Roma elimina los puestos ambulantes de sus monumentos por «seguridad y decoro»

La ciudad eterna lucha contra el deterioro de su centro histórico y publica una ordenanza que prohíbe la venta de estos «souvenirs» en la Fontana de Trevi, el Tridente, y las plazas de España, del Panteón y Navona

Un puesto de «souvenirs» cerca del Vaticano EFE

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El centro histórico de Roma está cada día más irreconocible, con la imagen devastada por la suciedad , «manteros» por doquier y puestos ambulantes en los que se venden camisetas, bebidas, bocadillos y todo tipo de baratijas como miniaturas del Coliseo y fotos del papa.

El año ha comenzado con la entrada en vigor de una ordenanza para que 17 de esos puestos, situados en los sitios turísticos más famosos de la ciudad , sean eliminados por considerarlos incompatibles con el decoro y la seguridad : cuatro se encontraban en la Fontana de Trevi , cinco en la plaza de España , otros cinco en la plaza del Panteón , dos en el llamado Tridente y otro en plaza Navona . Ocho de ellos podrán continuar con sus ventas, pero en lugares alejados de los monumentos.

Muchísimo queda aún por hacer para evitar el deterioro de Roma. La alcaldesa Virginia Raggi , del Movimiento 5 Estrellas, ha intentado prohibir el comercio ilegal en las calles con una normativa anunciada en el pasado verano, pero las ventas ilegales continúan como siempre. Hace casi un año, Raggi consideraba que era «intolerable» el estado en que se encontraba el centro histórico y prometió « restituir dignidad a los monumentos y a las plazas que están entre los más bellos del mundo. Pondremos orden en el caos de licencias autorizadas en los años pasados», afirmó la alcaldesa.

Asedio a los monumentos

Si ahora, por fin, se consigue eliminar 17 puestos en los lugares más turísticos de la ciudad, se da solo un paso, porque los vendedores ambulantes siguen asediando los monumentos de Roma y se cuentan por miles.

El diario romano «Il Messaggero» denunció el verano pasado: «En tres años, ni siquiera uno de los 11.533 los puestos ambulantes que a menudo transforman plazas y aceras en caminos por los que se debe hacer eslalon, ha sido eliminado. El ayuntamiento consideró "anómalos" 85 puestos, pero ahí siguen; al igual que los vendedores ambulantes que invaden con sus sacos de mercancía ilegal las plazas y calles del centro histórico. O como los camión-bar. Desde el 2016 a hoy furgones con bebidas y bocadillos, un negocio de oro, no se han movido de los lugares con monumentos que el mundo nos envidia».

En definitiva, se ha prometido mucho, pero se ha hecho muy poco para evitar el deterioro del centro histórico de Roma. La alcaldesa Raggi se ha esforzado por impulsar también el decoro con la prohibición a los turistas de sentarse en la escalinata de la Plaza de España, comer bocadillos sentados ante monumentos o pasear a pecho desnudo. En algunos casos la policía local ha impuesto multas. Aparte de que algunas medidas son difíciles de aplicar, el problema es que los turistas a menudo actúan con poco respeto , sobre todo si encuentran una ciudad descuidada y sucia .

Los centuriones, eliminados

Hasta ahora, solo una medida de la regidora Raggi parece haber tenido éxito: La prohibición de los centuriones , hombres mal vestidos con algunos elementos de la milicia romana y con espadas de plástico que se hacían pagar por las fotografías al posar junto a los turistas. A menudo fueron protagonistas de escándalo s por los abuso s que cometían al solicitar propinas desproporcionadas . Esta pésima imagen ante el Coliseo, el Panteón y plaza Navona ha desaparecido. Al menos, por ahora.

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