Carlos Ruiz Zafón, un escritor en Los Ángeles
Entre las colinas de la ciudad californiana escribió sus dos últimas novelas, inspirándose con la música de Jazz y los filmes de sus vecinos Jack Nicholson y Warren Beatty
Carlos Ruiz Zafón era una sensación literaria, pero también era un experto conocedor del cine. Le gustaba tanto Orson Welles como Woody Allen , -de quien declaró: «es un barcelonés en el exilio»-, como la saga de «La Guerra de las Galaxias» de George Lucas , director a quien admiraba y que terminó siendo gran amigo suyo.
Zafón fue guionista y periodista en una vida anterior al éxito literario, un hombre que dividía su tiempo entre Barcelona y Los Ángeles, dos grandes urbes que se repartían su atención por partes iguales. Seis meses en su tierra natal y seis en la costa californiana, para que no se enfadaran. En realidad, vivía enamorado de la capital del cine donde se aislaba a escribir. «El cine es un universo de historias que nos ayudan a descubrir cosas de nosotros mismos», repetía Carlos cuando se le preguntaba por el séptimo arte. Sin embargo, era reacio a permitir que sus libros, celebrados en todo el planeta, fueran adaptados a la pantalla grande o a la chica. «La buena película siempre está en la cabeza del lector y eso no lo puede cambiar nadie», decía para mantener su negativa.
Carlos nunca fue pródigo a asistir a eventos o fiestas, o a los típicos almuerzos de españoles que se organizan en Los Ángeles, solo en una ocasión vino a casa a ver la ceremonia de los Oscar y me impresionó su adoración, su infinito conocimiento de guionistas, directores, actores, productores y la historia de los premios. Una vez mandó callar a los que no prestaban atención, la fiesta se dividió en dos grupos, los que veíamos la ceremonia (Carlos y yo) y los que charlaban fuera. Quedé maravillada de su silencio estoico ante el ruido. Nos acompañamos aquella tarde y se despidió cariñoso.
Sin duda, Carlos era un tipo silencioso, introvertido, que adoraba la ciudad de Los Ángeles y preguntaba constantemente por la película que había despuntado en tal o cual festival. «Mi trabajo como guionista ha influido en mi ficción. Escribir guiones te obliga a tomar en consideración ciertos elementos de la estructura y esa herramienta es muy útil a la hora de elevar las complejas demandas de una novela», admitía en entrevistas. La producción literaria de Zafón tiene como forma de inspiración el mundo del cine donde bebe para traspasarlo a la literatura.
En Los Ángeles trabó amistad con muchos grandes, entre ellos su adorado George Lucas. «Siempre tuve esta imagen infantil en el fondo de mi mente de este fantástico lugar de donde procedían todas las cosas que me gustaban: Orson Welles, el jazz, todas esas cosas», dijo al diario inglés «The Independent».
Apasionado de los dragones, llamó a su residencia Dragonland ,- una mansión en las montañas entre Mulholland Drive y Beverly Hills-, y a su compañía de producción Dragonworks Studios. Entre las colinas de Los Ángeles escribió sus dos últimas novelas, inspirándose con la música de Jazz y los filmes de sus vecinos Jack Nicholson y Warren Beatty. En silencio, nos ha dejado un hombre que mantuvo en secreto su enfermedad durante 2 años refugiándose en tardes de películas, un escritor que, sin lugar a dudas, nos enseñó a soñar leyendo. Hoy, la ciudad de Los Ángeles amanece turbia, sin sol, abandonada por uno de sus más grandes admiradores mientras nosotros, los zafonmaniacos, abrimos sus libros por enésima vez.
Noticias relacionadas