El futbolista del Atlético de Madrid que Franco rescató por espiar para Hitler
Destacó por su regate en el Atlético. Fue reclutado por la Abwehr y enviado al canal de Panamá para informar de los movimientos de tropas. Fue detenido e internado en un campo de prisioneros en Londres
Juan Gómez de Lecube, nacido en Ribadeo en 1902, llegó a destacar como extremo en el Atlético de Madrid de finales de los años 20, donde se hizo famoso por su rapidez y su habilidad en el regate. Al acabar la II Guerra Mundial, entrenó a diversos clubes catalanes como el Lleida, el Condal y el San Andrés.
Pero Gómez de Lecube, que se alistó en el bando nacional durante la Guerra Civil , simpatizaba con el nacionalsocialismo y admiraba a Hitler. Por ello, aceptó ser reclutado en Madrid por la Abwehr , el servicio de espionaje militar, en 1941.
Pronto se ganó la confianza de sus jefes, que decidieron enviarlo a Panamá en junio de 1942 en un barco que salía de Barcelona hacia Venezuela. Desde allí, debía viajar al Canal para informar de los movimientos de tropas y buques de los aliados entre el Atlántico y el Pacífico.
Pero jamás llegó a su destino porque fue detenido por agentes británicos en una escala de su barco en la isla de Trinidad en el Caribe. Según se ha sabido mucho después, la inteligencia británica había decodificado centenares de mensajes cifrados entre Gómez de Lecube y el Abwehr. Por aquel entonces, el Gobierno de Churchill disponía de unas instalaciones en Bletchley Park en las que, gracias a la máquina Enigma , controlaba las comunicaciones del Ejército alemán.
Las pruebas eran abrumadoras e incontestables, por lo que Gómez de Lecube fue trasladado al campo de prisioneros 020 , situado al sur de Londres. Allí fue interrogado exhaustivamente tras ser encerrado en una celda de castigo y sometido a torturas psicológicas . Pero jamás confesó.
No solamente continuó proclamando su inocencia, sino que escribió cartas al Rey Jorge VI , al Gobierno británico y al embajador español en las que aseguraba que estaba incomunicado, privado de derechos y sin poder recibir los paquetes de su familia. «Estoy siento tratado de manera cruel, inhumana y salvaje y sufro vejaciones e insulto s», denunció.
Al acabar el conflicto en 1945, el Gobierno de Franco consiguió su traslado a España junto a otros prisioneros. Y comenzó una nueva vida como entrenador.
Gómez de Lecube había jugado en el Torrelavega y el Celta antes de recalar en el Atlético de Madrid , donde adquirió fama de jugador genial pero de trato difícil. En 1932, fichó a prueba por el Barcelona, que, al cabo de unos meses, le dio la carta de libertad.
Era un estudioso de las nuevas tácticas del fútbol e inculcaba como entrenador a sus jugadores el pase al primer toque, el intercambio de posiciones y una concepción similar a la que luego llevaría a cabo Cruyff.
Algunos de sus discípulos recordaban que fue uno de los primeros profesionales del fútbol en entender la importancia de la táctica y en trabajar exhaustivamente los movimientos de los jugadores en los entrenamientos.
No hablaba jamás de su etapa como agente de la Abwehr , pero quienes le conocían eran conscientes de su simpatía hacia las ideas totalitarias del régimen nacionalsocialista, al que sirvió por convicción más que por interés económico. Murió en Barcelona en 1966.
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