ABC Cultural en verano
Madrid-Barcelona. Postales cruzadas (II)
SEGUNDA PARTE
Alicia Framis, Isabel Muñoz, Andrés Trapiello, Claudio Tolcachir..., entre otras personalidades del mundo de la cultura, han aceptado nuestra propuesta veraniega y nos (se) han mandado una postal desde sus ciudades de origen: Madrid y Barcelona

En tiempos de guasap y de redes sociales, hemos querido actualizar la 'vieja' costumbre de mandar postales para contar qué tal nos va la vida, cómo nos trata o nos ha tratado el año y la ciudad que habitamos. Tal vez, escribir a un amigo ... al que hace 'siglos' que no le contamos nuestras cosas. ABC Cultural ha propuesto a doce personalidades de distintos ámbitos de la cultura (cine, música, literatura, el mundo editorial, el teatro y el arte) que escriban una postal desde Madrid y Barcelona. Andrés Trapiello con Ignacio Martínez de Pisón; el actor y dramaturgo Claudio Tolcachir con Josep Maria Mestres; y la fotógrafa Isabel Muñoz con la 'performer' Alicia Framis. Correspondencia cruzada que nos habla de ellos, de sus calles y sus gentes. De sus anhelos y sueños. De Madrid y Barcelona. Sus pecados y virtudes. Capitales de la discordia y de la cultura. Páginas que ilustramos con las postales 'tuneadas' por distintos artistas que participan, un año más, en nuestro proyecto #AVecesLleganCartas.
1

ARTE
Alicia Framis
(Barcelona)
Querido Madrid:
La primera galería que me fichó en Barcelona fue Estrany de la Mota, allá por los años 90, que se ha transformado hoy en Estrany-de la Mota Art Advisors, un 'hub' para el asesoramiento artístico, el comisariado, y producciones para la investigación. En este último caso se llama 112 LAB. Es un claro ejemplo de los cambios que ha experimentado el sector en la ciudad.
Aquí hay iniciativas muy interesantes como Chiquita Room, Cordova, Foc y Home Session. Por favor, todo el apoyo para ellas. Si queremos buena programación, empieza a pasearte por el MACBA o La Virreina. El primero ha despegado ya bajo su nueva dirección con una muy buena programación y con un discurso más ligado al contexto urbano. El museo se ha despertado, y esta vez parece que para siempre.
Si eres artista y quieres hacer una residencia, tienes que aplicar por Hangar, con una gran experiencia en acoger a creadores de todo el mundo, o prueba con La Escocesa. Y tómate un 'bombón', en Bombón Projects. Ojalá siga con su actual línea de buenas apuestas.
Si salimos del contexto de Barcelona, imprescindible saltar a Hospitalet, a Nogueras Blanchard, que en breve os sorprenderá en Madrid con nueva sede para su delegación allí, y también a galería Alegría, o visitar talleres compartidos como La Infinita o Salamina.
Lo importante es ser conscientes de todo tipo de producciones artísticas que se están generando, no solo desde las galerías comerciales, sino desde un museo como el MACBA, con lo que supone para un barrio como el Raval, hasta los talleres compartidos que ejemplifica Hangar.
Cambio de tercio. Si tienes hambre, los restaurantes de gastronomía y 'química' (ya me entendéis) han pasado a la historia. Ferran Adrià fue listo al intuir que esto también se acabaría. Después de la pandemia, la gente está volviendo al bar de siempre, por ejemplo a El Pollo, que desde marzo de 2011 lo lleva Aimar Córdoba, con las mejores tortillas y un ambiente de día hasta la tarde único, y donde la barra de acero inoxidable se mezcla con las camisas 'vintage' de los camareros. Una selección de vinos de lo más 'biológico' casa bien con botellas de Anís del Mono. Contaré como anécdota que este es el bar favorito de Rosalía y su hermana, al que vienen y donde nadie les hace fotos, porque aquí todos somos iguales. Todos venimos a disfrutar de la compañía del otro, con paredes desnudas de 'fake',. ¡Tra, tra! Y hermanos del bar El Pollo, El Cassette y el Toro. Hay donde elegir. Alicia
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ARTE
Isabel Muñoz
(Madrid)
Querida Barcelona:
En Madrid estamos viviendo ahora un momento de euforia en torno a lo fotográfico, justo porque se están celebrando los 25 años de PHotoEspaña, un evento además que se repite en distintas ciudades españolas. Eso es muy bueno.
En mi caso, que he vivido otros momentos, reconozco la importancia que representa el poder tener estos eventos en distintos lugares del país. Los fotógrafos españoles ya no tienen que salir para dar a conocer su trabajo y podemos tener acceso y conocimiento de lo que está pasando fuera. Ahora es un buen momento para acercar la fotografía a la calle.
Por otro lado, la disciplina aquí y nuestros fotógrafos, por fin, parece que van a tener distintos centros nacionales de fotografía a lo largo de todo el territorio nacional. En este sentido, Madrid va a ser generosa. Estamos esperando a que el Ministerio de Cultura apruebe finalmente el decreto ley que dé pie a un gran centro. Con tal motivo, se va a realizar en breve un congreso de profesionales para explicar la situación actual en Alcalá de Henares, muy cerca de la capital. Asimismo, no tan lejos de aquí, del centro, se va a celebrar un encuentro con todos los centros nacionales mundiales en Soria para tener mas conocimiento de cómo estos se gestionan y compartir información. También en noviembre, en esta ciudad castellana, se presentará el proyecto. Yo animo a todos los fotógrafos, de Madrid o de fuera, que podáis leer esta carta y que podáis acercaros, que vayáis, no solo para conocerlo, sino para estar presentes en ese momento histórico.
Recientemente he estado en Tarragona, y como a veces la memoria es frágil, me gustaría rendir homenaje a verdaderos pioneros que defendieron la fotografía, como Chantal Grande, allí, en esta ciudad catalana, en Tinglado 2, y David Balsells y su Primavera Fotográfica en Barcelona. En paralelo, Christian Caujolle, porque ellos empezaron a dar a conocer la fotografía española fuera. El germen de lo que es Madrid, como en otras ocasiones, nace de la aportación de gente espléndida de otros ámbitos geográficos. Isabel.
3

