Eurovisión

Una digna preselección para Eurovisión: rock electrónico, aires latinos y una pequeña joya

Barei parte como favorita con la propuesta más solvente y rompedora mientras que Xuso Jones fía su candidatura al éxito de la fórmula sueca. María Isabel, la apuesta latina con más posibilidades frente a Salvador Beltrán y Maverick

JAVIER ESCARTÍN

Bajo el estigma de la derrota continua, TVE parece orientar de nuevo su objetivo hacia el lugar de referencia que no debió abandonar: ganar Eurovisión . La preselección para elegir al candidato de este año , formada por seis artistas noveles, jóvenes y desconocidos para gran parte del público, ha revitalizado una fórmula de la cual nunca se pudo prescindir. Las elecciones internas, por mucho que vengan acompañadas de un nombre de relumbrón, coartan el derecho democrático de los espectadores de elegir a su representante en un certamen que, guste o no, fomenta y promociona la marca España ante un mercado de más de cien millones de personas repartidas por todo el mundo. Rebajar el interés que despierta el concurso fuera de nuestras fronteras es menospreciar la capacidad de reclamo que goza un concurso sexagenario , rebosante de vitalidad y fuerza, que en los últimos años se ha convertido también en la emisión no deportiva más vista en España. Por si la justificación de la expectación que origina en el exterior no fuera suficiente a la hora de valorar con la importancia que merece la propuesta que nuestro país presenta anualmente en este concurso. [ Encuesta: ¿Quién debe representar a España en Eurovisión 2016? ]

Una preselección fomenta la competitividad, obliga al candidato a someterse a un mayor esfuerzo y empuja a los aficionados a una aventura eurovisiva que ellos, generosos, disfrutan desde el primer minuto. Además, por primera vez en muchos años, la cadena pública ha optado sin vergüenza y con convicción por talento joven, cantantes que ven en el festival su gran oportunidad para sus carreras y no la tabla de salvación a la que se aferraban estrellas en declive o en continua abnegación. Si se apuesta por buenos intérpretes y artistas con gran talento independientemente de su número de followers en Twitter, se cosecha lo obtenido este año: un ramillete de apuestas atractivas y competentes para dar el salto a Europa .

Por supuesto, la revolución nunca es total. La exigencia por parte de TVE de incluir algo en castellano ha provocado que algunos de los temas presentados sufran una cierta devaluación. Es el caso de «Now» de Electric Nana, que ni siquiera mezclando también el francés evita que la canción entre en confusión y desequilibrio. Xuso Jones resuelve mejor la papeleta incluyendo dos frases en la segunda estrofa, solución más sutil pero igual de problemática. La más inteligente ha sido Barei, que ha dejado la demanda del castellano para el coro mientras que su parte de letra será íntegramente en inglés.

Porque Barei es, ahora mismo, la gran favorita para el triunfo. «Say Yay!» , un up tempo con tendencia soul, es de lejos la apuesta más solvente y rompedora de la preselección. Un tema enérgico, potente, con un estribillo pegadizo y un sonido muy actual mezclado con un toque «retro» . Es muy paradójico que la cantante más desconocida de la preselección se haya erigido en apenas unas horas en la gran apuesta para vencer en la gala del próximo 1 de febrero , y toda la culpa debe recaer en esta pequeña joya de canción. España viraría completamente su rumbo eurovisivo si finalmente se decanta por este tema y las posibilidades de un buen resultado podrían ser altas.

Electric Nana es, quizá, la otra gran opción de cambio. Con «Now» , tema con tintes de rock electrónico y genialmente producida, cuenta con todos los ingredientes para sorprender. Una canción fresca y divertida que se vuelve rebelde y loca gracias al carisma desbordante de su artista. Pero al pastiche originado por la mezcla de idiomas hay que sumar la brevedad de su tema . Dura cuarenta segundos menos de los tres minutos máximos permitidos y está por ver si la cantante se ha guardado un as en la manga para cubrir ese tiempo sobrante.

Xuso Jones, exparticipante del programa «Tu cara me suena», presenta la apuesta más internacional con «Victorious». Ese es precisamente su punto más a favor, pero también el mayor en contra. Su sonido puramente sueco le puede descolgar de las opciones de triunfo. Los temas de producción escandinava han conseguido buenos resultados en Eurovisión, gozan del respaldo del público eurofan y son un modelo a imitar, pero el agotamiento de esta fórmula y la debacle de Edurne el año pasado, precisamente con una canción que comparte autor con la suya, pueden restarle votos .

Dentro de las canciones íntegramente en español, María Isabel juega con la carta más fuerte. Su tema «La vida sólo es una » no sólo lleva escuchándose semanas dado que fue el primer single de su nuevo álbum, sino que es el más pegadizo y bailable. Europa podría perfectamente asociar su imagen de España a esta apuesta latina, mediterránea y pasional . Parte del público recuerda a la joven con mucho cariño tras su paso por Eurovisión Junior en 2004, donde ganó, y si se quiere respetar que España vaya con el castellano como bandera al concurso, María Isabel sería la opción.

Porque ni Maverick ni Salvador Beltrán parecen competir con fuerza en esta preselección. El primero juega con un tema amable, salsero y liviano. Pero la marca de Juan Magan, autor de la canción, se diluye en un intento de hit a medio gas. «Días de alegría» , de Salvador Beltrán, tiene un ritmo más contagioso y potente y juega con la mezcla de estilos manteniendo la esencia del carácter latino. Pero su tema tampoco parece generar especial entusiasmo.

Ante este escenario, es difícil hacer un pronóstico de lo que puede ocurrir el próximo 1 de febrero en la gala de elección del candidato. Barei parte como favorita gracias a su «Say yay», pero Electric Nana puede presentar mucha batalla como la otra opción fuerte «del cambio». Xuso Jones apuesta sobre seguro con un tema solvente y bajo la referencia escandinava, pero está por ver si público y jurado brindan una nueva oportunidad a esta fórmula. Y luego está María Isabel, que tendrá que hacer un gran directo si quiere mantenerse con opciones ante un televoto que podría jugar a su favor al presentar la canción más accesible.

Pero independientemente del triunfador, algo ya se ha ganado con esta preselección gracias al viraje de TVE apostando por artistas solventes contagiados del espíritu eurovisivo y bajo el abrigo de la sana competición. Si se sigue por esta senda en próximas ediciones, pronto se podrán recoger los frutos.

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