Novela
Ana Merino: «La literatura permite llevar al límite la reflexión sobre la realidad»
La escritora presentó en Sevilla su novela «El mapa de los afectos», galardonada con el premio Nadal
Ana Merino (Madrid, 1971) ha logrado con su debut novelístico, «El mapa de los afectos» (Destino), algo a lo que aspira cualquier autor que pretenda llegar al gran público: ganar el Nadal , un premio que mantiene el prestigio literario que le dieron algunos de los escritores que se lo llevaron antes que ella, como Carmen Laforet, Rafael Sánchez Ferlosio, Carmen Martín Gaite, Andrés Trapiello o Felipe Benítez Reyes .
Sin embargo, Ana Merino no es ninguna autora novel, pues dio sus primeros pasos como escritora en los años 90, haciéndose con el prestigioso premio Adonáis de poesía con «Preparativos para un viaje» , cuando era una estudiante universitaria de 23 años. Después vendrían más poemarios, obras de teatro , ensayos sobre tebeos —es una experta en cómic alternativo —, libros de literatura juvenil y una estancia en Estados Unidos que va para dos décadas y que la ha convertido en catedrática de escritura creativa en español en la Universidad de Iowa .
La reciente incursión en la novela de esta autora, que ahora vive a caballo entre España y Estados Unidos, le llegó en cuando se dio cuenta de que se había «interiorizado» la atmósfera de Estados Unidos y ante «la curiosidad por los demás, el darme cuenta de que el sentido de mi vida no soy yo sola sintiendo, sino el mundo que me rodea y que la ficción es el espacio donde puedo transmitir esas emociones , donde el pensamiento no lo construyo yo, sino unos personajes que me están hablando y que hacen avanzar esta novela».
El resultado es «El mapa de los afectos», una de las novelas más literarias que han sido distinguidas con el Nadal en los últimos años y centrada en una pequeña población del Medio Oeste estadounidense, con una amplia galería de personajes que desgranan sus historias cotidianas, en las que se dan cita niños observadores, una joven que trata de encontrar qué es amor, un enfermo de alzheimer que recuerda su juventud, un asesinato encubierto, un cazador de eclipses... pero siempre poniendo el acento en la bondad de las personas.
La bondad es literaria
«Me parece que la materia prima de la bondad es literaria . Hay un tipo de trama trepidante donde el malo genera mucho conflicto , lo que hace que el relato evolucione, una propuesta muy respetable. Pero me parece más interesante y apasionante el sustrato de la gente buena cuando se tiene que enfrentar a retos y cómo los modulan».
«El escritor lo que hace es entender al ser humano desde sus contradicciones»
Estas vidas las narra Ana Merino con un estilo, «donde se saborea la lectura, que aspira a que se pueda releer con naturalidad, como hacemos con los cómics o la poesía. Aspiraba a que en cada párrafo hubiese claridad, condensación, hermosura a la vez que una trama bien construida y unos personajes definidos ».
Así, los personajes introducen reflexiones sobre la fe, la muerte, el feminismo, la emigración, la vejez ... «La literatura nos permite llevar la reflexión sobre las realidades ideológicas y sociales al límite y poner al lector en un espacio de debate interno. Me gusta jugar con la literatura, porque para eso está. Si no, nos quedamos en un debate plano. La literatura nos aporta profundidad en todo. Si el único espacio de la palabra escrita es Twitter, vamos de ala, es como volver al patio del colegio», señala.
Estas tecnologías, añade, «son un espacio de comunicación muy importante, pero la literatura nos permite reposar el pensamiento y gracias a ese reposo vienen las invenciones buenas, las soluciones... El escritor lo que hace es entender al ser humano desde sus contradicciones , por eso disfrutas mucho generando una amplia gama de personajes», concluye la escritora.
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