LIBROS
Andrés Trapiello
(Madrid)
Querido Ignacio:
Admira de las cartas privadas de emigrantes a Indias, que publicó Enrique Otte hace más de treinta años, que no se andaban aquellos buenos hombres por las ramas e iban a su negocio desde la primera línea. Por ejemplo, esta, escogida al azar, de un tal Bartolomé Ruiz, de Veracruz, a su hermana Luisa Hernández, de Sevilla, escrita el 16 de marzo de 1574: «Señora hermana: Habéis de saber que nuestra madre es muerta, y murió este año de 1573».
Quiere la vida que no tenga uno que darte noticia mala ni a boca de jarro, sino otra bien feliz. He terminado el libro de 'La noche de los Cuatro Caminos', que ahora se titula 'Madrid 1945', y estoy a punto de mandarte el pdf, que con tanta paciencia llevas esperando desde hace tres meses, a punto tú también de terminar una novela que roza alguno de aquellos episodios, según me contaste. Así, lo sabes bien, les pasa a los libros, que no se dejan acabar tan fácilmente. Y más esos en los que las vidas de los personajes están a medio contar porque las tenemos todos a medio saber.
Si en la primera versión de hace veinte años casi nadie quedaba bien, en esta pasa que algunos salen peor parados, pero otros se llevan nuestras simpatías, no porque fueran mejores, sino porque sufrieron los ataques de los peores. Siguen igual que entonces los dos falangistas asesinados a los que tocó hacer el deslucido papel de chivos expiatorios, Lara y Mora. O como suele decirse, sin comerlo ni beberlo. Y de los asesinos, aquellos siete comunistas, qué decirte. Una tragedia también para ellos, para algunos de ellos al menos. La nueva ley de Memoria Democrática va a declararlos víctimas del franquismo, lo que abre un interesante debate, pues si, como creían la alcaldesa Carmena y sus concejales, que quisieron incluirlos en el memorial de la Almudena, lucharon «en pro de la democracia», tal como asegura también la nueva Ley, habrá que aceptar que las muertes de Mora y Lara fueron igualmente «en pro de la recuperación democrática», y por tanto, muertes justas, pero si, por el contrario, Mora y Lara fueron únicamente víctimas del terrorismo comunista, habrá que considerar a aquellos «guerrilleros de ciudad» no solo víctimas del franquismo sino también victimarios, excluyéndolos de los beneficios que a ellos o a sus familiares les reconoce esa ley.
Tú eres hombre de fina inteligencia y seguro que darás con una solución ecuánime, cosa que yo no he podido por el momento, a punto de morir por extenuación como Filitas de Cosas, ya sabes aquel que trató de resolver «la paradoja del mentiroso» (¿miente el hombre que dice que miente?).
Tienes el verano por delante para resolverlo. El mío, en Extremadura, habrás visto en la tele, está siendo bien triste por los incendios. La combustión catalana supongo que sigue durmiente. En ese aspecto te lo deseo mejor, y en el literario no hace falta, convencido de que tu libro me resarcirá de todos los pesares presentes.
Recibe un gran abrazo de tu amigo. Andrés
4

