Diego Doncel, premio Loewe de Poesía 2020
El escritor ha sido galardonado por «La Fragilidad», un libro en el que explora la enfermedad y muerte de su padre, y que de alguna manera rima con estos tiempos pandémicos
Hace una década, el padre de Diego Doncel (Malpartida, 1964) entró en coma, y durante ocho meses el escritor se dedicó a su cuidado, esperando que despertara, pero el desenlace fue trágico. Aquella experiencia lo marcó profundamente, y durante mucho tiempo buscó las palabras para nombrar el dolor, para contarlo todo, pero no aparecía la forma. Así fue hasta que un día, de repente, sin él pretenderlo, la poesía acudió en su ayuda. Y escribió estos versos: «Judas abrió los ojos / vio la niebla que rodaba lenta como un anciano en una silla de ruedas». No lo sabía entonces, pero ese lamento terminaría siendo el principio de un libro, «La fragilidad», por el que le ha sido concedido el premio Loewe de Poesía 2020 , uno de los galardones más importantes del género en este país.
Ya desde el título esta obra rima con el presente, con estos días, que ya son meses, que vivimos con la certeza de que todo puede romperse: nosotros y el mundo. Y por esa grieta, por ese miedo, asoma su voz. «Yo no pretendía hablar de eso. El libro lo tenía escrito, pero durante el confinamiento le di el último vistazo, hice correcciones, añadí algún poema. Entonces me di cuenta de que estaba hablando de mi padre, pero también de este tiempo : del dolor, de la enfermedad. Y de intentar superar todo eso. Ahora la gente necesita cuidados, ahora la gente tiene miedo. Y la gente busca esperanza y normalidad», explica al otro lado del teléfono Doncel, que es crítico de poesía y teatro en ABC.
« La fragilidad », dice, es un recorrido por esa parte difícil de su vida que tiene mucho de desesperación, de tristeza, pero a la vez es una búsqueda de luz. «Esperábamos que despertara, que moviera un dedo, un párpado, que hiciera algo… La voz de estos poemas intenta ser natural, nada artificiosa. Quería contar la verdad de aquello, la verdad dura de aquello o la verdad esperanzadora. Como sea, la verdad», asevera el autor.
Para Doncel, la poesía puede ser un lugar al que echar la mano para agarrarse cuando la vida tiembla o no es agradable. Un lugar de escucha, de descubrimientos. «Yo siempre digo que la poesía tiene que consolar . A mí me gusta mucho eso: que la poesía consuele a través de la belleza. Esa es la gran función de la poesía», remata.
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