El MNAC alerta de «pérdidas irreparables» si se mueven los frescos Sijena

El director del Prado se alinea con el museo barcelonés en su defensa de la preservación de las piezas

Pepe Serra, director del MNAC, en la sala donde se exhiben las pinturas de Sijena EFE

DAVID MORÁN

A la espera de que la ingeniera y doctora en Conservación y Restauración de Bienes Culturales, Simona Sajeva, concluya su informe independiente sobre las consecuencias de restituir las pinturas murales de Sijena, el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) dio ayer a conocer algunos de los argumentos que ha presentado en su escrito de oposición a la ejecución provisional de la sentencia que ordena la restitución de las pinturas de la antigua sala capitular. Se trata de una serie de informes técnicos y científicos con los que el museo quiere subrayar que mover los frescos sería una temeridad y causaría «pérdidas irreparables» en las obras.

«No se trata de si se pueden o no mover, sino de si es aconsejable o no y cuáles son los riesgos de hacerlo», señaló el director del MNAC, Pepe Serra, para quien resulta «difícil de entender» que se haya pedido un traslado provisional, con los riesgos que ello comporta, cuando todavía no hay sentencia en firme y queda recorrido jurídico. «Quiero ver qué director de museo pone por escrito formalmente y no en un momento de opinión más o menos general que le parece correcto y oportuno mover esto provisionalmente», añadió Serra, quien ha aprovechó para explicar que el director del Museo del Prado, Miguel Zugaza, le ha manifestado su apoyo y se ha mostrado «favorable» a título personal a la preservación de los bienes en el museo. « Es cien por cien solidario con la posición del MNAC», explicó Serra.

De preservación es precisamente de lo que hablan la media docena de informes realizados por universidades como la UPC, la UB y la UAB o el CSIC y en los que se analiza el impacto que tendría cualquier movimiento en unas obras ya de por sí muy dañadas tras el incendio que arrasó el monasterio de Santa María de Sijena en 1936. El propio Serra se refirió al conjunto pictórico como un «enfermo en coma», mientras que la jefa de restauración y conservación preventiva del MNAC, Mireia Mestre, ilustró cómo «las vibraciones, los movimientos, el desmontaje del sistema estructural de los arcos», el «aumento de la humedad» en el entorno o el cambio de las condiciones climáticas podrían afectar gravemente a las pinturas.

Desde el MNAC se alude también al proceso de reintegración de la superficie pictórica de la ermita mozárabe de San Baudelio, en Soria, uno de los argumentos que citan quienes defienden que es posible restituir los frescos de Sijena sin generar perjuicios, para recordar que en 2011 las pinturas sufrieron un grave ataque fúngico. Con todo, el museo barcelonés insiste en que se trata de dos casos diferentes, ya que las pinturas de Sijena están calcinadas, lo que hace aún más complicado cualquier movimiento. «Tenemos una amenaza brutal, pero no para el museo, sino para las obras», insistió Serra, quien rechaza tajantemente que esto sea un conflicto entre Cataluña y Aragón. «Yo soy de todas las comunidades y esto es un museo de vocación y ejercicio universal. ¿Cúal es el museo medieval de los aragoneses? Este. ¿Cuál es mi museo de pintura barroca? El Prado», ilustró.

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