LIBROS
Ignacio Martínez de Pisón
(Barcelona)
Querido Andrés:
Qué ganas tengo de leer 'Madrid 1945'. Sabes que me interesa mucho esa época, la primera posguerra, tan sangrienta y tan hambrienta, y que la versión anterior de tu libro, cuando aún se llamaba 'La noche de los Cuatro Caminos', me parece una de las mejores aproximaciones literarias (y no solo literarias) a esos tiempos convulsos. Yo estoy ahora mismo escribiendo las últimas páginas de una novela ambientada en Madrid durante los años de la Segunda Guerra Mundial, en los que Franco quiso establecer un régimen de exterminio. La triste historia de mis personajes desemboca en unos episodios de guerrilla urbana no muy distintos del que tú recreaste en 'La noche de los Cuatro Caminos' y ahora recuperas en 'Madrid 1945'. Te acuerdas, sin duda, del veterano comunista Gabriel León Trilla, llegado del exilio francés para reorganizar el Partido en el interior. Cuando lo llaman de Toulouse y se niega a ir, el grupo de Cristino García Granda recibe el encargo de eliminarlo, cosa que ocurrió en septiembre de 1945 en uno de los cementerios abandonados del llamado Campo de las Calaveras. Cristino no era un cualquiera: su participación en la liberación de Francia como miembro de la resistencia le había valido el grado de teniente coronel y el título de Héroe Nacional, concedido por el gobierno francés. Como él hubo otros que trataron de organizar en España una resistencia parecida a la francesa para desalojar a Franco del palacio de El Pardo. Cuando Cristino llegó a España, los partisanos italianos acababan de fusilar a Mussolini. ¿Por qué no iban a creer los maquis españoles en una victoria similar a la de los maquis de Francia o Italia? Si España hubiera tenido un De Gaulle que aglutinara los sectores más diversos para plantar cara a Franco, tal vez las potencias aliadas se habrían decidido a intervenir en nuestro país, y entonces ¿quién sabe cuántos tenientes coroneles habrían pasado a ser considerados asesinos y cuántos de los que murieron como asesinos habrían sido ascendidos a teniente coronel? En fin, ya ves que hablar de buenos y malos, de víctimas y victimarios, es hablar de algo siempre azaroso y escurridizo.
Solo me queda desearte que los incendios de este verano respeten tu pequeño paraíso extremeño. Ojalá cuando leas estas líneas llegue una buena semanita de lluvias que apague todos estos fuegos.
Te mando un fuerte abrazo, Ignacio
5

TEATRO
Claudio Tolcachir
(Madrid)
Querida Barcelona:
Madrid era una obsesión desde pequeño, fueron muchos años pensando que nunca iba a conocerla hasta que gracias al teatro pude caminarla al fin. Recuerdo exactamente esos primeros minutos, la excitación, esa sensación de abrazo que esta ciudad nos regala como primer impacto a todos sus visitantes. Te sentís bienvenido, conocido, invitado. Todo se hace fácil y ligero, un regalo para un argentino, con su nostalgia genética a cuestas. Luego se fue llenando de cicatrices maravillosas en rincones y esquinas. Teatros en los que se trabajó, bares en los que se celebró, calles en las que se fueron armando lazos tan profundos que poco a poco irse de Madrid era tan doloroso como irse de 'Bs As'. Con la misma sensación de desprendimiento. Sin embargo, no me acostumbro. Algo al salir del metro, tanta belleza sigue resultándome conmovedoramente nuevo. Perderse a caminar y saber que algo inesperado siempre va a aparecer. Los camareros y las camareras, las nuevas y sobre todo las viejas generaciones. Las señoras de peluquería tomando su caña tempranera. Las conversaciones, apasionadas y livianas al mismo tiempo. Tan directos cuando nosotros somos tan vuélteros. Amo que siendo una ciudad con tanta historia, haya espacio para la construcción, para imaginar y proyectar posibles aventuras. Uno siente que en unos años todo puede llegar a ser diferente y esto siempre es estimulante. Madrid para mí siempre será bienvenida, cariño, respeto, erotismo, amigos, risas, y oportunidades.
Aquí y ahora. Claudio
6

TEATRO
Josep Maria Mestres
(Barcelona)
Querido Madrid:
Siempre he tenido la convicción de que el teatro debe ofrecer a los ciudadanos un lugar donde reflexionar sobre lo que ocurre en el mundo, en nuestra sociedad, sobre lo que nos ocurre a nosotros. El teatro sucede aquí y ahora. Esto es lo que lo distingue de todas las otras artes y su mayor grandeza ¡Y aquí y ahora nos han pasado, y nos están pasando, muchas cosas: pandemia, guerra, crisis económica, crisis climática... La incertidumbre se ha instalado en nuestras vidas y nos ha obligado a mirar la realidad de frente, con valentía, honestamente.
Creo que, ahora mismo, la actitud que mejor define a los profesionales del teatro es la búsqueda, la exploración. En las programaciones de los teatros, tanto en los públicos como en los privados, percibo una necesidad de responder a esta realidad cambiante, a menudo convulsa que nos ha tocado vivir. En la mayoría de propuestas se adivina el deseo de incidir en esta realidad. No se trata de que la realidad lo invada todo, no tenemos que hablar todo el día de lo que sucede en la calle, sería insoportable o, como mínimo, muy aburrido. Nuestra obligación es convertirlo en arte: tenemos que encontrar la manera de explicarnos este mundo convulso para poder contárselo al público. Descubrir los intereses de los espectadores, saber de sus necesidades para acordarlas con las nuestras, para llegar a un compromiso mutuo.
Parece que esta pasada temporada el público de Barcelona no ha respondido a la oferta teatral con el entusiasmo con el que solía. Y esto genera una lógica preocupación. ¿Es culpa nuestra? ¿De la realidad? ¿No le interesan las historias que le contamos? ¿O cómo se las contamos? Ya que no tengo las respuestas, activo el estado de alerta. Me concentro, más si cabe, en la búsqueda. Josep
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