Para la final de la Copa Confederaciones se han convocado varias protestas que confluirán este domingo en una marcha hacia el estadio de Maracaná. «No sé si Brasil va a ser campeón, pero la 'Copa de las Manifestaciones' ganará por goleada», declaró al diario 'O Globo' un manifestante de los movimientos que convocan a las protestas callejeras en el país sudamericano.
Las manifestaciones estallaron hace más de dos semanas a raíz del aumento de las tarifas del transporte público, pero después derivaron en una masiva reclamación de mejores servicios y más inversiones públicas en salud y educación. Los cientos de miles de manifestantes que han salido a las calles de numerosas ciudades brasileñas también han cargado contra la corrupción y los millonarios gastos públicos en la organización de la Confederaciones y el Mundial 2014. El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, aseguró el viernes que la Confederaciones ha sido una prueba «exitosa» y reiteró que «no hay un plan B» para organizar la Copa del Mundo del próximo año en otro país.
En la inauguración de la Confederaciones hace dos semanas, la presidenta Dilma Rousseff, cuya popularidad se ha derrumbado ya 27 puntos (del 57% al 30%), fue abucheada en el estadio de Brasilia. En la final Rousseff no estará presente en Maracaná, según ha informado la prensa local. En las redes sociales, sin embargo, circula una convocatoria a abuchear a la presidenta después de cantar los himnos de los finalistas. La Policía Militar de Río movilizará a 6.000 efectivos dentro y fuera del estadio y un centenar de vehículos para garantizar la seguridad.
Para hacer frente a las movilizaciones, la presidenta lanzó un plan para convocar a un plebiscito que dé pie a una reforma política, que adoptaría nuevas reglas para la financiación de campañas electorales, definiendo un nuevo sistema de votación y combatiendo las prácticas corruptas. Rousseff ya cosechó el apoyo de la base aliadam pero dejó pendiente una reunión con los líderes de la oposición, que se oponen a un plebiscito y consideran que la reforma debe ser enteramente decidida por el Congreso y sometida a un referéndum.
Los partidos opositores acusan a Rousseff de «desviar la atención» con el plebiscito. En el Legislativo se aprobó esta semana un paquete de medidas en respuesta a las protestas, como destinar los impuestos del petróleo a educación y salud, incentivos para reducir el precio del transporte y el aumento de penas por corrupción. El viernes, además, se entregó a la policía en Brasilia el diputado Natan Donadon, cuya prisión inmediata ordenó esta semana la Corte Suprema tras una condena de 2010 por malversación de fondos públicos. Las movilizaciones han seguido estos días y se mantendrán. Entre otras, las centrales sindicales anunciaron una jornada de movilización para el 11 de julio.