Concierto
Dani Martín, otro lleno en casa
El cantante, exlíder de El Canto del Loco, da el concierto más eléctrico del año.
El lleno del año. Tercera fecha de cinco para Dani Martín en el Wizink entre noviembre y diciembre; todas con entradas agotadas . Cierra el año el madrileño presentado por toda España su último trabajo, 'No, no vuelve' , una reimaginacion de temas clásicos de El Canto.
Arranca una balada con guitarra, 'La suerte de mi vida' a la que siguen 'Volverá' y 'Son sueños', dos éxitos de la difunta banda . Hubo algún rumor este año sobre su vuelta, creada por David Otero y el propio Martin, pero fue todo márketing ; ambos han editado álbumes versionando las antiguas canciones.
Fue una imagen sorprendente: nadie se sentó . Las canciones llevan una carga emocional impresa en el ADN que provoca especial pasión. La sabiduría popular dice que la banda fue un fenómeno juvenil, la banda sonora de una generación. Ayer, uno hubiera concluido que, de alguna misteriosa forma, la música de los niños acabó colándose también en la vida de padres.
Sonó muy bien su voz en baladas menos exigentes como 'Que se mueran de envidia' , que también nos dejó un gran arreglo del piano y una buena progresión dinámica de la canción, que empieza en susurro y termina, no en grito, pero en sólido clamor. El público, que canta en todas, participa un pelín menos en los temas en solitario que en los de su antigua banda pero nunca para de hacerle los coros al cantante.
Buenos momentos (y composición) en el 'single' que da nombre al disco, 'No, no vuelve'. En él, Dani Martín se abre y reconcilia con el pasado, «Yo tuve una banda que ahora es nuestra» , aunque queda claro que es sus planes inmediatos no está la reunión del grupo. Es una buena canción, tampoco digna de un Grammy, pero aguanta la comparación con todo lo del Canto.
Ese el mayor reto al que se enfrenta alguien que, después de triunfar a lo grande con una banda, se lanza en solitario: que el pasado no se coma al presente.
En clave pop
Destacaron, en clave pop, 'Puede ser', 'Qué caro es el tiempo' y 'Cómo me gustaría contarte' . Canciones pegadizas y sin laberintos, son buenos ejemplos de pop acústico, un género inmortal: no importa cuánto evolucione la tecnología, todo el mundo valora una buena balada con voz y guitarras.
Cambio de estilo refrescante en 'La mentira' , a ritmo de son cubano.
De entre los grandes éxitos , 'Peter Pan' fue quizá la más original. Alejada de la primera versión, la empuja el piano y Martín se vuelve creativo, alejándose por primera vez en toda la noche de la versión de estudio de las canciones.
Buenas versiones, mucho más cerca de las originales, de 'Ya nada volverá a ser como antes' y 'Una foto en blanco y negro' . En algunos momentos, en esos temas y alguno más, la voz roza el límite en cuanto a entonación, apareciendo algún «gallito» sutil en momentos tensos. La primera canción, en particular, pareció el calentamiento previo que se hace en el camerino.
La banda, con tres guitarras , está muy bien encajada . Con una guitarra acústica en todas las canciones, se conserva el color analógico más puro aunque las eléctricas la tapen la mayoría del tiempo. Batería y bajo son dos excelsos músicos tocando por debajo de su nivel, sólidos y precisos. El piano da unos toques de color necesarios entre tanto instrumento de cuerda y tres de los músicos apoyan al cantante con voces. Se echa de menos, quizá, una sección vocal más potente, algo cada vez más estándar en producciones de este nivel.
Final de éxitos con 'Zapatillas' e 'Insoportable', donde el pabellón sacrificó la poca voz que le quedaba para despedir a su estrella . Con dos conciertos más (uno este 19 de diciembre) y otro el día 29 de diciembre, cerrará su residencia en el Wizink Dani Martín. Buen concierto en el que, sin estar especialmente inspirado, deja claro que tiene un rinconcito especial en el corazón de mucha gente.
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