REPORTAJE
El telediario en los pasillos de ARCO
Gritos de indignación, reivindicaciones y dosis de realismo a bocajarro son los protagonistas de muchas obras propuestas por las galerías nacionales e internacionales de esta edición 40(+1)
Funciona, tiene mucho gancho y, a priori, resulta muy polémico. Temáticas que abarcan desde la cosificación del cuerpo femenino hasta la realidad del colectivo 'queer', pasando por las revueltas políticas de países latinoamericanos, el exilio venezolano o la etapa final de la dictadura franquista en España. Hablamos de la cara más combativa del arte, la que marca el discurso hegemónico actual: su vertiente sociopolítica. Opciones de difusión alejadas de las prácticas artísticas más tradicionales o autorreferenciales y llevadas a cabo por artistas comprometidos con la crítica y la denuncia, siempre dispuestos a combatir el nihilismo imperante en la sociedad.
De Pedro Sánchez a Franco
Ferias de arte contemporáneo como ARCO son el hervidero perfecto de artistas portavoces y representantes del malestar social: juzgan, señalan, visibilizan valores e incluso ridiculizan a aquellas figuras que ostentan el poder a través de la sátira o la ironía. Una formidable herramienta de denuncia social que, en pleno siglo XXI, sirve como reflejo perfecto de las preocupaciones del presente. La estrategia primordial en cualquier obra de arte social y político es generar un efecto real en el público más allá de un comentario aislado. Por ello, requieren de gran reflexión por parte del espectador con el objetivo de ser capaces de despertar sus emociones más profundas, así como apelar a estas para sensibilizarles sobre temáticas delicadas.
Aún es pronto para ver reflejado el conflicto ruso-ucraniano en las obras de los artistas representados en ARCOmadrid 2022 , lo que no impide que la cuestión se comente en sus pasillos. Si bien, no cabe duda de que lo hará en la próxima edición número 42 de la feria, cuyas galerías volverán a nutrirse un año más de los movimientos sociopolíticos internacionales. Pero, por el momento, no son pocas las gfirmas nacionales e internacionales que apuestan por manifestaciones artísticas de temática crítica hacia los discursos oficiales en sus estands de los pabellones 7 y 9 de Ifema-Madrid.
Como se ha podido comprobar en innumerables ocasiones, el arte goza de un componente social y de denuncia, además de, en ocasiones, una evidente voluntad estetizante. El arte no entiende de fronteras y su vertiente sociopolítica no iba a ser menos. La galería Forsblom de Helsinki (Finlandia) goza de unos de los estands más excéntricos y controvertidos de la feria de este año. De la mano del artista finlandés –afincado en España desde hace ya dos décadas– Riiko Sakkinen y su concepto de 'Turborrealidad' (una especie de crítica a la sociedad capitalista actual) llegan tres obras de gran formato cuyos protagonistas son el Rey Juan Carlos , el presidente Pedro Sánchez y banderas de España compradas a la salida del Estadio Santiago Bernabéu.
El más llamativo de todos, 'Mis líderes favoritos de extrema izquierda', cuyo valor asciende a los 16.000 euros, invita a reflexionar a todo aquel que se acerque sobre si son las ideas del jefe del Ejecutivo español, las del propio artista o las de un tercero. Es decir, obliga al espectador a posicionarse. Sakkinen ya presentó en 2020 una obra similar, por no decir casi idéntica, cambiando solo de figura: Francisco Franco . ¿Quién será el siguiente en la lista?: Ayuso , Casado ... ¿ Putin ?
Colonialismo y disidencia política
Si de política nacional hablamos, es imposible no hacer mención a la galería José de la Mano . Alberto Manrique explica a ABC de ARCO su apuesta por el proyecto póstumo del artista vasco Ramón Bilbao . Entre las obras, destacan 'Las últimas ejecuciones del franquismo por fusilamiento en septiembre de 1975 de miembros del FRAP y ETA' o 'Por la señal de la Santa Cruz (La Iglesia)'. Más allá de una crítica feroz al franquismo y al terrorismo de ETA, se trata de un reflejo del panorama sociopolítico español de aquel entonces. La pieza principal de toda la exposición es un retrato de Franco recién muerto , aunque también aparece retratado el inmenso poder de la Iglesia en el País Vasco, así como los políticos de la época, como Santiago Carrillo . Vemos que esto de meter el dedo en la llaga viene de lejos.
Más allá de una crítica feroz al franquismo y al terrorismo de ETA, en José de la Mano tratan de reflejar el panorama sociopolítico español de 1975-1976 de la mano del artista vasco Ramón Bilbao
En términos de política internacional, son muchas las galerías de ARCO que no han dejado pasar la oportunidad de basar su estrategia principal en conceptos como el colonialismo. Ejemplo de ello es la portuguesa Cristina Guerra, cuyo artista Yonamine enfoca su obra hacia el poscolonialismo latente en las relaciones entre China y África. Este es el modo en que la potencia asiática, en su opinión, está colonizando el continente africano de manera comercial, no ocupacional ni militarmente. Del mismo modo lo hace Délio Jasse en la galería Filomena Soares al plasmar en su obra la ocupación portuguesa en Angola.
Los movimientos políticos latinoaméricanos suponen un espacio también importante dentro de la vertiente artística crítica y de denuncia. Desde Max Estrella , destaca sin duda alguna la obra 'Fotos térmicas', de Marco Godoy , las cuales transportan directamente al espectador a las revueltas políticas de Santiago de Chile de noviembre de 2019. Son fotos de manifestantes realizadas con cámaras térmicas con el objetivo de no revelar su identidad.
