Pedro II y «la carga de los tres Reyes» en las Navas de Tolosa

Nuevo cuadro del pintor de batallas Augusto Ferrer-Dalmau sobre el monarca aragonés en la Reconquista

La documentada visión del rey aragonés en los momentos previos a la batalla decisiva contra los Almohades

CÉSAR CERVERA

Bajo su malla de metal y su capacete, tiembla Pedro II mientras sujeta un enorme escudo con las barras rojas y amarillas de Aragón y se prepara para cargar junto a otros dos reyes contra miles de musulmanes. Cuando el fanatismo del imperio Almohade amenazó con echar al traste la Reconquista, los principales monarcas de la península se aliaron para hacerle frente en Navas de Tolosa . Pedro II de Aragón fue uno de los tres reyes cristianos que acudieron a las tierras de Jaén, y quien se puso a la cabeza del flanco izquierdo. La última obra del pintor de batallas Augusto Ferrer-Dalmau está dedicada a este belicoso rey.

[ Puedes abrir el cuadro pinchando aquí para ver los detalles ]

«El Rey se cubre con un perpunte, prenda acolchada cuya función era amortiguar impacto. Su color es rojo (tinte al alcance de los adinerados), como signo del rango social del portador», explica a ABC Luis Sorando López , el asesor histórico de Ferrer-Dalmau . El pintor cuida hasta el último detalle histórico de sus obras, incluido, en este caso, la espada real. La denominada por algunos autores como «espada de arzón» es un arma morfológicamente idéntica a una espada de mano, «excepto porque la largura de su hoja era ligeramente superior, a fin de ser más efectiva al blandirla a lomos del caballo». Junto al «Católico», el pintor catalán emplaza al Alférez de Aragón, Don Miguel de Luesia , personaje encargado de portar el pendón real.

Instante memorable

Pedro II acudió a la batalla de las Navas de Tolosa , ocurrida el 16 de julio de 1212, junto a mil caballeros y varios obispos aragoneses. El enemigo superaba en número al ejército capitaneado por el Rey castellano Alfonso VIII, pero la confianza cristiana en su caballería pesada mantenía vivas las esperanzas. Mientras la infantería andalusí paralizaba el centro cristiano y los arqueros a caballo kurdos causaban estragos en todas las líneas, los reyes de Aragón, Castilla y Navarra se conjuraban para protagonizar un instante memorable : una carga de caballería contra el centro enemigo. A sus 34 años, Pedro II cabalgó junto a Alfonso VIII y Sancho VII de Navarra hasta el mismísimo corazón del ejército musulmán.

La tradición asegura que fue Sancho VII y sus tropas navarras las primeras en acceder a la tienda del califa Muhammad an-Nasir, y que, durante su carga, rompieron las cadenas que formaban los esclavos de su Guardia Negra . No en vano, en verdad la ocupación del palenque se llevó a cabo prácticamente a un mismo tiempo por parte de castellanos por la derecha y aragoneses por la izquierda. Pedro vivió en primera persona cómo los caballeros cristianos irrumpían en el recinto y obligaban al califa a huir dejando atrás un grandioso botín.

Pero no todo fueron victorias durante el reinado de Pedro II «el Católico». Un año después de las Navas de Tolosa, el aragonés cruzó con sus tropas los Pirineos y presentó batalla al ejército de cruzados del Rey de Francia. Buscaba así hacer valer sus derechos sobre Occitania. Al sur de Toulouse, el monarca fue vencido y perdió la vida en combate.

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