Correos homenajea a Espartero, el «general del pueblo»
La empresa quiere recordar a algunos de los protagonistas de la historia de España, y para ello ha preparado una nueva serie de sellos que inaugura el militar español
Correos quiere homenajear a algunos de los protagonistas de la historia de España, y para ello ha preparado una nueva serie de sellos con una H troquelada que enmarca los retratos de varios ilustres de nuestro pasado.
El primero de ellos es Baldomero Espartero , militar español, príncipe de Vergara, duque de la Victoria, duque de Morella, conde de Luchana y vizconde de Banderas.
Un primer plano del retrato pintado por José Casado del Alisal y una imagen de la estatua ecuestre del militar, que está situada en la confluencia de las calles madrileñas de Alcalá y de O’Donnell, frente a una de las puertas que da acceso al emblemático Parque del Retiro. Esta estatua se levantó a finales del siglo XIX como homenaje a uno de los más grandes generales que tuvo España en ese siglo.
El general del pueblo
Regente mientras la reina Isabel II llegaba a la mayoría de edad, destacó entre otras muchas cosas por su participación en la Guerra de la Independencia contra Francia y también como líder de la primera Guerra Carlista en favor de Isabel II.
Luis Palacios Bañuelos lo describe así en el Diccionario Biográfico Español: «La leyenda marcó a este manchego como “valiente, patriota y honrado liberal”. Si ha habido un personaje popular —“general del pueblo” le denomina el conde de Romanones— en la historia española, ése ha sido Espartero. Así lo captó Carlos Marx que lo dejó escrito en 1854: “El general Espartero es popular porque procede del pueblo”. Su historia fue, según Pirala, “la más popular; ninguna se proclamó en más folletos y artículos ni produjo las manifestaciones tan numerosas como espontáneas”. Otros juicios de contemporáneos suyos no son tan positivos; Fernando de Lesseps, por ejemplo, lo retrata como ambicioso e indolente, generoso o vengativo, según las circunstancias, y recalca su condición de bravo soldado, general mediocre y lleno de vanidad».
Gracias a sus logros militares, obtuvo los títulos y también el prestigio que le otorgó un imparable ascenso social que puso al servicio de sus ideales políticos progresistas. No estaba de acuerdo con el conservadurismo de la reina María Cristina a la que obligó a abdicar haciendo que las Cortes le nombraran regente, hasta que la enemistad y los desacuerdos, por su forma autoritaria de gobernar, le hicieran disolver las Cortes.
Se exilió en Londres volviendo tiempo después para retirarse en Logroño, pero en 1954, tras unos convulsos acontecimientos políticos, fue nombrado presidente del Gobierno durante el periodo conocido como «bienio progresista». De nuevo fue expulsado del poder por un antiguo aliado, Leopoldo O´Donnell y se retiró de nuevo a Logroño desde donde vivió pasivamente la revolución que destronó a Isabel II y donde rechazó ser nombrado rey constitucional de España.
En uno de sus trabajos, el hispanista Adrian Shubert dijo que siendo Espartero considerado por muchos «la encarnación misma de la paz y el gobierno constitucional», ni siquiera se le había distinguido «con el modesto reconocimiento de un sello de correos». Hoy, Baldomero Espartero, tiene su sello.
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