El arte contemporáneo siempre tiene ese contrapunto en el que no hay nada evidente, en el que hay que dar una entrada a la audiencia para que pueda leer el propósito final de la obra. Por ejemplo, la de Diana Fonseca , en la misma galería que Godoy, es muy agradable estéticamente. No obstante, está compuesta por fragmentos desprendidos de edificios en La Habana (Cuba) a modo de crítica directa hacia un país que respira revolución y reivindicación política por todos y cada uno de sus poros. Por su parte, también en este estand, Nacho Martín Silva juzga el consumo capitalista de finales de los años sesenta en Estados Unidos. Otros artistas cuyas obras desprenden cariz sociopolítico a través de una crítica directa hacia la dependencia de la sociedad respecto a la tecnología son Rafael Lozano-Hemmer y el artista visual Daniel Canogar .
Un grito ecológico
En esta misma línea, en la galería Filomena Soares tienen expuesto el trabajo del artista cubano Carlos Garaicoa (también representado por Elba Benítez ). Piezas como 'Hotel Deauville' no hacen sino reflejar el hostil panorama de ciudades como La Habana y abogar por la destrucción de la revolución cubana.
No puede dejarse de lado a la galería neoyorquina especializada en arte latinoamericano Henrique Faria , cuyos galeristas son venezolanos exiliados a causa de la situación económica y política de su país. El estand gira en torno a una composición desu compatriota Chritian Vinck compuesta a base imágenes de satélite de minas ilegales en el Amazonas. «Todo el arte que representamos es una especie de grito ecológico. Este es nuestro 'statement' artístico, nuestra carta de presentación», comenta uno de sus responsables para ABC de ARCO.
En la galería neoyorquina Henrique Faria se sienten del todo comprometidos con la migración venezolana, la de su país de origen, al tratarse de la más grande de la Historia de una nación sin guerra
Como no podía ser de otro modo, se sienten del todo comprometidos con la migración venezolana al tratarse de la más grande de la Historia de un país sin guerra. Precisamente, defienden el hecho de que la gente se conecta con el arte sociopolítico:«No somos una galería a la que le interesan los temas que están de moda, no nos seduce subirnos a ese carro. Nuestro propósito es hacer activismo cultural a través del arte. Tenemos la responsabilidad siempre de montar estands dotados de alma y contenido. Existe una razón que va mucho más allá de las modas».
Para finalizar el recorrido de arte reivindicativo por los pasillos de ARCOmadrid 2022 , cabe mencionar una de las temáticas estrella: el feminismo y el colectivo 'queer'. En este sentido, destacan dos galerías: la francesa Double V , instalada en el espacio 'Opening', y la barcelonesa ADN, especialista en cuestiones políticas y combativas en España. En la primera de ellas, la artista Inês Zenha aporta su propia visión del mundo como mujer 'queer' tal y como ella se define. Su objetivo no es otro sino ir en contra del heteropatriarcado, así como la sexualización y cosificación de los cuerpos femeninos. Para ella, el arte «no tiene límites».
Sexualidad y heteropatriarcado
Curiosamente, lo único que sexualiza Zenha en sus obras son las plantas: «Voy en contra de sexualizar cuerpos porque una de las principales maneras en las que la sociedad ejerce opresión sobre el colectivo 'queer' es afirmando que no es algo natural. También me opongo al lenguaje erótico porque va en contra de la sensualidad lésbica. En resumen, me encanta representar la naturaleza porque es fluida, al igual que la sexualidad». Al mismo tiempo, La Ribot, artista de Max Estrella , aboga por hacer referencia al cuerpo humano y, en especial, al de la mujer. Esto es, en qué medida el uso del cuerpo de ellas tiene en muchas ocasiones un sentido objetual, tal y como expresan desde la galería.
Por su parte, ADN apuesta entre muchas otras cuestiones de gran calado, por la reivindicación feminista. Aquí fija la vista en las protestas y manifestaciones. Sin duda, la serie 'Indignadas' de Maria Maria Acha-Kutscher es la joya de la corona del estand en esta 40(+1) edición de ARCO. Presentada el pasado otoño en el Barcelona Gallery Weekend , se trata de impresiones sobre lonas de PVC basadas en la manera en que se ha proyectado la imagen de las mujeres en reivindicaciones feministas: una activista de Femen neutralizada por un agente de las fuerzas de seguridad del Estado; una mujer en una manifestación en contra de un productor cinematográfico que abusó de ellas, el cual fue el inicio del movimiento '#MeToo'; o, 'Nasty Woman', eslogan empleado en la campaña política de Donald Trump en 2016 para referirse a Hilary Clinton , algo que generó indignación en los sectores feministas de la sociedad estadounidense.
Su trabajo ha logrado tal impacto a nivel nacional que incluso se encuentra expuesto hoy en el Museo Reina Sofía de Madrid . En resumen, este tipo de arte es más un trabajo de investigación que una creación. En palabras de sus galeristas: «El arte tiene que ser un reflejo de las preocupaciones del presente».
Si algo queda claro en esta edición 40(+1) de la fiesta del arte español es que el arte sociopolítico está más vivo que nunca y que, a veces, su intención es aguar precisamente la fiesta. Y es que esta vertiente creadora permite extrapolar vivencias y problemáticas sociales al espacio cotidiano; hace consciente al público de problemas no visibles a nuestros ojos o contribuye a mirarlos desde otras ópticas. El arte permite repensar y redefinir el mundo, proporcionando herramientas que eviten el estancamiento de la sociedad.