Las declaraciones íntimas de José Zorrilla antes de morir

A 14 días de fallecer, el autor de «Don Juan Tenorio» dio muestra de su misoginia («Lo que más detesto, las mujeres literatas, desde Safo hasta...») en el cuestionario de Blanco y Negro, en el que también manifestaba que su mayor desgracia sería «Vivir veinte años más»

Página 3 de «Blanco y Negro» dedicada a José Zorrilla con motivo de su fallecimiento, el 23 de enero de 1893 ABC

ABC.es

Apenas unos días antes de morir, José Zorrilla , del que se cumple ahora el bicentenario de su nacimiento (Valladolid, 21 de febrero de 1817), remitía por carta al que fuera colaborador de Blanco y Negro , Alfonso Pérez Nieva, las respuestas al cuestionario «Declaraciones íntimas» , que durante tantos años han contestado en esta publicación personajes de toda índole y condición.

A tenor de las palabras que aparecen en la misiva, el escritor cumplía con el cuestionario por amistad y sentido del deber: «Creo que no deben exigirse a nadie : si las hace sinceras , se vende; si falsas , se pone en ridículo. De todos modos es el exigirlas, pretender en vano obligar a nadie a realizar el imposible ''nosce te ipsum''».

Y remataba: «Yo las he escrito con sinceridad , sin cuidado de lo que piensen de mí ni de ellas los lectores del Blanco y Negro. Ahí van».

Página que se publicaba en Blanco y Negro con las «Declaraciones íntimas» de José Zorrilla ABC

José Zorrilla adjuntaba a esta carta las respuestas al cuestionario de su puño y letra. Entre todas ellas, hay una que llama especialmente la atención y es la contestación a «Lo que constituiría mi desgracia» , a lo que el autor de «Don Juan Tenorio» apostilla «Vivir veinte años más» . Solo tardaría unos días -la carta está fechada el 9 de enero de 1893- el poeta en fallecer. A la pregunta de cómo desearía morirse, aseguraba:

Trascripción de las respuestas

Por su interés, a continuación se trascriben todas las respuestas al cuestionario «Declaraciones íntimas» que realizó el dramaturgo para su publicación en Blanco y Negro:

- Rasgo principal de mi carácter: «Haber llegado a viejo sin dejar de ser muchacho».

- Cualidad que prefiero en el hombre: «Su firmeza para sufrir el dolor físico y para perdonar a sus enemigos».

- Cualidad que prefiero en la mujer: «La de que no sea mía y no pueda serlo jamás».

- Mi principal defecto: «El de no saber hacer más que versos».

- Ocupación que prefiero: « La Nacional: tomar la sombra en verano y el sol en invierno; y he vivido y moriré trabajando».

- Mi sueño dorado: «Borrar mi sombra, mi historia y las nueve décimas partes de mis escritos».

- Lo que constituiría mi desgracia: « Vivir veinte años más».

- Lo que quisiera ser: «Tonto y rico y no como soy tonto y paupérrimo».

- País en el que desearía vivir: « En Roma».

- Color que prefiero: «El blanco porque no tiene ninguno y los sufre todos».

- Flor que prefiero: «El clavel rojo doble».

- Animal que prefiero: «El caballo».

- Mis prosistas favoritos: «Quevedo y Manzoni».

- Mis poetas favoritos: «Ninguno. De todos me encantan y me disgustan obras».

- Mis pintores favoritos: «Tiziano, Alberto Durero y Goya».

- Mis compositores favoritos: «Escucho la música de todos los maestros y no la juzgo a qué amargarse los placeres puros».

- Mis políticos favoritos: «Maquiavelo y Felipe II».

- Héroes novelescos que más admiro: «Gargantúa y Bertoldo».

- Héroes que más admiro en la vida real: «Los mártires de los primeros tiempos del Cristianismo».

- Manjares y bebidas que prefiero: «Las ostras de Ostende y del lago Tissaro, los solomillos de ternera y corzo, el queso de brugos, el vino Chianti y el café».

- Nombres que más me gustan: «Jesús, María y Juan en todas las lenguas que conozco».

- Lo que más detesto: « Las mujeres literatas, desde Safo hasta...».

- Hecho histórico que más admiro: «Nuestra heroica guerra de África, que no nos valió más que un puñado de ochavos».

- Reforma que creo más necesaria: «La de no dejar a la política bastardear la Religión».

- El don de la Naturaleza que desearía tener: «Una memoria y una perpiesidad como las de Menéndez Pelayo».

- Cómo quisiera morirme: «De repente, para no cansar a nadie».

- Estado actual de mi espíritu: «El de siempre: en Babia, de vuelta de las Batuecas».

- Faltas que me inspiran más indulgencia: «Las que se llaman caídas en la mujer, porque cometiéndose entre dos, se las achacan a ella sola».

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