San Sebastián firma la paz con la capitalidad europea

Don Felipe y Doña Letizia inauguran hoy la exposición «1516-2016. Tratados de paz»

Los Reyes, en la inauguración de la muestra en San Sebastián EFE
Pablo Pazos Seoane

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¿Por qué una exposición sobre la paz? La pregunta que se formuló el comisario, Pedro G. Romero, y a la que tuvo que dar respuesta para armar «1516-2016. Tratados de paz», muestra estrella de la capitalidad cultural europea San Sebastián 2016 , plantea un interrogante que se va resolviendo por sí mismo a medida que se cubre su ambicioso recorrido, salpicado de obras de autores de primera magnitud -Picasso, Rubens, Goya, Zurbarán-, que conviven con relojes de Hiroshima, congelados para siempre por la barbarie nuclear o desgarradoras imágenes del Holocausto.

Los Reyes Don Felipe y Doña Letizia, acompañados del lendakari, Iñigo Urkullu, y el ministro de Educación, Cultura y Deporte en funciones, Íñigo Méndez de Vigo, entre otras autoridades, inauguran hoy la exposición, un día antes de su apertura al público . La sede es doble: la muestra arranca en el Museo San Telmo y continúa en el Koldo Mitxelena. La complementan siete muestras paralelas: una de ellas motivó en abril una reclamación de rectificación del Ministerio de Cultura porque, en su descripción, aludía al terrorismo como un «fenómeno, a la vez, político, militar y cultural» . La capitalidad cultural enmendó el grave error.

« No hemos querido hacer una exposición sobre guerra y paz », aclaraba ayer Romero, durante la presentación ante los medios de comunicación, mientras un buen número de operarios se afanaban por dar los últimos retoques. «Aunque es verdad que hay una tensión permanente», admitía, justo antes de ejercer de cicerone de una recopilación de obras y objetos que si ofrecen una dialéctica es, precisamente, entre la paz y su ausencia. «Guerra y paz siempre están muy imbricadas», concedía el comisario.

¿Cómo respondió la pregunta primigenia? ¿Por qué una exposición sobre la paz? «El museo se ha convertido, desde la Revolución Francesa, en el templo laico donde se celebra la convivencia social . El museo de museos, el Louvre [uno de los 21 que han contribuido, aunque la mención especial, por volumen de trabajos, corresponde al Prado], se funda como triunfo de la República, del pueblo. Después se engrandece con las campañas napoleónicas».

Relojes de Hiroshima

Articulada en una serie de ámbitos temáticos (territorios, historia, emblemas, etcétera), interrumpidos por estancias que hacen referencia a 16 museos o exposiciones (del Anti-Krieg Museum al Jean de Bloch), la exposición la prologa un despliegue de banderas de la paz y concluye con los citados relojes de Hiroshima. Durante la presentación ante la prensa, dos operarios extrajeron con sumo cuidado uno de ellos de la caja donde aún permanecía embalado: completamente petrificado, con las agujas congeladas en las 8:15 , hora en la que cayeron las bombas sobre la ciudad japonesa el 6 de agosto de 1945. Lo acompañan otras tres piezas, todas cedidas por el Hiroshima Peace Memorial Museum.

Francisco de Vitoria y la «Utopía» de Tomás Moro abren una muestra amplia y compleja. También ecléctica , como reflejo del objetivo de aproximarse a la paz, a través del arte, desde todas las perspectivas posibles. Una paz con mayúsculas, de los vencedores (Romana, de los Austrias y Borbones), pero también la idea de la convivencia y los pactos. «Conviven los dos relatos», apunta Romero. No en vano, el lema de la capitalidad es «Cultura para convivir».

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