Una tarde con Joe Abercrombie, el gran renovador de la fantasía
El escritor inglés, que ha vendido más de seis millones de ejemplares, visita nuestro país para presentar su última novela
Son casi las seis de la tarde en la calle Preciados de Madrid. A la puerta de la Fnac hacen cola dos centenares de personas. No han venido a ver a un cantante, sino a un escritor. No es Pérez-Reverte , aunque podría ser. No, es un autor inglés del que probablemente usted no haya escuchado hablar nunca.
«Joe se lo merece todo», me comentan los dos primeros de la fila. Ellos llevan esperando allí desde las 11 de la mañana. Y ni siquiera son de la capital. A las seis de la mañana se estaban levantando para subirse a un autobús a cuatrocientos kilómetros. Y luego otras ocho horas pasando frío para pasar treinta minutos escuchando a su autor favorito, y conseguir la preciada firma.
Una reacción más propia de un fan de Bustamante que de un par de personas adultas y crecidas que adoran a un escritor. Pero las corrientes de la admiración, del gusto y de lo que consigue minutos en televisión siguen caminos divergentes. A menudo, inescrutables.
«Cuando vengo a España me siento como una estrella del rock », me cuenta Joe Abercrombie (Lancaster, 1974) cuando subimos a la terraza del edificio para que pueda desconectar un poco antes de la charla. Es comprensible. Lleva un día agotador de entrevistas, y aún le queda una firma de varias horas. Pero no emite ni una sola queja. Al contrario. Porque en su país, los medios no le hacen ni puñetero caso.
Ahí arriba, a tiro de piedra de la Gran Vía, desgranamos juntos sus números. Seis millones de libros vendidos, número seis en la lista de « The Times », número cinco en la del « New York Times ». Diez novelas publicadas. Ni una sola entrevista en los medios ingleses.
Los números flotan sobre los tejados, mientras el sol se pone frente a nosotros. Podría ser una escena de uno de sus libros, en los que los escenarios urbanos tienen una importancia radical. No le pregunto por qué tan escasa atención de la prensa, porque ya sé la respuesta. Joe y yo nos conocemos desde hace años, y lo hemos hablado en varias ocasiones. Ser autor de género no está bien visto, y cada vez menos. Si no tienes éxito, solo eres un friqui. Si además lo tienes, peor. Encima estás robándole la audiencia a los que se la merecen más que tú. A los autores «de verdad».
Este autor de mentira recibe una sonora ovación cuando entra en el fórum de Cultura de la Fnac. La sala está a rebosar, y los vigilantes de seguridad han tenido que dejar fuera a muchas personas, a las que luego permitirán acceder cuando comience la firma. La ilusión brilla en los ojos de estos lectores desnortados, que no han tenido a bien escuchar los dictados de la crítica oficial, tan solo su propio criterio o las recomendaciones de sus amigos. Habrase visto.
Abercrombie comienza hablando del núcleo de su propuesta literaria. Una fantasía distinta ( dark , grim , sucia, la etiqueta que usted quiera), que poco tiene que ver con la que leíamos de jóvenes los que ya peinamos canas.
«En los años cincuenta, "El señor de los anillos" era moderno, pero los gustos de la gente evolucionan», afirma el inglés, que es fan confeso de Tolkien . «También lo hacen los autores sobre los cimientos de los anteriores. Obras como "La Saga de Geralt de Rivia" o "Canción de Hielo y Fuego" son fundamentales en este cambio de la fantasía». Ambas sagas, de Andrzej Sapkowski y George R. R. Martin respectivamente cuentan con sendas series de televisión. «Juego de tronos» y «The Witcher» son títulos absolutamente mainstream , que congregan alrededor del televisor a todos los miembros de la familia, cosa que no sucede normalmente con los libros de fantasía. Y eso acaba aumentando el mercado y el interés del público.
Para el que firma estas líneas, Abercrombie es mejor escritor que los dos antes citados (a los que conozco también, y respeto). No solo en términos literarios. Hay una energía en el de Lancaster que tiene que ver con su juventud, con su manera de mirar los personajes y las tramas. «El mundo ha cambiado, se ha hecho más adulto, más complejo, todo tiene una dimensión mayor que cuando Tolkien escribió sus historias. Por eso ahora la fantasía es más sudorosa, más revirada y diversa. Ya no es un asunto de buenos y malos, ahora necesitamos ver los dos lados de cada historia».
No es ahí donde acaba el talento de Abercrombie, que ha sido capaz de alcanzar de forma más certera aspectos que tienen que ver con los inmensos cambios sociales que se han producido en los últimos doce años. No en vano él comienza a publicar dos años antes del advenimiento de la gran crisis económica, con una novela « La voz de las espadas », en la que los malos de su recién alumbrado universo de fantasía eran los banqueros. En un contexto postmedieval, de magos iracundos y guerreros audaces, Abercrombie ya veía venir los cambios, en nuestro mundo y en el suyo propio. «No me gustan las novelas de fantasía en la que el mundo está congelado en el tiempo, como un compartimento estanco». Quizás por eso, su nueva obra «Un poco de odio» habla de temas tan certeros como el avance del fascismo , la manipulación de la información o la hiperconcentración de la riqueza. Pero, como salen magos y princesas, habrá quien pensará que no es merecedor de reconocimiento alguno, pienso, mientras me abro paso entre los lectores que abarrotan la entrada con sus libros en la mano, esperando el autógrafo.
Noticias relacionadas