Antoine Leiris

«Todavía tengo momentos de debilidad o rencor»

Antoine Leiris perdió a su mujer en Bataclán. Diez meses después presenta en España «No tendréis mi miedo», un libro que escribió en los días siguientes a la tragedia, cuando el dolor lo asfixiaba

Antoine Leiris, autor de «No tendréis mi odio» José Ramón Ladra
Jorge S. Casillas

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Hace diez meses, Antoine Leiris (París, 1981) perdió a su mujer en la sala Bataclán de París . Ella estaba en el concierto y él la esperaba en casa, leyendo para no quedarse dormido. Hoy Antoine promociona un libro que escribió en los días siguientes a la tragedia, cuando el dolor lo asfixiaba. La escritura y su hijo Melvil forzaron la prórroga en el partido de sus vidas. «No tendréis mi odio» (Ediciones Península) empezó siendo una respuesta en Facebook a los terroristas. Ahora es el diario de un viaje que hubiera preferido evitar.

Su carta «respondiendo» a los terroristas:

«El viernes por la noche le robasteis la vida a un ser excepcional, el amor de mi vida, la madre de mi hijo, pero no tendréis mi odio. No sé quiénes sois ni quiero saberlo, sois almas muertas. Si ese Dios en cuyo nombre matáis ciegamente nos ha hecho a su imagen y semejanza, cada bala en el cuerpo de mi mujer habrá provocado una herida en su corazón.

De manera que no, no os haré el regalo de odiaros. Y eso que os lo habéis buscado a conciencia, pero responder al odio con la cólera supondría ceder a la misma ignorancia que os ha convertido en lo que sois. Queréis que tenga miedo, que mire a mis conciudadanos con ojos desconfiados, que sacrifique mi libertad en aras de la seguridad. Habéis perdido. El mismo jugador conserva su turno.

La he visto esta mañana. Por fin, tras noches y días de espera. Estaba igual de guapa que cuando se marchó ese viernes por la noche, tan guapa como cuando me enamoré perdidamente de ella hace más de doce años. Por supuesto que me siento devastado por el dolor, os concedo esa pequeña victoria, pero será de corta duración. Sé que ella nos acompañará todos los días y que nos reencontraremos en ese paraíso de las almas libres al que vosotros jamás tendréis acceso.

Solo somos dos, mi hijo y yo, pero somos más fuertes que todos los ejércitos del mundo. De hecho, ya no tengo más tiempo que dedicaros, debo reunirme con Melvil, que empieza a despertar de la siesta. Apenas tiene diecisiete meses, se tomará la merienda como todos los días, luego jugaremos como todos los días, y a lo largo de toda su vida ese niño os hará la afrenta de ser feliz y libre. Porque no, tampoco tendréis su odio».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación