Novela

Pablo Gutiérrez: «Es imposible para un escritor no hacer literatura social»

El onubense regresa con «Cabezas cortadas» una descarnada novela sobre la Europa actual

El escritor onubense Pablo Gutiérrez ABC

Jesús Morillo

Con media docena de libros publicados, fudamentalmente novela, Pablo Gutiérrez (Huelva, 1978) se ha convertido en uno de los jóvenes talentos de la narrativa española. Ya lo distinguió la prestigiosa revista Granta en 2010 entre los 22 mejores escritores en lengua española menores de 35 , dentro de un grupo en el que también figuraban Samanta Schweblin, Andrés Neuman, Santiago Roncagliolo y Andrés Barba , entre otros.

Al igual que ellos, Gutiérrez ha confirmado personal voz en novelas como «Democracia» (2012) o la reciente «Cabezas cortadas» (Seix Barral, 2018), que lo muestran como un autor inconformista en la forma y con claro aliento social, donde las elecciones estéticas son inseparables de las éticas.

« Es imposible para un escritor no hacer literatura social, porque cualquier novela revela una forma de sociedad y una posición del autor respecto a ella. Esta puede ser la del conformismo, que puede generar novelas maravillosas. Hay que confiar en la biodiversidad de la literatura . Y luego hay otras novelas que plantean un cierto inconformismo y resistencia, donde el rencor y el dolor de clase pueden ser los motores, lo que no significa que sea simple o maniquea. No por construir un discurso de resistencia significa que solo piensas en el contenido».

«Cabezas cortadas» es un buen ejemplo de ello, una novela descarnada sobre la Europa actual , a partir de una inmigrante sureña en una gran metrópoli del Norte, que escribe un diario a tumba abierta en el que se dan cita el racismo, la discriminación hacia el Sur , el desclasamiento, el autoritarismo del Islam en la periferia y un desencanto social en el que el dinero se revela como única tabla de salvación. Un relato autodestructivo narrado en primera persona por una mujer de casi 40 años que hace balance de su vida.

«Concebí una protagonista porque me permitía ajustar la narrativa a un discurso contra la autoridad masculina, intelectual, religiosa y de clase. Además, está narrada en primera persona , con una estructura de diario que va a destruir cuando termine el cuaderno. Lo escribe con la intención de que nadie lo lea, lo que me permite escribir con una incorrección hacia su pasado y con una sinceridad más directa a la circunstancias que está viviendo. Es una sureña que llega al Norte pensando que es una más, pero que se da cuenta cuando llega allí de que se nos mira de otra forma, lo que le obliga a descubrir su identidad racial ».

En la novela, extrema en muchos de sus pasajes, puede leerse también un cierto desencanto generacional , la de los nacidos en los años 70, hacia una sociedad donde el mérito y la capacidad han retrocedido como ascensor social.

«Pensamos que éramos trabajadores con una cierta independencia intelectual , que podíamos trabajar en diferentes lugares y podíamos ser más libres, pero el engaño lo descubrimos pronto. Esa fue una de las razones por las que dejé el periodismo », señala el escritor, que es licenciado en Ciencias de la Información por la Hispalense y actualmente esprofesor de instituto en Sanlúcar de Barrameda .

Generacion andaluza

«Pensábamos que la clase social nos la darían las lecturas, las películas y los viajes a ciudades europeas, pero cuando pisas el sueño de Europa, te das cuenta de que no eres europeo, sino del Sur . Partes de una situación de inferioridad y de un raro concepto de extranjería. Es una emigración suave, no como la dramática que yo tengo en Cádiz, pero produce un dolor que es de una gran decepción», añade.

Pablo Gutiérrez forma parte de una joven generación de novelistas andaluces con un talento como no se conocía, por cantidad y calidad, otra desde la época de los «narraluces» y de la que forman parte autores como Daniel Ruíz, Sara Mesa, Cristina Morales, Isaac Rosa o un extremeño residente en Sevilla como Jesús Carrasco .

«Se está construyendo una buena novela en Andalucía , pese a que son tiempos difíciles para que sea más leída. Veo que hay coincidencias, algunas más estilísticas y otras de contenido, aunque es difícil establecer un canon generacional , que por otra parte nunca reflejan la realidad. Las diferencias entre Sara Mesa y Jesús Carrasco, por ejemplo, son enormes, pero hay un flujo común . En todas ellas hay un discurso de inconformismo y de no renunciar al uso impropio de la palabra».

«Por ejemplo, los escerios de Daniel y Sara son similares, pero cambia el tono y la construcción. Qué suerte tenemos como lectores que amamos la literatura que se complica la vida de encontrarnos en las librerías con estos autores con estos discursos de honestidad. Es un gran momento desde la perspectiva del lector ».

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