Literatura infantil
Beatriz Osés, ganadora del Barco de Vapor 2021: «Hay que conservar la sabiduría de nuestros ancestros»
En 'Un bosque en el aire', la escritora lleva a cabo un gran homenaje a nuestras raíces bajo el prisma del humor
Beatriz Osés y Chiki Fabregat, ganadoras de los premios SM 2021

«Cuando un hombre planta árboles bajo los cuales sabe muy bien que nunca se sentará , ha empezado a descubrir el significado de la vida ». A esos soñadores despiertos que reivindicaba el filósofo Elton Trueblood dedica Beatriz Osés (Madrid, 1972) ' ... Un bosque en el aire', la novela con la que ha ganado el último premio Barco de Vapor de literatura infantil otorgado por la Fundación SM (el Gran Angular de literatura juvenil fue para 'El cofre de nadie' de Chiki Fabregat).

A pesar de ser galardonado con un premio de literatura infantil, Osés ha concebido 'Un bosque en el aire' como en el resto de sus títulos: «Yo no escribo para niños, escribo para el que me quiera leer . No busco moralina y no me acerco a los pequeño, son ellos y los adultos los que me buscan a mí», afirma entre risas. Es precisamente el humor , que ella echa en falta en la literatura de adultos, un gran atractivo para que los mayores lean sus propuestas literarias. «La dosis que he imprimido a los que he escrito este año ha sido mayor a causa de la pandemia. Necesitaba reírme más durante el proceso creativo porque lo que tenía a mi alrededor no era nada halagüeño. Las situaciones son más disparatadas , más alocadas, los personajes, más singulares , más divertidos, más originales», explica la autora.
Pero esa risa no está exenta de profunda reflexión , a través de varias capas de lectura. En 'Un bosque en el aire' apuesta por un hilarante choque entre el mundo rural y el urbano, además de tirar de esfuerzo colectivo para recuperar la conexión con la naturaleza a través de unos personajes de diferentes generaciones que, al igual que los árboles de distintas especies, conviven y crecen juntos.
El potencial del desierto
«Los hombres y las mujeres que plantan bosques a su aire siempre me han llamado la atención. Me parecen unas historias tiernas, muy curiosas e inteligentes », apunta Osés. La escritora estaba navegando por Facebook durante el confinamiento cuando descubrió una de ellas, la de Alejandro Martín Málaga, que se había propuesto crear uno en el campo de su padre, en Alicante. Conectaron, claro, y «en nuestra conversación surgió la palabra secarral y la idea de que él estaba plantando árboles. Me fue muy fácil enlazar los dos conceptos y ese fue el punto de arranque », señala la también autora de 'Soy una nuez', ganadora del premio Edebé 2018.
Nada menos que a diez mil ejemplares con casi cuarenta grados a la sombra se enfrentan los protagonistas de 'Un bosque en el aire'. Porque, como indica Osés, se trata de reflejar que «cualquier desierto tiene potencial» . El del monte de Solana del Infante solo lo ve al principio Katsumi , una japonesa que iba a Barcelona, pero se queda en el pueblo escribiendo haikus. Su idea florece entre sus variopintos habitantes como una jazminera en primavera, todos quieren participar: don Manuel, el notario, que no para de recitar refranes en torno al tiempo; las hermanas Gutiérrez, campeonas de levantamiento de peso; doña Serafina la filósofa... Pero es Leocadio el que pone los medios para que su hijo y su nieto vengan con ellos a reforestar a cambio de su herencia en vida para reflotar su situación de bancarrota.
En 'Un bosque en el aire' aquellos de más edad «son los más vitales . Son los que tienen menos prejuicios: ni generacionales, ni tecnológicos (uno de los abuelos tiene una novia canadiense con la que chatea toda la noche y de día se va a dormir al bar), ni raciales... Quería romper estereotipos, por eso planteé un mundo rural mucho más culto y más preparado intelectualmente que el urbano, como una defensa del sentido común y de la sabiduría popular», refleja Osés.
Una defensa a ultranza de nuestra memoria, de nuestras raíces al fin y al cabo. La autora conjura así el miedo que siente a «que se pierdan las leyendas, los proverbios, los refranes, los cuentos... Quería hacer un homenaje a esa tradición oral y para mí, los abuelos la representan. Hay que conservar esa sabiduría que proviene de los ancestros, de las generaciones que hemos tenido atrás. Me parece esencial que los jóvenes, niños y adultos respetemos a los mayores que seremos ».
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