DE PUERTAS ADENTRO
El taller mínimo de Juan Zamora
Se define a sí mismo como «artista nómada». Por lo que lo de tener un estudio, para Juan Zamora, es algo accidental y circunstancial. Nos metemos en el apartamento en Lavapiés que le hace las veces cuando recala en Madrid
El suelo está lleno de manchas de pintura , pero es muy problable que ninguna haya tenido su origen en un pincel o brocha empleado por él. En el balcón, una bicicleta blanca. ¿La habrá usado alguna vez? Pocos muebles ocupan ahora el salón, pero dice estar dispuesto a empaquetarlo todo en cuanto pueda y subirlo al trastero : «Me basta con poner una mesa en medio, un proyector, y comenzar a materializar las ideas. Siempre me ha interesado trabajar con lo más mínimo . He sido contrario a las grandes producciones. Y cuando me han dado muchas facilidades para manejarme, siempre he resuelto fatal».
Lo de Roma, otro cantar
Juan Zamora está a punto de volver a Madrid. Hoy mismo inaugura exposición en Roma con el resto de compañeros de la Academia de España con los que ha pasado los últimos meses. Cuando esta aventura acabe, regresará a España, pero no por mucho tiempo . Por eso no cuenta en la ciudad con un estudio personal, sino que ocupa un pequeño apartamento en una estupenda corrala de Lavapiés que pertenece a su galería ( Slowtrack ) y en la que se asientan otros artistas por temporadas. Esos restos en los que antes reparamos, son de ellos: «En realidad, yo soy un artista nómada –explica– que se mueve en función de la residencia artística que me va saliendo».
Zamora, en el exterior de la corrala- Ángel de Antonio
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