Enrique Iglesias desata la locura en Marbella
Llenó y triunfó en el Starlite: se hizo «selfies» con sus fans, se dejó tocar, abrazar y besar
Colas interminables en los accesos al concierto, vestidos ajustados, tacones de infarto, novios que eran meros acompañantes, maridos resignados y una larga espera en la butaca ante el cartel de «Sex and Love». Todo estaba vendido en Starlite Marbella desde hacía dos semanas. Enrique Iglesias era aclamado en medio del calor, más suave que en otras ocasiones, hasta que salió y se desató la locura. Comenzó con «Tonight» , de «Euphoria» , y los brazos se alzaron al cielo para no volver a bajar en una hora y media. No había comenzado el concierto y el público ya estaba entregado a la estrella española, que cerró con éxito la única aparición de su gira en España.
Llegaron «I Like How It Feel» , «No me digas» y «Bailamos». El público lloraba, cantaba, coreaba y Enrique Iglesias saltaba por el escenario, se sentaba junto a los fans, se hacía «selfies», se dejaba besar, tocar, abrazar y el éxtasis del público femenino, mayoritario, se palpaba en el ambiente. Volaban las feromonas y no había un rincón que no saltara o cantara. Los más cercanos al escenario se arremolinaban siguiendo la figura del cantante, con gorra verde, pantalón negro y camiseta roja, al principio, y blanca al final.
El éxtasis era tal que el concierto agradeció la parte acústica para descansar. En «Perdedor» , una chica saltó al escenario y se abrazó a su cintura. No lo soltó en toda la canción. Extasiada, excitada y con lágrimas de emoción, permaneció allí, fundida en la cadera de Enrique Iglesias hasta que éste le dio un beso y la sacó por la parte de atrás del escenario. Las fans perdían la cabeza y la seguridad se veía desbordada, en parte porque el cantante llamaba a la avalancha contra el escenario una y otra vez.
La aparición de India Martínez fue el gran momento musical. La voz de la andaluza es un regalo y el dúo con Enrique Iglesias movió los brazos de los 2.500 espectadores de un lado a otro. «Loco» es una oda al desamor. «La escribí cuando mi novia me dejó. Para que no se le olvide», señaló el cantante. Tras la explosión de unos cañones de confeti, todo se fundió a negro durante unos minutos. Hasta que un foco iluminó la grada y apareció en la tribuna. Comenzó con «Hero», pero paró para preguntar: «¿Cuántos de aquí hablan español?» La atronadora respuesta le llevó a anunciar: «Nos vamos a 1995» para cantar «Experiencia religiosa». La gente quería más y lo pedía. Salió después de anunciar que se acaba el concierto y cantó «El perdón» para continuar con el éxtasis. Calló «Bailando» para que todo temblara y «I Like It», donde llenó Starlite de globos con el eslogan «Sex and Love». Cuando se marchó, nadie se quería mover. Obligaron a un «bis» en el que cantó una versión de la «La chica de ayer» de Nacha Pop. Todo se cerró con un «¡gracias España!» . Tras la tempestad, todo quedó en calma.