Entramos en los ensayos de la orquesta que ha desafiado a la pandemia y Filomena
La Joven Orquesta Nacional de España celebra en Zaragoza su tradicional encuentro pese a las dificultades sanitarias y climatológicas
Goteras, nevada histórica y pandemia. Y música clásica. E ilusión a paladas con sus necesarias dosis de ambición de excelencia. La Joven Orquesta Nacional de España (JONDE) está realizando su tradicional encuentro anual en Zaragoza en su versión más rara. 55 aplicados adolescentes han desafiado al intimidante 2021 para preparar una minigira por nuestro país , resultando, por obra y gracia de la coyuntura, una especie de hermosa lucha contra los elementos.
El día 7 llegó a la capital maña el medio centenar de chavales , de todas las partes de España e incluso del extranjero , además del resto del equipo que les rodea (profesores, asistentes, directores y compositores). Imaginen qué jaleo si hubiera ocurrido un día más tarde. Por los pelos se libraron de Filomena y de los retrasos en las vías de comunicación –si no parálisis–, en los que sumió a una parte del país. Cuando el tremendo temporal tuvo lugar ya estaban todos los protagonistas juntos y protegidos en el Hotel Ilunion Romareda, base desde la que se desplazaban al Auditorio en tres minutos a pie.
Por supuesto, estaba el covid coleando en el empobrecido ambiente. Y, por ello, al llegar al hotel se le hizo un test de anticuerpos a todo el mundo, obteniendo un pleno de negativos que permitió seguir el plan trazado: desde el día 8 al 16 ensayos mañana y tarde y dos conciertos en Zaragoza. Luego actuarían este lunes 18 en Madrid (Auditorio Nacional) y, al día siguiente y última parada, en Ávila (finalmente aplazado por las nuevas restricciones de la Junta de Castilla y León).
Huelga decir que la vigesimoquinta «quedada» zaragozana no ha sido como solía. No han tenido ocasión de visitar la ciudad del Cierzo debido a la nieve y las limitaciones pandémicas, o echar un rato en algún bar, como menciona el engañoso Rafael Catalá Salvá , pues se trata de un rubiales austriaco. Perteneciente a la Wiener Jeunesse Orchestrer (la Orquesta Juvenil Vienesa), este violonchelista de 20 años participa junto a un compañero contrabajista en este último encuentro de la JONDE. De padre español y madre austriaca, ambos músicos, Catalá nació y creció en el país de Schubert, aunque visita una vez al año nuestro país para ver a su abuelo. Aficionado a nadar y al ajedrez, habla castellano con soltura (gran ayuda para su colega), y no ve grandes diferencias en el carácter de la gente de ambas naciones; quizá nosotros más amistosos e informales («en el mejor sentido») y ellos más «diplomáticos»: «Mi padre piensa mucho en esto, porque conoce las dos experiencias. Pero la diferencia entre España y Alemania sí es mucho mayor. Mi padre siempre decía que A ustria es como Andalucía comparado con Alemania ».
Catalá participa en esta experiencia de alto rendimiento gracias al programa MusXchange , una especie de Erasmus de jóvenes talentos musicales, del que también se ha aprovechado la violinista portuguesa Joana Revez Colaço Mendonça , junto a otros dos miembros de la Joven Orquestra Portuguesa. La veinteañera, fan de Saramago y practicante de aikido, habla un muy notable español argentinizado gracias a su residencia en Bruselas junto a dos compañeras de piso del país de Maradona. Desde «chica», lo vio todo bien claro: «Con cinco años, vinieron a mi escuela a tocar el violín. Llegué luego a casa y le dije a mi madre que quería tocarlo. Y ella: “Toca el piano, que es más fácil”. Y yo: “No, quiero tocar el violín”». La artista se siente bien acogida por el resto de la Joven Orquesta Nacional: «Hay muy buen rollo, pero me lo esperaba porque con los españoles es así. Estoy contenta de esta gran familia. Y el nivel es muy alto, son muy buenos músicos».
