no fue el autor de « La traviata » o « Rigoletto » el único compositor que estuvo en el Teatro Real supervisando alguna de sus obras. Arrigo Boito vino en 1883 para el estreno madrieño de su « Mefistofele «. «Era tal la novedad que, tras prepararla con veintiún ensayos, se programaron diez funciones, la última de ellas con carácter de función regia para agasajar a los Reyes de Portugal , que estaban de visita oficial. Boito salió a saludar a escena y fue homenajeado en Madrid».

Otros compositores que estuvieron en el Teatro Real fueron Giacomo Puccini, Richard Strauss, Camile Saint-Saens, Pietro Mascagni, Ruggero Leoncavallo -algunos de ellos vinieron para dirigir orquestas, por ejemplo Strauss la Filarmónica de Berlín, con un gran éxito- o Igor Stravinski , que visitó Madrid en la ya histórica venida de los Ballets Russes de Diaghilev .

Vaslav Nijinski

Con ellos vino, en 1917, la gran leyenda de la danza Vaslav Nijinski . La revolucionaria compañía rusa traería a otras figuras como Leonid Massine (coreógrafo del estreno de «El sombrero de tres picos») o Liubov Tchernicheva , de la que se quedó prendado el Rey Alfonso XIII , el gran valedor del conjunto.

También pisó el escenario del Teatro Real una de las más legendarias actrices de la historia: la francesa Sarah Bernhardt , que en 1882 vino para interpretar « La dama de las camelias », de Alejandro Dumas . Cuenta la web del coliseo que «la demanda de localidades fue tan elevada que se dispusieron sillas suplementarias en el foso de orquesta» Sarah Bernhardt tuvo que actuar un día más tarde de lo programado: «con la compañía ya en Madrid, el furgón de equipajes –con el vestuario y los decorados– seguía todavía en Francia, y llegó 24 horas después».

Pero donde el Teatro Real puede presumir de visitas ilustres es en el apartado de las voces. En los setenta y cinco años en que estuvo abierto el teatro pasaron los más grandes cantantes del mundo. Entre los favoritos del público madrileño figuran el tenor navarro Julián Gayarre , uno de los grandes mitos del coliseo desde que debutara en 1877 con « La favorita ». Él protagonizó la primera función -« Lohengrin »- en la que se empleó la luz eléctrica y allí se subiría por última vez al escenario: fue en la ópera «Los pescadores de perlas». En una representación ya histórica, la del 31 de octubre de 1889, le falló la voz en el momento del aria « Mi par d'udir ancora » y no pudo continuar. «Esto se acabó», dijo mientras abandonaba el escenario. Unas semanas después, el 2 de enero de 1890, Julián Gayarre moría en Madrid.

Adelina Patti

Una de las voces con mayor popularidad en el Real fue la madrileña Adelina Patti , que debutó en 1863 con « La sonnambula ». Cantó también obras como « Lucia di Lammermoor », «La traviata » o « El barbero de Sevilla ». Precisamente se cuenta una anécdota de la soprano relacionada con esta ópera: cantó en una ocasión, delante de su autor, Gioacchino Rossini , el aria «Una voce poco fa», y lo hizo con gran cantidad de adornos y agilidades. Al concluir, Rossini felicitó a la cantante: «Excelente, querida, pero díganos: ¿de quién es el aria que ha cantado?».

El tenor aragonés Miguel Fleta fue otro de los cantantes favoritos del público del Real, donde protagonizaría la última función -«La bohème», el 5 de abril de 1925- del coliseo antes de su cierre. Su idilio con el Real había comenzado el 7 de marzo de 1922, con una « Carmen ». Se cuenta que el Real registraba solo media entrada, pero que tras el segundo acto los espectadores salieron para avisar en los cafés cercanos de lo que estaba ocurriendo allí y la sala se llenó. Tras el final, Fleta fue sacado a hombros por la calle Arenal hasta el Hotel París, en la Puerta del Sol, donde se alojaba.

Giuseppe Anselmi

Otro tenor, el italiano Giuseppe Anselmi , se dejó el corazón en el Teatro Real. Literalmente. En 1925, el cantante, que había obtenido sus mayores éxitos en el coliseo madrileño, escribió a Luis Paris, el empresario del Real, anunciándole que había dispuesto en su testamento la donación de su corazón cuando él falleciera . El 27 de mayo de 1929 moría Anselmi en Génova y poco después llegaba a Madrid, en una urna de cristal. Antes de guardarse -hoy se conserva en el Museo del Teatro de Almagro-, fue disecado por el doctor Cortezo . Giuseppe Anselmi había debutado en el Real el 27 de enero de 1907 en «Manon». Fue un enamorado de la ciudad y de sus gentes, con las que le gustaba mezclarse en verbenas y cafés.

Mattia Battistini, María Barrientos, Francesco Tamagno, Ofeliz Nieto, Titta Ruffo o Elena Sanz (más célebre por su relación con Alfonso XII que por su voz) fueron otros de los cantantes que lucieron en el Teatro Real entre 1850 y 1925.

Tras el paréntesis y su reapertura como sala de conciertos en 1966, grandes directores visitaron ocasionalmente el Teatro Real: entre ellos, Leonard Bernstein, Herbert von Karajan, Georg Solti, Carlo Maria Giulini, Sergiu Celibidache, Claudio Abbado, Carlos Kleiber o Igor Markévich , que protagonizó veladas inolvidables al frente de la Orquesta Sinfónica de Radio Televisión Española -igual que lo haría Rafael Frühbeck de Burgos con la Orquesta Nacional de España-.

Las figuras que hicieron del Teatro Real un gran escenario

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