«Diálogos» intergeneracionales de sur a norte

Este es el quinto año consecutivo que ARCOmadrid celebra «Diálogos» , una sección en la que las galerías participantes enfrentan a dos de sus artistas. Sus comisarios, Agustín Pérez Rubio y Lucía Sanromán -que es la primera vez que ostenta esta función-, han seleccionado un total de diez galerías de nueve países diferentes para «impulsar un diálogo intergeneracional entre dos creadores de la misma galería». Hay casos excepcionales; dos firmas que han traído a autores históricos de los 60, como Lynn Hershman y Bruce Conner (galería Anglim Gilbert ). Todas exhiben a creadores que «se centran en cuestiones indígenas, aspectos de su cultura o problemas que tienen que ver con la globalización», señala Pérez Rubio.

La sección se ha centrado en esta ocasión en propuestas del continente americano, aunque también ha habido entrada de artistas afrodescendientes, como es el caso de la galería Movart , procedente de Luanda (Angola), que trae como representados a Keyezua y António Ole . Ello se debe, según el comisario, a que «la visibilidad que tienen el continente y las prácticas africanas siempre son más pormenorizadas». En ese sentido, los curadores querían que fuera un diálogo «sur-norte o sur-global» realizado por artistas que pertenecen al mismo contexto pero a dos momentos diferentes, o incluso a un mismo contexto y que la suya sea una conversación entre miembros de una misma generación. Es el caso de Mariela Scafati y Rosario Zorraquín , artistas de Buenos Aires de la galería Isla Flotante .

En 2020 no se quiere entender la sección como «plana», sino que cada integrante y cada galería exponen su punto de vista sobre el contexto en el que trabajan . «Lo importante es que cada proyecto tiene una identidad tanto en el diálogo como en el contexto al que está referenciado». Por ello, el comisario afirma: «No podemos caer en la tentativa geopolítica de la globalización».

A veces, este diálogo también se ocupa del trabajo que los dos artistas realizan de manera conjunta. Aquí hay obras que incluso han sido ejecutadas a cuatro manos. Para Pérez Rubio, «la idea del propio diálogo tiene que ver con una relación directa más fuerte». Así ocurre en el estand de, en la que participan Mauro Restiffe y Valeska Soares . «La pieza principal es un retrato que Mauro ha producido de Valeska», explica una de las responsables de la firma.

Pero si hay algo común en este ámbito es que ninguna de las galerías «son estables». Es decir, según el comisario, son firmas que están trabajando desde hace mucho tiempo pero en contextos no favorables, o jóvenes que se están estableciendo poco a poco . «No son galerías madre o tipo. Llevan un recorrido más lento en el mercado», describe. Además, lo importante, para los comisarios de este año es que las convocadas «traen al contexto de una feria en España a artistas que, de otra manera, no podrían ver sus prácticas representadas».

Por primera vez, la feria ha acogido el Premio Iberia Diálogos , que ha recaído en el espacio Proyectos Ultravioleta.