Una moción de censura contra Pilar Jurado puede apartar mañana a la soprano de la presidencia de SGAE
La solicitud de convocatoria ha logrado 22 firmas, cuando solo neceista 18 para triunfar
Los días de Pilar Jurado como presidenta de la SGAE han llegado a su fin, o eso parece si tenemos en cuenta que se ha convocado mañana una junta directiva de la Sociedad General de Autores y Editores con un único punto en el orden del día: moción de censura a la presidenta. Todos los meses que han pasado desde su llegada al máximo puesto ejecutivo de la entidad no han servido para solventar la crisis, ni para arreglar la difícil relación con el Ministerio de Cultura, con el que la sociedad lleva en guerra más o menos abierta desde hace más de dos años. Incluso llegó a simular una llamada de felicitacion ministerial el día de la última asamblea. Bien al contrario, la a ha agravado, dividiendo, más si cabe, a los miembros de la Junta.
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Su mandato ha durado prácticamente un año y a pesar de que ella ha defendido su posición con todas las armas a su alcance, nombramientos, destituciones, repartos, asambleas y muchas muchas juntas directivas y consejos de dirección , lo cierto es que ese tiempo parece cumplido. Aún le quedan unas horas, hasta mañana, para convencer a algunos de los firmantes de que depongan su criterio y se sometan a su poder de convicción. La entidad es un hervidero de reuniones y llamadas de sus fieles que en la entidad se conocen como «pilarianos» para rebañar algún voto que la salve de la destitución (algunas llamadas de tono más que intenso, amenazante, según algunos miembros de la junta directiva), o para convencer a algunos de los firmantes de que depongan su criterio y se sometan a su poder de convicción y los recursos que otras veces sí le valieron.
Todo se aceleró en el último consejo de dirección, el primer al que acudía el nuevo secretario general, el abogado Eduardo Ezpondaburu. Allí, según relatan a ABC algunos asistentes y fuentes de la entidad, Inma Serrano trató de que se pagasen los anticipos pendientes una sentencia judicial . La juntera afirmó que no es firme la sentencia y que a pesar de la prohibición del Ministerio no le corresponde al órgano ministerial decidir si se pueden dar o no los anticipos. Para que los miembros de la junta directiva pudieran cobrarlos, a medida que se trataba cada caso, el aludido salía de la sala, según confirman las fuentes consultadas, y volvía a entrar una vez tomada la decisión.
Este sistema de auto pagarse cantidades saltándose controles y los informes de la comisión deontológica que dictaminaron que 14 miembros de la junta tenían incompatibilidad para tomar este tipo de decisiones por ser beneficiarios de las mismas, acabaron con la paciencia de un buen número de miembros de la junta, los de Gran Derecho y Audiovisual, que decidieron abandonar la reunión como protesta.
Tanto ese reparto como los cambios de organigrama están prohibidos por los requerimientos del Ministerio de Cultura, así que tanto esos repartos como el nombramiento de Clifton Williams, nuevo factótum de Pilar Jurado, como subdirector general, habrían incumplido los compromisos de buen comportamiento ante los que el ministro José Manuel Rodríguez Uribes ya había advertido que si no encontraba buen comportamiento, sancionaría a la entidad de acuerdo con la ley.
Los colegios de Gran Derecho y Audiovisual que se habían levantado de la citada reunión, comenzaron a promover la moción de censura como única salvación para la SGAE, abocada a cambiar de comportamiento o enfrentarse a la extinción, la escisión o la sanción ministerial. El horizonte puede cambiar mañana con la moción de censura y la salida de Pilar Jurado de la presidencia de SGAE.