Los ladrones de la Bóveda Verde de Dresde piden un rescate de nueve millones de euros al museo
La compañía de seguridad israelí CGI está verificando la autenticidad del correo recibido de quienes dicen tener los brillantes blancos y la Orden del Águila
Tras el robo de las joyas históricas de la Bóveda Verde de Dresde , los directivos del Residenzschloss contrataron los servicios de una compañía de seguridad israelí, CGI, para reforzar la investigación de las fuerzas de seguridad alemanas. Es esta empresa la que ha recibido a través de Dark Net (Internet oscura) una oferta de recompra de dos de los sets de brillantes robados por 9 millones de euros.
El correo enviado a CGI dice: «Tenemos los brillantes blancos sajones y la Orden del Águila Blanca de Polonia y serán devueltas por un precio. Nuestro precio es de 9 millones de euros». CGI se está tomando tiempo para verificar la autenticidad de la oferta, después de que el pasado 23 de diciembre un bromista ofreciese las joyas robadas en la plataforma E-Bay, pero la oferta caduca en 48 horas y por ahora toma en serio el mensaje, escrito en inglés y que advierte que quienes tienen las joyas en su poder no están dispuestas a negociar la cantidad exigida y que determina que el pago debe ser hecho en la moneda digital bitcoin.
Un detective privado alemán había desvelado hace solo una semana que un mecenas anónimo estaba dispuesto a pagar 1,3 millones de euros en efectivo a los autores del robo, cometido el 25 de noviembre, para posibilitar que Dresde recupere su tesoro. En un vídeo publicado en su página de internet, Josef Resch explicaba ante una montaña de fajos de billetes que un benefactor de la ciudad, que «por el momento quiere permanecer en el anonimato», había puesto el dinero en billetes no numerados a disposición de un intercambio, con la única condición que los objetos robados sean devueltos «en su totalidad e intactos» y que la transacción se lleve a cabo a través de Wifka, la empresa de Resch, ya que constituye «la única plataforma en Europa que lleva a cabo encargos tan excepcionales».
Ni el museo ni el gobierno regional de Sajonia han reaccionado por el momento al correo recibido por los investigadores.
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