El Annus horribilis de Plácido Domingo
El tenor añade el contagio del coronavirus al escándalo de las acusaciones de acoso sexual
Placido Domingo hospitalizado por coronavirus
«Lo que le faltaba». Así se lamentaba un amigo de Plácido Domingo después de que el cantante anunciara el domingo que se había contagiado del coronavirus. Y es, seguramente, lo que pensaron muchos al enterarse de la noticia, que viene a culminar los que seguramente han sido ( después del cáncer padecido hace ahora exactamente diez años : se le operó a finales de febrero de 2010) los peores meses en la vida del artista madrileño.
Todo comenzó a mediados de agosto del pasado año, cuando la agencia Ap publicaba un reportaje en el que nueve mujeres (ocho de ellas de forma anónima) acusaban a Plácido Domingo de acoso sexual . Como consecuencia de ello, varias instituciones musicales y teatros de Estados Unidos -la Ópera de San Francisco y la Orquesta de Filadelfia fueron los primeros- cancelaban sus compromisos con el cantante. La Ópera de Los Ángeles, de la que Domingo era director general desde 2003, abrió por su parte una investigación con «asesoramiento externo» para analizar el caso; lo mismo hacía Sindicato de Artistas Musicales de Estados Unidos (American Guild of Musical Artists, AGMA), al que pertencía el tenor desde hace más de cincuenta años.
La defensa del tenor por parte de numerosos colegas de profesión, que aseguraban sus siempre correctos modos, y la actitud de los teatros europeos, que mantenían sus compromisos con el cantante, no varió cuando en un nuevo reportaje de Ap otras once mujeres (de nuevo, una solo daba la cara) se sumaban a las acusaciones de acoso sexual a Domingo.
Europa y EE.UU.
Pero mientras el cantante seguía su calendario previsto en Europa , crecían sus problemas en Estados Unidos. A finales de septiembre, y tan solo 24 horas antes de levantarse el telón, Plácido Domingo renunciaba a cantar «Macbeth» en el Metropolitan neoyorquino (un teatro en el que cantó durante más de medio siglo y que el cantante consideraba su casa). Unos días después dimitía de su cargo de director general de la Ópera de Los Ángeles, que ejercía desde 2003.
La actitud hacia Plácido Domingo era por entonces absolutamente distinta en los teatros estadounidenses y europeos. A estos últimos se agarraba el tenor, mientras los primeros cancelaban sus actuaciones. El 29 de noviembre, el tenor rompía su silencio en ABC (desde que estallara el asunto solo se había expresado a través de dos breves comunicados). En una entrevista con este periódico antes de cantar «Nabucco» en Valencia -su primera actuación en nuestro país tras el escándalo-, afirmaba: « Nunca me he comportado de modo acosador, agresivo o vulgar », y continuaba: «Fui acusado, juzgado y sentenciado todo de un solo golpe sin el más mínimo beneficio de la duda, incapaz de hacer o decir nada ante una maniobra increíble e imparable».
Investigación
Todo parecía haberse tranquilizado hasta que, el 25 de febrero pasado, la agencia Ap filtraba los resultados de la investigación encargada por el Sindicato de Artistas Musicales de Estados Unidos (American Guild of Musical Artists, AGMA). En su informe se concluía que veintisiete personas sufrieron «conducta sexual inapropiada» por parte de Domingo.
Un comunicado del propio tenor en el que aceptaba la responsabilidad de sus acciones y pedía perdón por el dolor causado a esas mujeres -tuvo que matizarlo horas después- fue la excusa que necesitó el Ministerio de Cultura español para cancelar la actuación prevista para mediados de mayo en el Teatro de la Zarzuela (el 14 de ese mes se cumplen cincuenta años del debut de Plácido Domingo en Madrid). El tenor acordaba con el Teatro Real la cancelación de su participación en la ópera «La traviata», también en mayo.
El Palau de les Arts de Valencia retiraba su nombre del Centro de Perfeccionamiento Artístico y el festival Ciudad de Úbeda también le retiraba de su cartel. En los medios, voces que habían defendido su inocencia se retractaban.
Coronavirus
Pero el coronavirus apareció , y el caso Plácido Domingo quedó en un pequeñísimo plano; varios teatros de Europa, donde tenía previsto cantar se libraron de tomar una decisión ante las obligadas suspensiones de su actividad.
Hasta ayer domingo, en que P lácido Domingo anunció que estaba infectado por el coronavirus , solo veinticuatro horas después de dejar AGMA después de más de cincuenta años y de donar medio millón de dólares a la fundación del sindicato (AGMA Relief Fund), que incluye programas de ayuda económica a sus miembros (especialmente ahora para paliar los efectos del coronavirus) y también de erradicación del acoso sexual.
Domingo, que aseguraba que se encontraba bien, aislado junto a su familia, cerraba con este breve comunicado, el por ahora último capítulo de su annus horribilis : «Siento que es mi obligación moral anunciar que he dado positivo al COVID19, conocido también como el Corona Virus. Mi familia y yo estamos y seguiremos individualmente aislados por todo el tiempo que se considere necesario médicamente. Actualmente todos gozamos de buena salud, pero yo presenté síntomas de tos y de fiebre, por lo tanto decidí hacerme la prueba y el resultado fue positivo. Os ruego a todos a ser extremadamente cuidadosos, seguir las normas básicas como lavarse las manos con frecuencia, mantenerse al menos a dos metros de distancia de los demás, haciendo todo lo que se pueda para detener la propagación del virus y sobre todo, quedándose en casa si es posible. Juntos podemos combatir este virus y detener la actual crisis mundial, para así poder volver a nuestra vida diaria normal lo más pronto posible. Sigan las pautas y regulaciones de su gobierno local para mantenerse a salvo y protegerse no sólo a si mismos sino a toda nuestra comunidad».
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