Los renglones torcidos de la Historia
«El Arsenal de Clío», del historiador, periodista y filósofo Juan Luis Fernández Vega, editado por Genueve Ediciones es un mapa de trincheras intelectuales
«El Arsenal de Clío» , del historiador, periodista y filósofo Juan Luis Fernández Vega, editado por Genueve Ediciones es un mapa de trincheras intelectuales , de corrientes ocultas y de fronteras académicas, que servirá de brújula a los estudiosos y aficionados a la historia.
Las batallas diarias se siguen librando en las trincheras de la Historia, pues sigue impregnada «de estruendo y de furia» como en un drama shakesperiano y la disputa encarnizada de la primacía de un relato histórico sobre otro sigue haciendo sonar las trompetas de la musa. La educación o la política nacional e internacional son algunos de los campos de batalla en los que el predominio de un determinado discurso de la Historia es una poderosa arma. A pesar de los esfuerzos titánicos por acotarla y las obras maestras escritas al respecto, el debate sobre qué es la Historia o para qué sirve la Historia sigue inconcluso. Un paso aún más allá, la reflexión de cómo debe escribirse la Historia subyace como un río subterráneo oculto a los ojos del gran público.
Ese mapa de trincheras, de corrientes ocultas y de fronteras académicas que sirvan de brújula a los estudiosos y aficionados a la historia es el que traza minuciosamente la obra «El Arsenal de Clío», del historiador, periodista y filósofo Juan Luis Fernández Vega, editado por Genueve Ediciones. Con el rigor del historiador, la pasión del comunicador y la finura interpretativa del filósofo, Juan Luis Fernández recorre en su obra el problema de la escritura de la historia en el período comprendido entre dos grandes caídas , Bismarck y el Muro de Berlín , aproximando al lector en su cerca de quinientas páginas a las grandes tradiciones historiográficas francesas, alemanas, británicas y estadounidenses y alejándose del tópico acuñado por J. Le Goff de que «La historia es esencialmente una historia francesa». Un mosaico de intentos titánicos de los historiadores de construir un sistema para cartografiar el tiempo, de reducirlo a palabras, aún sabiendo que el mundo «es irreductible a las palabras, que no hay ningún lenguaje, ninguna escritura que pueda agotarlo», como expresó Italo Calvino .
En unos tiempos en que la certeza de J. G. Droysen cobra aún más sentido que cuando fuera pronunciada hace más de un siglo, «el público ya no queda satisfecho si no lee un libro de historia como si fuera una novela », pues debe lidiar en la actualidad no sólo con la consideración de ser una forma de arte literario, sino con la necesidad de construir una narración audiovisual comprensible para una amplia audiencia. Con el uso de la mayúscula como única posibilidad en castellano para distinguir la Historia («history») de las historias («stories»), una obra de estas características se convierte en vital para comprender que la construcción de la narración histórica siempre tiene un fin último , «incluso cuando el historiador cree trabajar ajeno toda idea apriorística».
Un trabajo, el que ahora presenta la editorial del Grupo 9 de Universidades en su colección Ciencias Sociales y Humanidades, con vocación de permanencia, de consulta y de relectura para cualquier estudioso de la historia, profesor de historia o aficionado interesado en el problema de la escritura de la historia. Racionalidad, estética y memoria constituyen una buena tríada con la que definir esta obra que no rehuye en ningún momento la terminología rigurosa del filósofo que endulza con cierta poética literaria el comunicador, basten como ejemplo los títulos de los dos grandes bloques del libro «Clío Destronada (1890-1960)» y «Clío Transfigurada (1960-1990)», pues citando al propio Fernández, como «indicara con ironía la historiadora británica Verónica Wegwood: la historiografía es un arte… como todas las demás ciencias». Imágenes poéticas de una musa primero destronada y después transfigurada que parecen rendir un homenaje intelectual a la «Clío Abandonada» del maestro Charles Olivier Carbonell.
No es un libro de lectura ligera para aficionados a la novela histórica, pero sí es una obra de apasionante disfrute intelectual para aquel lector de historia que quiera dar un paso más, descubrir los bastidores intelectuales que la constituyen y adentrarse en su epistemología o, como tituló en uno de sus artículos el propio Juan Luis Fernández Vega, comprender que «las historias construyen Historia, la teoría construye historias» («Story makes history, theory makes story»). Un trabajo riguroso que trasciende las guerras ideológicas y políticas de cada momento, manifestando claramente que la historia es mucho más que un conjunto de conocimientos fácticos cerrados, sino que existe un debate epistemológico constante sobre qué es la historia y cuáles son las posibilidades del conocimiento histórico. Hoy más que nunca , es necesario descubrir andamiaje teórico sobre el que se construye su interpretación, pues el rollo de papiro de Clío siempre viene acompañado de una corona de laurel y una trompeta que pretende anunciar glorias.
Recurriendo al filósofo Richard Rorty que abre las páginas de «El arsenal de Clío», los historiadores pueden realizar su oficio sin preocuparse de lo que los filósofos dicen de la ciencia histórica. Los lectores también pueden hacerlo, pero siempre resulta más fructífero intelectualmente si se hace sabiendo de dónde sopla el viento que mueve las velas . El cómo y el para qué siempre andan escondidos entre las líneas de la historia.