Novedad editorial
Clara Peñalver: «Hasta mi embarazo no había habido niños en mis novelas»
La escritora sevillana ha publicado ‘Sublimación’, un thriller distópico sobre el negocio de la muerte
La escritora Clara Peñalver (Sevilla, 1983) acaba de publicar su última novela, ‘Sublimación’ (Ediciones B), un thriller distópico que nos muestra una ciudad donde la muerte se ha convertido en un negocio lucrativo sesenta años después de un accidente biológico que erradicó al treinta por ciento de la población. En ese futuro incierto los difuntos ya no son enterrados ni incinerados, sino sublimados y liberados a la atmósfera en forma de un gas inocuo. Se trata, pues, de una historia que atrapa al lector desde la primera página y en la que se pueden advertir ecos de grandes nombres de la ciencia ficción, como Philip K. Dick .
Dice la autora que empezó a escribir esta novela un poco antes del confinamiento. Además, en mayo del año pasado se quedó embarazada, por lo que «he escrito la novela durante el crecimiento de la panza, básicamente». De hecho, comenta, « el embarazo ha influido mucho porque nunca había tenido ‘peques’ en mis novelas y ‘Sublimación’ está llena de niños por todas partes . En la historia sale una parte muy oscura relacionada con gestaciones. Por eso creo que mi embarazo ha influido tanto para bien como para mal».
Antes de que saliera publicada esta novela, en 2018 Peñalver le ofreció la historia a Storytel . «Era la misma trama que ha aparecido ahora en la novela, aunque obviamente la pandemia le ha cambiado algunas cosas». A partir de ahí se creó una audioserie y la idea fue escribir la novela a finales de 2019 o principios de 2020, «pero las cosas se fueron complicando con otro libro que tenía que terminar antes». «Al final, apareció la pandemia y toda la idea que tenía para contar cómo se desencadena una pandemia, cómo se expande un virus y se adapta a un huésped me pareció innecesaria contarla cuando los futuros lectores iban a vivirlo en primera persona en los siguientes meses».
Preguntada por las adaptaciones literarias a plataformas de audiolibros como Storytel, que tiene muchos seguidores pero también múltiples detractores, la autora de ‘Las voces de Carol’ asegura que « quien lee libros, normalmente no es el que oye novelas . Son como dos públicos totalmente diferentes. Lo más normal es que te encuentres a personas que te digan que prefieren el papel, como pasó con el ebook. Quien oye novelas o audioseries es una persona que no tiene tiempo para leer y estas aplicaciones te permiten disfrutar de ficciones y no ficciones yendo a pasear al perro, lavando los platos o haciendo mil cosas que no te permitirían teniendo una novela en las manos. En mi caso, me encanta tanto leer como audioleer y cada vez hay más gente que compagina la lectura y el audio . El sector está teniendo un boom muy grande. La prueba es la profesionalización de actores y de estudios de producción. Además, en la prensa cada vez salen más noticias de Storytel y de Audible. Storytel , que es la plataforma para la que yo trabajo, acaba de firmar una alianza con Spotify , por lo cual, el que tenga su cuenta de Spotify, podrá oír los libros de Storytel. A eso se suma el hecho de que los ciegos pueden acceder también a un catálogo mucho mayor del que les ofrecía la ONCE. En el caso de mi audioserie, quienes se han encargado de la narración son los actores Ramón Langa y Paula Iwasaki ».
En este libro tiene un papel muy destacado el Banco Central de Finados . Dice la escritora que «esta novela la escribí con mucha rabia porque me dio la sensación de que el mundo al que nos dirigíamos iba a ser este. Puede que cuando comencé a redactarla viese muy cerca la llegada de una institución parecida al Banco Central de Finados, por ese escaso valor que se le está dando a la vida, y más ahora durante la pandemia. Al final, me daba la sensación de que la falta de cariño que existía en la población era en realidad la pandemia que estábamos padeciendo . Hoy, después de haber despotricado en esas páginas y de haber leído el resultado, vuelvo a recuperar el optimismo y veo más cariño en las calles. Es como si cambiara el foco, por lo cual, espero que ese Banco Central de Finados, como modelo de negocios y centro universal de la muerte, no se haga realidad jamás».
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