El nuevo ministro de Cultura ya vigila de cerca a la SGAE

El ministerio ha solicitado datos sobre la gestión de la entidad y la última auditoría

El presidente de la SGAE, José Miguel Fernández Sastrón EFE

Bruno Pardo

El nuevo minsitro de Cultura y Deporte, Màxim Huerta , ya había mostrado su opinión a través de Twitter: «Estoy preocupado por el presente y futuro de la gestión colectiva, como ministro y como autor. Puedo asegurar que Cultura estará vigilante con el proceso que está viviendo SGAE y que tomaremos nota de cada una de las acciones». Y no ha tardado en ejecutar sus palabras. Ayer, el Ministerio solicitaba formalmente a la SGAE información sobre cómo informó de los estatutos a los socios de cara a la próxima Asamblea del 21 de junio, donde deben votarse. Además, pidieron explicaciones sobre las medidas «anti-rueda» que piensan adoptar y el informe de la auditoría realizada por la Confederación Internacional de Sociedades de Autores y Compositores (CISAC), un texto muy crítico con la SGAE al que ha tenido acceso ABC y que demuestra su pérdida de prestigio a nivel internacional.

Según señala ese informe, la SGAE no está llevando a cabo sus actividades siguiendo el imperativo del bien común, sino que está beneficiando a un «pequeño número de creadores y editores a expensas de todos los demás». Por ello, continúa el informe, los supervisores internacionales se muestran «seriamente preocupados por la situación actual en la SGAE y el futuro de la gestión colectiva en España».

Desequilibrio

Lo que más preocupa al oranismo internacional es la continuidad de los desequilibrios que afloraron con «la rueda», una práctica que está investigando la justicia y que consistía en que unos pocos socios se embolsaban millones gracias a la recaudación por la música emitida de madrugada , gran parte inaudible. Sí, inaudible. Según el arbitraje realizado por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), que recoge este informe, «se da el caso de que las televisiones declaran duraciones superiores a las escuchadas por el espectador», una práctica relacionada con la «música inaudible». En otras palabras: cobrar por nada.

En este sentido, la institución internacional se queja de que la SGAE siga utilizando los registros de las televisiones como principal fuente de información para el reparto de la música, cuando estos «han demostrado ser poco fiables» y porque «hay otras alternativas probadas disponibles a través de tecnologías de reconocimiento musical».

Otra de las preocupaciones es el peso que sigue teniendo la franja de madrugada en la SGAE . Mientras la OMPI recomienda que el reparto (recaudación) en esta franja sea del 15%, la entidad española ha aumentado el límite en estos horarios hasta el 20%, una decisión que los supervisores «lamentan profundamente».

El informe concluye que la SGAE no ha tomado las medidas necesarias para combatir de forma eficaz la «injusticia» y la «inequidad» generadas por las prácticas de « la rueda ».

El nuevo ministro de Cultura ya vigila de cerca a la SGAE

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