El mosaico de ABC Cultural cautiva a la Reina en ARCO
Doña Letizia inauguró la feria y visitó el estand que celebra los treinta años del suplemento cultural con una obra del artista Germán Gómez
A un lado de Europa estalla la guerra y al otro se inaugura ARCO , porque la vida es un ejercicio de contrastes. El Rey en la Zarzuela presidiendo el Consejo de Seguridad Nacional, con Sánchez presente, y la Reina escuchando a una artista no binaria despachar sobre la conquista. «Qué bien volvernos a ver quinientos años después», le soltó. Y Miquel Iceta, ministro de Cultura, o de política cultural, que ya es lo mismo, haciéndole una foto a un retrato del presidente, su presidente, coronado por un «Mis líderes favoritos de extrema izquierda». ¿Se imaginan su Whatsapp? Imposible no pensar en Kafka: «Alemania ha declarado la guerra a Rusia. Por la tarde, clase de natación». Y así.
En los pabellones 7 y 9 de Ifema había poco espacio para la actualidad: solo la ausencia del Rey recordaba a los asistentes que existía algo así como el mundo exterior, porque como en los casinos allí no hay ventanas por las que entre la luz. La Reina actuó en solitario –traje chaqueta de raya diplomática azul, fajín, un moño para lucir pendientes, muy elegante– y lideró una comitiva nutrida, repleta de cargos: José Luis Martínez-Almeida, Marta Rivera de la Cruz, Begoña Villacís, Andrea Levy… No estuvo Isabel Díaz Ayuso. Iceta sí, claro. Y Maribel López, directora de ARCO, que charló mucho y muy animadamente con Doña Letizia .
El itinerario estaba marcado (el protocolo, la seguridad, esos trámites), pero pronto lo desvió para ir a visitar a Helga de Alvear. «Es que me quiere mucho», presumía esta. Dijo que habían estado los dos, los Reyes, cuatro horas en el museo que ha abierto en Cáceres, y que estaba muy contenta. La Reina ni se fijó, por cierto, en la obra de Santiago Sierra, antaño ‘enfant terrible’ de la feria. Después pasó por la galería Juana de Aizpuru, otra histórica. Las paradas en los estands fueron largas, ella preguntaba y repreguntaba, y le respondían, aunque luego algunos (algunas) no soltaban prenda. ¿De qué habéis hablado? «De arte». Vale, gracias. Más tarde nos enteramos de que algo se comentó de Ucrania. Unas frases.
Al cruzar del pabellón 7 al 9 la Reina no se inmutó con los gemidos que salían del rincón de Société, concretamente de un trabajo audiovisual de Marianna Simnett. Tampoco hizo caso a la vagina de la artista Wynnie Mynerva, aunque por casualidad se paró en una esquina desde la que podía verse el vídeo de la operación en la que se la cosieron. El espectáculo se llamaba ‘Cerrar para abrir’, pero ella no viró la vista: ignorar para seguir. Hay vida más allá del ruido.
Estuvo un buen rato en Pasto, donde exponía Mauricio ‘La Chola’ Poblete, exultante tras el encuentro. «Lo primero que me preguntó fue en qué pronombre me manejaba. Me pareció bastante fuerte. Es encantadora», nos contó. Aseguró que se tomó bien lo que le dijo del reencuentro tras los quinientos años desde Colón. «Era una broma para romper el hielo… Yo trabajo con mis orígenes, con la identidad, con la historia de la conquista, el poscolonialismo, el sincretismo... Le hablé del respeto a lo ‘queer’, y de que mis obras no denotan lo binario, porque me interesa salir de ese sistema». La Reina le preguntó cómo conservaba las esculturas que hacía con pan.
Hubo más paradas: Neugerriemschneider (de Berlín, de dónde si no), Projectesd, Marta Cervera, Leydencker… La última fue en el estand de ABC Cultural, que este año acoge la serie ‘Rostros’, de Germán Gómez, una exploración del retrato desde el mosaico que le impactó mucho. La Reina saludó allí a Ignacio Ybarra, presidente de Vocento; a Jesús García Calero, director de ABC Cultural, y a Javier Díaz-Guardiola, redactor de este periódico y comisario del espacio. «Le ha gustado mucho, hemos descubierto nuestra conexión asturiana. Me ha preguntado por los modelos, por la técnica, estaba muy interesada», celebró Gómez. «Estoy dispuesto a hacerle uno a ella si me lo pide», añadió, ya entre risas.
Por la mañana, ARCO; por la tarde, las tropas rusas avanzan hacia Kiev. También Chelo García-Cortés avanzó hacia Ifema desde el plató de ‘Sálvame’ para intentar colgar allí su ‘Mata Mua’. Hay dos mundos: en uno está la gente preocupada con la subida del precio del gas y del petróleo, con la guerra; en el otro hay hortalizas a la venta por 7.500 euros.
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