El alcohólico jefe de operaciones encubiertas de la CIA que se convirtió en azote del Telón de Acero

Tras el final de la Segunda Guerra Mundial, montó una red de sabotaje contra el comunismo en Europa

Frank Wisner
Pedro García Cuartango

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La historia de la CIA no se podría escribir sin la influencia de Frank Wisner , jefe de operaciones encubiertas desde 1948 a 1958 cuando fue apartado tras sufrir un colapso mental . Era un brillante abogado de un bufete de Nueva York que se alistó en la Marina para luchar en la II Guerra Mundial .

Su carrera como espía comenzó en 1943 cuando fue enviado por el OSS, el servicio de espionaje del Ejército , a su centro de operaciones en Turquía . Antes de acabar el conflicto, fue promovido a jefe de la estación en Rumanía, donde logró que escaparan más de 1.700 prisioneros de guerra estadounidenses. Por aquella época, se le achacó un idilio con una princesa rumana.

Wisner decidió volver en 1945 a su lucrativo oficio de abogado . Fue poco después cuando Dean Acheson, número dos del Departamento de Estado, le convenció para que se ocupara de la supervisión d iplomática de las áreas ocupadas en Europa .

Sólo estuvo un año en el cargo porque el Gobierno de Washington le nombró director de la Oficina de Políticas de Coordinación, un nuevo ente que luego se convertiría en el brazo de la CIA para operaciones encubiertas en Europa .

En plena Guerra Fría , el objetivo de la Oficina era promover el rearme ideológico contra el comunismo, para lo que se crearon fundaciones, emisoras de radio y revistas. Pero en realidad el órgano que dirigía Wisner se convirtió muy pronto en un centro de operaciones encubiertas que manejaba un ingente presupuesto .

Wisner trabajaba en un barracón de madera en Washington junto a las instalaciones provisionales del Departamento de Defensa, llamadas «El Palacio de las Ratas» por su falta de salubridad. Desde allí, contrató a decenas de licenciados de Harvard, Yale y Princeton.

Muchos fueron enviados a Europa para reclutar militares, políticos, periodistas e intelectuales al servicio de la causa estadounidense. Pero además la Oficina realizó operaciones de sabotaje en los países del Telón de Acero , donde intentó crear grupos de resistencia armada.

A partir de 1950, Wisner y su Oficina se integraron en la CIA y sería bajo el mandato de Allan Dulles, con el que había trabajado en el OSS, cuando asumiría la dirección de todas las acciones encubiertas de la Agencia con miles de agentes bajo su mando.

Wisner, alcohólico, fumador empedernido e hiperactivo, llevó a cabo una actividad frenética para atacar a quien creía enemigo de Estados Unidos. Fue el cerebro y promotor del derrocamiento de Mosaddeq en Irán en 1953 tras haber organizado una campaña de desprestigio y altercados que concluyó con la vuelta del Sha .

Un año después, la CIA se implicó en el golpe de Estado contra Jacobo Arbenz en Guatemala en un plan instigado por la United Fruit. Wisner no sólo apoyó al general Castillo Arenas para derrocar a Arbenz sino que envió pilotos y mercenarios para combatir a los leales al Gobierno legítimo.

Cuando estaba en 1956 intentado neutralizar la invasión soviética de Hungría , sufrió un ataque de esquizofrenia y fue internado en un hospital. Dos años después, fue relevado de sus responsabilidades y enviado a Londres. En 1961, se jubiló y cuatro años despué s decidió quitarse la vida mientras atravesaba una depresión .

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