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La «gran familia» de la JONDE comenzó en 1983 , alcanzando una proyección internacional que les ha propulsado hasta el Carnegie Hall de Nueva York o el Théatre des Champs Elysées parisino. Cientos de chavales han pasado por sus filas, como hizo en su día, hace veinte años, el propio y prestigioso director de orquesta de este primer encuentro en Zaragoza, Lucas Macías , que guarda la experiencia «en un baúl; la tengo en mi corazón y nadie puede acceder… Yo diría que hasta ahora es la mejor etapa de mi vida ». El objetivo de esta unidad del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y la Música (Inaem) es contribuir a la formación de músicos españoles en la etapa previa al ejercicio de su profesión. Para este curso, el pasado otoño, se presentaron mil quinientas solicitudes de chicos de entre 18 y 23 años, de los cuales 850 continuaron el proceso para su valoración online a través de vídeos. Y, como mencionaba la violinista portuguesa, hay nivel.
Algo de lo que da fe el percusionista Diego Jaén García . Nacido en León a mediados de los 90, este joven timbalero, que trabaja en Ámsterdam en el Spotify de la música clásica llamado Primephonic , y que ha estado en dos de las mejores orquestas juveniles de Europa, como son las Gustav Mahler Jugendorchester y la European Union Youth Orchestra (EUYO), sabe de lo que habla. «El 30 por ciento de la EUYO lo forman componentes españoles. Y muchos de ellos están aquí». ¿Hay manera de diferenciar la identidad de los países por sus orquestas? «No es fácil, además en nuestro caso muchos músicos han estudiado en diferentes partes de Europa. Hay algunos con un sonido más alemán, otros más afrancesado (más aterciopelado)... así que es difícil encontrar un color, diferenciar musicalmente de otras. Pero a nivel personal, en la JONDE se transmite una energía en el escenario que no se transmite en otras orquestas».
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Para conseguir esa fuerza distintiva, el planteamiento de estas jornadas ha sido el siguiente: del 8 al 11 se realizaron ensayos por secciones, y a partir del 12 comenzaron en la Sala Mozart del Auditorio los «tutti» –cuando se juntan ya todos–, en una dinámica general de ir del hotel al auditorio y viceversa, y poco más. En los ratos libres, como el resto de la ciudad, su existencia estuvo atenuada por las circunstancias. Así, comen y cenan divididos en dos salones: en uno la cuerda y, en el otro, viento y percusión. En mesas de cuatro. Máximo respeto por las normas . Y en los ratos libres, no desconectan: «En estos tiempos es difícil tener planes fuera del hotel debido al toque de queda, pero solemos juntarnos aquí para echar una cerveza después del ensayo y charlar sobre las obras con los compositores y directores», comentan.
«Sonic Canvas»
Una de las compositoras reclamadas es Raquel García-Tomas , premio Nacional de Música 2020 , que estrena con ellos «Sonic Canvas» . Se trata de la primera obra para orquesta compuesta por la barcelonesa, «un lienzo sonoro» nacido de su particular manera de procesar neurológicamente el mundo: la sinestesia . «Afectó a la composición porque he buscado mucho contraste, atmósferas diferenciadas, como si fueran diferentes cuadros. La sinestesia es la habilidad de mezclar dos sentidos. La más habitual es mezclar grafía con color; o sea, ver letras o números de colores, lo cual me pasa. Y, también, ver sonido con color . Hay gente que lee una palabra y siente un sabor, como si estuviera comiendo un alimento». Además de la pintura con sonidos de García-Tomas, también hay otro estreno, «Figuratio-I. Mein Logos», de David Moliner, que junto a la «Sinfonía nº 2 en re mayor», de Johannes Brahms (1833-1897), completan el programa.
¿Y su futuro? Labrarse un camino en la música , claro, aunque con diversas preferencias. Al austriaco Rafael le encantaría combinar orquestas, formaciones de cámara y conciertos como solista. Joana, junto a su violín, sueña con hacer, sobre todo, música de cámara y vivir de la «performance» en Portugal. Diego está postulándose para alguna orquesta holandesa, a compaginar idealmente con su labor de marketing en Primephonic. «La diferencia salarial tampoco es el doble de lo que se ganaría en España. Ámsterdam es una ciudad pequeñita, que ofrece muchas posibilidades y no es excesivamente cara si tienes trabajo. Y el de timbalero siempre está muy bien pagado». ¿Y qué consejo les daría Macías, su actual director de orquesta y quien estuviera en su mismo lugar no hace tanto? «Creer en uno. Habrán momentos difíciles, donde se dude de uno mismo. Pero ese sentimiento de confianza si está bien arraigado, más trabajo y disciplina , con el tiempo los resultados llegan. Es una cuestión de tiempo ».
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