Uruguay 8 - Tahití 0
Tahití se va con una nueva goleada pero se ha presentado al mundo y se ha llevado el cariño de los aficionados y los rivales. La pancarta que mostraron los jugadores al final del partido ante Uruguay -’Obrigado Brasil’-, cubiertos todos con la bandera del país anfitrión, acabó por abrirles el hueco definitivo en los corazones de los hinchas. Los campeones oceánicos han mostrado en un torneo profesionalizado al máximo el espíritu primigenio del deporte aficionado. En los tres partidos que han disputado, han saltado al campo con la intención clara de divertirse, han pretendido jugar al fútbol dentro de sus limitadísimas posibilidades, no han aparcado el autobús bajo su portería para evitar lo inevitable y han sorprendido por su limpieza. Los ‘Toa Aito’ (’Guerreros de Fuego’) no han dado una patada de más, siempre cordiales y elegantes. Han sido, incluso, capaces de esperar en fila a la selección española para saludar a cada uno de sus miembros tras recibir diez goles. Han mostrado la esencia del fútbol como juego.
Es tan de agradecer su actitud, como criticable que un equipo de este nivel dispute un torneo en el que se suponen que están los mejores del mundo. Se van con 24 goles en contra y uno a favor, el que celebraron ante Nigeria como si de un título se tratara.
En su tercer y último partido en la Copa Confederaciones, Uruguay repitió las dos palizas anteriores. Ocho goles, pese a fallar un penalti, lograron los de Oscar Washington Tabárez, que repitió la estrategia de Vicente del Bosque y guardó a sus mejores hombres para la posible semifinal, sabedor de que cualquier once que presentara sobre el terreno de juego sería infinitamente superior al rival. Los goles fueron cayendo desde que en el minuto dos marcara Abel Fernández. El punta uruguayo fue el protagonista del choque al marcar cuatro de los tantos y marrar la pena máxima. En los últimos minutos, el técnico celeste decidió dar entrada a Luis Suárez, que fue capaz de anotar por partida doble. Uruguay se enfrentará ahora a Brasil en el clásico sudamericano por una plaza en la gran final.