Karina Sainz Borgo - Premio de Periodismo

Silencio, se entrega un Gistau

La ceremonia de la segunda edición del premio en honor a David Gistau reivindica la osadía e independencia intelectual del columnista

Una imagen de la ceremonia de entrega del premio en la sede de Vocento ABC
Karina Sainz Borgo

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David Gistau sigue siendo un imán. El premio de columnismo que lleva su nombre, y que Vocento y Unidad Editorial han concedido en su segunda edición al profesor de Ética y Filosofía Política Diego S. Garrocho, ha reunido en su ceremonia de entrega a periodistas, escritores, editores y lectores. La suya, por rotunda, es una ausencia que no amaina. Y aunque cualquier intento por mitigarla la amplifica, hay consuelo en la celebración de su pluma y su memoria.

Garrocho se hizo con el premio por ‘Carta a un joven posmoderno’, artículo de opinión publicado en ‘El Español’, y en cuyas líneas recoge la preocupación por el entumecimiento del pensamiento crítico. Este galardón procura impulsar un periodismo cuya osadía intelectual y literaria rinda tributo a su obra. No es asunto fácil. A decir de Antonio Lucas, Gistau se había sometido a un fuerte entrenamiento para ser él mismo. Por eso fue inclasificable y hoy imposible de imitar. Gistau suena a Gistau. Blasona virtud, literatura e independencia. «Sus textos permanecen y mantienen su autenticidad» ha dicho con acierto Julián Quirós, director de ABC.

La entrega del premio en la sede de Vocento ha sido un homenaje a la escritura refinada de Gistau, esa prosa ágil y vigorosa como los movimientos de un peso welter, e invencible como los de un peso completo. En sus columnas hacía compatibles el combate y la ironía, el periodismo y la literatura. Mientras alguien busque lo que Gistau hacía, no habrá nada que temer.

La página del periódico comenzó a quedarse pequeña para él. La novela como género hizo su escritura más clara y su capacidad para emocionar más certera. Lo demostró en ‘Golpes bajos’ (La Esfera de los Libros), ya descatalogada y que urge recuperar, también en los relatos de ‘Gente que se fue’ (Círculo de Tiza). Cada columna suya es una página arrancada de la mejor literatura. Tiene razón el director de ‘El Mundo’ Francisco Rosell: ayer no se ha entregado un premio. Ayer se ha entregado un Gistau.

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