ARTE

El veneno de la «performance» en Marina Abramovic

Una vez más, Marina Abramovic «se hace presente». Sus recientes memorias, publicadas ahora en español, la muestran como una creadora vulnerable y cercana

Marina Abramovic

Esta funcionalidad es sólo para registrados

La llamada «abuela del performance » algún día fue una niña y, por cierto, tuvo una infancia traumática , marcada por una madre inflexible y un padre tarambana, partisanos desubicados en los «gloriosos» años de la Yugoslavia de Tito.

Marina Abramovic ha sabido contar o dictar su vida, que compone una «novela de formación» que debe ser calificada como tremendamente atractiva. Aunque su figura actual tenga las luces y sombras propias de una celebrity , atrapada entre sus «muertes» rígidamente teatralizadas y los patéticos procesos «metodológicos» con Lady Gaga , la lectura de las 350 páginas de Derribando muros permiten recuperar a aquella artista que mostraba su coraje al desnudo.

Si comienza dedicando el libro «a los amigos y los enemigos» , inmediatamente contemplamos una foto de ella realizada en Belgrado en 1951, vestida como una niña adorable junto al recuerdo de la primera mañana en la que sintió temor cuando su abuela gritó ante su gesto infantil de querer tocar una serpiente en la calle: «Es increíble cómo tus padres y quienes te rodean te incrustan el miedo . Al principio eres tan inocente; no lo sabes». Parece ser que Danica soñó que daba a luz una enorme serpiente el día antes de que viniera al mundo su hija Marina, con la que tendría relaciones tan «envenenadas» durante casi toda su vida.

La vida como un ponerse en riesgo, el miedo a la muerte. Eso ha movido siempre a esta creadora

La trama vital de Marina Abramovic es un double bind de amores apasionados y desamores trágicos , el nudo o aporía de una mujer apasionada que, en el fondo, antepone su obra a todo; una crónica de viajes e iniciaciones místicas que también incluye aciertos raros en inversiones inmobiliarias y, por supuesto, la carrera artística hacia la fama internacional . No fue nada fácil llegar desde las periferias del sistema artístico al MoMA. No le han regalado nada; literalmente tuvo que sangrar y soportar pruebas de tipo «chamánico» para conseguir un éxito que va más allá de los límites del museo.

Nubes como sueños

Si en los años de formación pintó nubes en enormes cuadros, lo que quería era materializar sus sueños, esto es, volcar la vida en el arte. Su primera idea de performance la tuvo, según cuenta, en 1969 cuando propuso al Centro Juvenil de Belgrado lavar la ropa del público que tendría, obviamente, que desnudarse ; tras aquel proceso de lavado-planchado-secado, los visitantes podrían marcharse «literal y metafóricamente, limpios» . Aunque aquella idea fue inmediatamente rechazada, podemos afirmar que nunca dejó de ser el punto de referencia del trayecto artístico de Marina, como ejemplifica la impresionante intervención Barroco balcánico por la que recibió, con todo merecimiento, el León de Oro de la Bienal de Venecia en 1997.

La segunda «idea» que tuvo para hacer una performance generó idéntico rechazo en 1970: pretendía jugar a la ruleta rusa vestida con la ropa que le ponía su madre cuando era pequeña y que ella odiaba. Ahí también está otra clave de todo lo que ha realizado desde entonces Marina Abramovic: la vida como un ponerse permanentemente en riesgo , el exorcismo al desnudo del miedo a la muerte, la manifestación descarnada de nuestra vulnerabilidad.

Levitar en la cocina

Puede levitar en las cocinas de La Laboral de Gijón (2009), o buscar la meditación perfecta en el Tíbet, pero en el fondo, lo que dinamiza a esta artista son sus viejas heridas. Al terminar los tres meses de performance de La artista está presente (2010), Marina indica que no sabe qué es el arte y, al tiempo, comprende que el performance le lleva más allá de lo habitual para intensificar la vida: «La cantidad de amor, el amor incondicional de completos extraños, fue la sensación más inverosímil que he tenido». El amor y la ausencia, el dolor y la catarsis ; el peligro y la pureza, el veneno y el antídoto; lo aporético, en fin, incorporado.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación