Diego S. Garrocho: «En el periodismo hay ideas que impactan con más fuerza que la filosofía»
El profesor y articulista recibe el segundo premio de Periodismo David Gistau en la Casa de ABC
El acto reúne a la plana mayor de dos de los diarios en los que el columnista hizo gala de su estilo «irreverente»
Se conceden tantos premios en España que a menudo se olvida que, más que un honor, son una responsabilidad, una suerte de mandato que obliga a la excelencia. Por su carácter independiente frente a las perversiones del poder, por su valentía y por el trazo elegante de su frase, David Gistau aporta estas cualidades al galardón que lleva su nombre. Solo se han celebrado dos ediciones y el premio de Periodismo David Gistau ya se ha consolidado como una cita obligada entre plumillas y lectores que se resisten a creer que se marchara tan pronto, cuando no había cumplido los 50 años.
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Lo dijeron ayer los directores de ABC y ‘El Mundo’, Julián Quirós y Francisco Rosell , los directores de dos de los periódicos en los que Gistau brilló como columnista, en la entrega del premio a Diego S. Garrocho (Madrid, 1984). «Hoy no te entregamos un premio, te entregamos un Gistau. Tienes una gran responsabilidad», dijo Rosell. Gistau, añadió Quirós, respondía a la mejor definición posible del periodismo: «Quiso ser periodista y nada más que periodista. Es la mejor definición que se le puede dar a un compañero. Tenía criterio, independencia y sabía marcar distancias, algo muy importante, y además esa frescura tan celebrada».
Así comenzó el bautismo de Garrocho, acreedor del premio David Gistau por su artículo ‘Carta a un joven posmoderno’, publicado en ‘El Español’. Esta reflexión sobre la deriva intelectual de las nuevas generaciones y su impotencia ante un mundo que no es el que les prometieron mereció el respaldo unánime del jurado, que lo eligió entre los 350 textos presentados. A juicio de Jorge Bustos , jefe de opinión de ‘El Mundo’ y presidente del jurado del galardón que patrocinan la Fundación ACS, Mapfre, Santander y Telefónica, el artículo premiado es «indómito, irreverente y libérrimo», como lo era Gistau. Por él, Garrocho recibió los 10.000 euros, un cuadro de Alberto Corazón y la bienvenida de un gremio que entiende que el mejor periodismo es aquel que no deja falsas esperanzas.
Bustos habló en nombre de un jurado compuesto por Juan Manuel de Prada ; colaborador de ABC; Mar Cohnen , directora de la revista ‘XLSemanal’; Lorenzo Silva , escritor y colaborador del dominical de Vocento; Alberto Aguirre de Cárcer , director de ‘La Verdad’, y los periodistas de ‘El Mundo’ Antonio Lucas, Maite Rico y Rafa Latorre . «Los buenos columnistas no están para regalar el oído del lector. Gistau no lo hacía, y por eso nos desampara su ausencia», dijo Bustos. «Pero creemos que hay una escuela, un futuro, una fértil semilla de los columnistas informales en ABC, ‘El Mundo’ y algunos periódicos más».
Defendía Garrocho hace unas semanas, en estas mismas páginas, que en España está costando mucho culminar ese traspaso de poderes generacional en órdenes como el político, el académico o el cultural. Lo acontecido en la Casa de ABC fue una de esas raras escenificaciones que se dan de vez en cuando, una puesta de largo en la que coincidieron clásicos como Pedro García Cuartango, Ignacio Camacho o José María García , y cabezas visibles de otras promociones como Hughes, Ángel Antonio Herrera y Alberto Olmos , ganador de la primera edición. Todos ellos acudieron a la llamada de Vocento y Unidad Editorial, editoras rivales y sin embargo unidas por un columnista que, como dijo Susanna Griso , presentadora del evento, aunaba «compromiso, defensa de la verdad y agudeza literaria».
Qué responsabilidad la de Garrocho, que subió al atril sin un discurso preparado. «Este premio me pesa. Hay demasiadas personas en el jurado a las que admiro mucho. Es como si tus héroes te dieran un premio por algo que no eres. Porque no sé si soy periodista. Yo soy un profesor de universidad que escribe columnas y tengo que darle una singular gratitud al periodismo, que hoy me premia. A alguien que no es uno de los suyos, o quizá sí», dijo tras recibir el galardón de manos de Romina Caponnetto , viuda de Gistau, que bromeaba con Susanna Griso sobre la alergia de su marido a vestir de traje: «Le tuve que rogar para que se pusiera traje en la boda». La acompañaron ayer dos hermanas y la madre de Gistau.
El premiado, profesor de Filosofía y reciente incorporación de ABC Cultural, dio por recibido el mensaje: «Este premio pesa mucho. Todos los que escribimos en público adquirimos una gran responsabilidad. Ahora me va a dar muchísimo más miedo escribir porque tendré que honrar a este premio y a la figura de David Gistau». Y lo hará desde ese periodismo ingobernable que lo ha señalado. Ahí, dijo, encuentra un «mayor vigor conceptual e ideas que impactan con mucha más fuerza» de lo que lee en la filosofía más ortodoxa. «Muy probablemente hoy el periodismo español esté viviendo una época de singular calidad», destacó.
Tomaron nota, entre los asistentes, Luis Enríquez , consejero delegado de Vocento, así como Ignacio Ybarra , presidente del grupo y otros miembros del Comité de Dirección de la empresa editora de ABC como Ana Delgado, Iñaki Arechabaleta, Íñigo Argaya, Óscar Campillo, Iñigo Iribarnegaray, Jesús Carrera, Rafael Martínez de Vega, Lorena Rodríguez Barreal o Joaquín Valencia.
También asistieron Patricia Colino, directora de Comunicación del Banco Santander; Antonio García Ferrer, vicepresidente de la Fundación ACS; Javier Fernández González, director de Comunicación de Mapfre, y Pedro Calvo Martínez y Patricia Pérez Mateo, de Telefónica. Igualmente, se acercaron al evento la plana mayor de las redacciones de ABC y ‘El Mundo’, con Agustín Pery, Manuel Marín, Álvaro Martínez, Jesús García Calero, Vicente Ruiz, Joaquín Manso o Martí Saballs a la cabeza. Gabriela Cañas asistió en representación de la Agencia Efe y Lourdes Garzón Muñoz por ‘Mujer Hoy’.
Cuando Susanna Griso cerró el acto y convocó a los asistentes a la tercera edición, todavía resonaban las palabras de Antonio Lucas en el vídeo que se exhibió al principio: «Era un buen intérprete de la neurosis urbana, consciente de que nada se ha movido desde los griegos. El fútbol y las series eran los últimos inventos modernos. Este premio es la mejor manera de decirle, como amigos, como lectores: ‘Gracias, David’».
